Hilos del sueño

Capítulo 67: EL PEQUEÑO LEWIS (01)

Los pañuelos tenían un mensaje, si solo considerábamos la primera letra del alfabeto en exactamente el orden que ella lo dejo, diría algo como “Búscame en el centro” 

¿En el centro? Pero de qué centro habla y sobre todo cuando. Pensé un poco más en relación a los pañuelos.

No lograba entender, sé que tengo que buscarla. Pero cuándo debía hacerlo. Es tan confuso y frustrante.
Agarré la tapa de la caja y la tire, esta choco con la pared y se rajo ligeramente.

 

Pensé por horas hasta que me rendí y decidí guardar todo de nuevo y pensar durante la noche. Agarré la tapa y noté que cerca de la rajadura habían algunos números.
 

“966”
 

Ese número… Lo vi entre los hilos de la abuela.
 

Conduje hasta la casa familiar Lu, la abuela estaba aún despierta ella me abrió y de inmediato le conté lo que estaba sucediendo y buscamos entre los hilos. Hasta que encontré algo extrañamente bien escondido. La caja de hilos tenía una ranura donde estaba un papel.
 

Lo abrí y fue la carta que Andree dejó para mí.
 

“De seguro ya pasó bastante tiempo y las aguas se calmaron. También sé que tienes el tiempo suficiente para pensar en mí y lograrte resolver el acertijo que deje para que me encontrarás. Nos vemos el 15 de cada mes en el centro donde la nieve está cayendo o donde el sol alumbre. ”
 

Claro, dónde ella vive.
 

Aún faltaba para que llegue el día 15 del mes, aún había tiempo.


 

|•|


 

— Lisaaa, el bebé quiere comer. — moví a Lisa para que se levantará y me ayudara con el bebé.
— Vamos, cuídalo un rato más. — respondió aún somnolienta.
— No, quiero mucho a mi pequeño sobrino pero es suficiente. — respondí mientras jalaba el edredón para que ella se levantará.
— Bien, bien. Estoy despierta. — se levantó y fue a ver al pequeño Lewis.

 

Cada 15 de cada mes iba al centro de la cuidad a esperar a Xiaowu. Ha pasado dos años y él no ha venido a buscarme.
 

¿Aún no me perdona?
 

En 3 días otra vez será 15 y después de tanto tiempo estoy perdiendo las esperanzas de que él aparezca.

 

— ¿Te puedo dejar a Lewis una semana?— preguntó Lisa después de limpiar la boca con un pañuelo a Lewis.
—¿A dónde irás?— pregunté.
— Estaré en psicología matrimonial con su papá. — tomo un poco de agua y siguió hablando. — Y como sabes queremos salvar nuestro matrimonio.
— Está bien.


 

Lisa y su esposo tuvieron muchos problemas así que yo me quedo algunas veces con Lewis. No me preocupo mucho porque Zhao Lin me ayuda, él definitivamente tiene tacto con los niños.
Bueno ahora no se llama Zhao Lin, ahora es Jack Lu.

Cuide de Lewis dos días hasta que tuve que llamar a Zhao Lin, digo Jack, para que me ayude a cuidar al pequeño Lewis.

Él no dudó y cerró su tienda de pasteles para venir a ayudarme.
 

— Llego tarde, lo siento. — Lewis corrió hacia él.
— Tío Jack. — dijo Lewis con ojos de gato con botas.
 

Siempre que le decía así, Zhao Lin caía tendido a sus pies.
Está nevando, de seguro quiere salir a hacer muñecos de nieve.
 

Muñecos de nieve… Como el que me hizo Xiaowu.
 

Ya era 15 del mes. Abrigué a Lewis para ir al centro de la ciudad, creo que acostumbre a vestir a Lewis algo parecido a mí.

Salimos un momento a pasear por el parque y relajarnos de la tensión. 
 

—¿Xiaowu aún no se comunica contigo?— Zhao Lin y yo nos sentamos a mirar cómo Lewis jugaba con la nieve.
— Tía An, ¿Quién es Shiwu?— pregunto intentando decir Xiaowu.
— Es…— no sabía que responder.
— ¿Es ese chico que está contigo y un bebé? — él parecía saberlo todo.
—¿Cómo lo supiste? — pregunté algo avergonzada.
— Cuando sales, siempre besas esa foto. ¿Tuvieron un bebé? — preguntó inocentemente. — Es mi primo.
 

 

De pronto el pequeño Lewis sacó la foto de su bolsillo. Él tenía la copia de la foto de Xiaowu, el bebé Xiaowu y yo.En vez del bebé de Lisa parece mi bebé, pero no me quejo, soy feliz con este pequeño.
Tome su pequeña mano y salimos a caminar un poco.
 

—¿Tía, buscas a alguien? — preguntó.

— No, no. — baje la mirada para ver si él estaba bien, pero sus pequeños pies no podían con tanta nieve.
— Tía, me compras una paleta de dulce. — una vez más sus ojos se veían dulces y cuando hacía eso dominaba mi trámite vida.
— Bien, ve. Cómprala. — le di dinero y el corrió hasta el hombre que vendía paletas.

 

Cuando obtuvo la suya, parecía haber ganado un trofeo. Me volteé momentáneamente para hablar con Zhao Lin, pero cuando me percaté Lewis no estaba por ningún lado.

 

«EL ARTE DE SER FELIZ ESTA EN ESTAR SATISFECHO CON LO QUE TIENES. »




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