La puerta de la torre se cerró tras ellos con un eco profundo, como si el edificio mismo respirara. Cada paso sobre el suelo de madera resonaba con un tintineo metálico que parecía amplificar la expectación. Kael avanzaba con determinación, pero la mirada fija de Maelric le recordaba que el peligro no solo estaba afuera, sino en cada conocimiento que podían encontrar dentro.
—Mantengan los sentidos alerta —dijo Maelric, su voz firme y serena—. No todos los hilos que estudiamos aquí son inofensivos. Algunos reaccionan ante emociones fuertes o intrusos no autorizados.
Eldan caminaba a su lado, una sonrisa apenas perceptible curvando sus labios, mientras su mente evaluaba cada detalle. Curioso… Maelric es meticuloso, y cada gesto tiene propósito. Observar y aprender será… instructivo. Sus pensamientos eran medidos, sin revelar ansias de control; solo un análisis atento de cada movimiento y cada reacción de los hilos.
Lyren los guiaba con rapidez por pasillos estrechos, entre estanterías que parecían extenderse infinitamente, repletas de volúmenes que contenían información sobre los hilos de Lúmina, las manipulaciones de la magia y registros de antiguos Guardianes. Sus ojos verdes brillaban con una mezcla de emoción y ansiedad.
—¿Kael? —preguntó Lyren, deteniéndose frente a un gran archivo flotante—. Hay un sector donde se documentan las intrusiones en la conciencia. Allí podrían estar las pistas sobre lo que le sucede a tu amiga.
Kael asintió con firmeza.
—Perfecto. Con esto podríamos entender cómo Liora la mantiene atrapada y… cómo liberarla.
Maelric avanzó primero, usando su bastón para activar runas que iluminaban el camino, mientras su respiración se sincronizaba con la vibración de los registros. Cada símbolo emitía un suave murmullo, como si susurrara secretos a quien supiera escucharlos.
Eldan continuaba a su lado, observando la interacción de Kael y Maelric con los registros. No necesito intervenir todavía. Solo comprender la forma en que interactúan con la magia… eso me dirá qué tan firme es su control.
Lyren abrió uno de los archivos flotantes. Dentro, las páginas mostraban diagramas de hilos energéticos que penetraban la conciencia y mapas mentales que indicaban cómo proteger la mente de intrusiones externas. Kael pasó sus dedos por los símbolos, reconociendo patrones que había aprendido de joven junto a su maestro.
—Esto… esto nos servirá —dijo Kael con voz baja, casi un susurro—. Puedo ver cómo Liora juega con los recuerdos de Aria, cómo sus emociones se distorsionan y se entrelazan con el miedo que proyecta.
Maelric asintió sin quitar la vista del archivo.
—Exacto. Y entender los hilos no es suficiente; necesitamos prever sus movimientos y proteger los centros de energía que ella podría aprovechar.
Mientras tanto, Eldan mantenía la calma, analizando cada mínima variación de los hilos y el flujo de energía que Maelric provocaba. Cada patrón tiene un ritmo… si observo con cuidado, podré anticipar los límites sin intervenir todavía.
Lyren, con voz temblorosa de emoción, agregó:
—Maestro… algunos hilos parecen… reaccionar a la presencia de Aria. Aunque no está aquí, su energía aún fluye hacia ellos.
—Eso confirma lo que pensábamos —dijo Kael—. La clave no es solo llegar a ella físicamente. Debemos neutralizar la manipulación de Liora y fortalecer su mente desde aquí.
Maelric frunció el ceño.
—Y no debemos olvidar que la manipulación mental no actúa sola. Liora deja rastros, y aunque sean sutiles, pueden abrir puertas a otras fuerzas.
Eldan asintió levemente, manteniendo su serenidad. Hay mucho que registrar, observar y analizar. Este maestro no es predecible; cada acción deja un rastro que podría ser valioso más adelante.
Mientras revisaban los archivos, un leve temblor recorrió la torre. Las runas parpadearon y un hilo de energía se movió violentamente, como si la torre misma reconociera la presencia de un poder cercano.
Kael respiró hondo y susurró:
—Debemos ser rápidos. Cada segundo cuenta.
Lyren lo miró con determinación.
—Yo los guiaré. Puedo anticipar los movimientos de los hilos aquí.
Maelric extendió su bastón sobre un conjunto de registros antiguos, proyectando un mapa flotante de conexiones mentales y físicas.
—Aquí, aquí y aquí —dijo—. Estos son los puntos donde Liora puede ejercer mayor influencia. Con precisión podremos crear defensas que duren mientras llegamos a Aria.
Eldan observó cada señal y cada patrón, manteniendo la neutralidad externa, pero tomando nota de la estructura y fuerza de Maelric. Todo está contenido, pero no invulnerable. Solo queda esperar el momento correcto para comprender hasta dónde llega su control.
Al final del capítulo, Kael mira hacia la habitación donde permanecen Selia, Raven y Tharen junto a Aria, aún atrapada en el sueño profundo, y dice:
—Selia, cuida de ellos. Debemos hacerlo bien, y debemos hacerlo rápido.
Lyren asiente con respeto.
—No se preocupe, Kael. Haré todo lo que pueda.
Maelric coloca su bastón en el suelo, indicando que el viaje debe continuar.
—Entonces vamos. Debemos salir de aquí y dirigirnos al próximo pueblo donde Lyren tiene conexiones que nos permitirán acercarnos a Aria.
Y mientras avanzan hacia la salida, un hilo de luz sobre la torre parpadea, como si reconociera la presencia de un destino que aún no estaba escrito.
La aventura continúa....