"Hilos del Destino: Lúmina Bajo el Velo"

Capítulo 57 — Donde Soltar Duele Más que Luchar

El vacío no se manifestó con violencia.
Eso fue lo más aterrador.
No hubo explosiones, ni grietas en el cielo, ni hilos desgarrándose con estruendo. Solo una presión constante, como si el mundo estuviera sosteniendo algo que no debía seguir existiendo.
Kael lo sintió primero.
Se llevó una mano al pecho, jadeando apenas, como si un hilo invisible se le hubiera tensado por dentro.
—Está aquí… —dijo con voz baja—. No como antes. Está… esperando.
Maelric levantó el bastón de inmediato, las runas reaccionando con inquietud. —No ha vuelto del todo —confirmó—. Pero tampoco se ha ido. Está suspendido entre lo que fue… y lo que otros aún recuerdan de él.
Selia palideció.
—Eso significa que… —tragó saliva—. Que mientras alguien lo sostenga…
—Mientras alguien no lo suelte, Eldan puede seguir anclándose —terminó Maelric.
El silencio que siguió fue brutal.
Kael dio un paso al frente. —Entonces dime cómo lo destruimos.
Maelric giró lentamente hacia él. —No se puede.
Kael apretó los puños. —¡Lo enfrenté! ¡Casi muero por detenerlo!
—Y por eso mismo —respondió el anciano con dureza— no eres tú quien debe cerrar este hilo con violencia.
Aria, que había permanecido en silencio, habló entonces. Su voz no temblaba.
—Porque él no se sostiene por poder… —dijo—. Se sostiene por emociones.
Todos la miraron.
—Lo veo —continuó—. No como enemigo. Como un recuerdo incompleto. Eldan no quiere volver para vencer… quiere existir.
Kael negó con la cabeza. —No después de lo que hizo.
Aria se acercó a él. —Kael… —susurró—. Yo vi su recuerdo verdadero.
Él la miró, tenso. —¿Qué viste?
—A un hombre aterrorizado de no ser suficiente. A alguien que eligió el vacío porque quedarse significaba fallar otra vez.
Kael cerró los ojos con rabia contenida. —Eso no lo justifica.
—No —respondió Aria—. Pero lo explica.
Selia dio un paso atrás, como si el peso de todo hubiera caído de golpe sobre ella. —Entonces… —dijo, casi sin voz—. ¿Soy yo?
Raven se levantó de inmediato. —Selia—
—No —interrumpió ella—. Díganlo. Él sigue existiendo porque yo no lo he soltado.
Tharen habló con suavidad, pero con firmeza. —Porque lo quisiste. Eso no es un crimen.
Selia los miró, con los ojos llenos de lágrimas que se negaban a caer. —Pero tampoco es una razón para seguir atándolo a este mundo.
Kael se acercó a ella. —Si lo haces… —dijo—. Si lo sueltas… no habrá vuelta atrás.
Selia asintió. —Lo sé.
El aire se volvió denso.
Entonces, Eldan apareció.
No completo. No sólido.
Su figura se formó a medias, como una sombra hecha de recuerdos ajenos. Sus ojos, sin embargo, eran claros.
—Siempre fuiste cruel conmigo, Kael —dijo con una sonrisa cansada—. Incluso cuando intentabas salvarme.
Kael dio un paso adelante, furioso. —¡No me hables como si aún tuvieras derecho!
—No lo tengo —admitió Eldan—. Por eso estoy aquí. Porque no supe irme cuando debía.
Selia lo miró de frente. —Te quise —dijo, con la voz rota—. Pero no puedo seguir siendo tu ancla.
Eldan la observó largamente. —Lo sé —respondió—. Y aun así… gracias por haberme recordado alguna vez.
Kael sintió el hilo tensarse dentro de él, pidiendo combate.
Pero no luchó.
Selia cerró los ojos. —Te dejo ir.
No hubo grito.
No hubo luz.
Eldan sonrió… y se deshizo.
Como polvo llevado por un viento que, por fin, sabía hacia dónde soplar.
El silencio que quedó no fue vacío.
Fue paz.
Kael exhaló lentamente. —Se acabó.
Maelric asintió. —Ahora sí.
Selia cayó de rodillas, temblando. Raven y Tharen la sostuvieron sin decir palabra.
Aria tomó la mano de Kael. —No lo venciste —dijo—. Lo dejaste ir.
Kael miró al cielo despejado. —Y eso… —susurró—. Fue más difícil que cualquier pelea.



#3330 en Novela romántica
#763 en Fantasía

En el texto hay: romance, drama, aventura

Editado: 21.12.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.