Hilos enlazados

Capítulo 14: Casa.

Karol e Ismael esperan sentados en el asiento trasero, mientras yo conduzco, o al menos eso debería estar haciendo, pero en lugar de eso estoy con las manos en el volante, sin encender el auto. Sin saber muy bien hacia donde debemos ir.

            -Mateo. –Habla André a través del intercomunicador. Él está conduciendo el otro auto, llevando a Sebastián y a los otros guardias.

            -Estoy pensando. –Respondo.

            - ¿Pensando en qué?

            -A dónde ir.

            - ¿De qué hablas? Vamos a la finca.

            -No sé si sea buena idea.

Él se mantiene un momento en silencio. Luego de unos segundos, vuelve a hablar.

            -Solo vamos allí, al menos por hoy. Luego pensarás en un lugar dónde quedarte junto a tu familia.

            -Será lo mejor. –Enciendo el auto y lo pongo en marcha.

Pese a lo que acabo de decir, en realidad no estoy muy seguro de si sea lo mejor. La finca está llena de recuerdos que no me dejarán vivir con tranquilidad. Y no puedo vivir en una casa dónde me llene de tristeza todos los recuerdos que tengo de mi hermano Ismael y Marco. No podría soportar fingir al lado de Karol y mi hijo. Pero, ¿a dónde más iríamos?

Luego de cuatro horas, llegamos a la finca. A dónde, nadie nos espera, salvo los guardias que cuidan la propiedad. Las enormes puertas de la entrada se abren. A mi mente viene el recuerdo de la primera vez que traje a Karol, el día en que nos dimos una segunda oportunidad. El día en que me doblegué por ella. El día en que la metí en todo esto. Curiosamente, no me resulta triste. Al contrario, me resulta algo emotivo y emocionante. Porque de no haber sido por Karol, seguiría atormentándome por lo que hice. Termino mis pensamientos con una pequeña sonrisa, llegando a la conclusión de que regresó para salvarme.

            -Amor. –Miro a Karol a través del espejo retrovisor–. Antes de que ingresen, debes saber que Paola entró a la casa poco antes de ir a Máncora. La casa está desolada.

            - ¿Por qué no me lo habías dicho antes?

            -No había porqué. –Estaciono el auto, y me doy vuelta para mirarla cara a cara, ya no a través de un espejo–. Además, no quería preocuparte.

            -De todas formas, ya pasó. –Sonríe.

Me bajo del auto, abro la puerta lateral para que Karol salga. Primero me entrega a Ismael, lo cargo con un brazo. Se quedó dormido. Luego baja Karol, caminamos hacia la casa tomados de la mano. Diciéndonos mutuamente, con solo el tocarnos las manos, que todo está bien.

            -Mateo, debo recoger a Natt. ¿Te importa si me llevo tu auto? –André me habla desde atrás. Sebastián y los otros hombres ya se bajaron del auto.

            -Todo tuyo. –Le sonrío–. Ah, y gracias. Por todo.

            -Lo que sea por mi hermano. –Sonríe. –Aunque pensándolo bien, creo que no te ayudé en casi nada.

            -Solo vete. –Sonrío divertido.

Él se sube al auto, y se va.

            - ¿Lista? –Le pregunto a Karol, tirándole de la mano suavemente.

            - ¿Por qué no lo estaría? –Sonríe.

            -Bien. Entremos.

Ingresamos a la casa. Dentro nos recibe un silencio absoluto, uno demasiado profundo que hasta produce escalofríos. No se escucha nada más allá que nuestras pisadas al entrar. Algunas cosas están fuera de su logar, tiradas en el suelo.

            - ¿Dónde está María? –Pregunta Karol, mientras me suelta la mano y mira alrededor.

            -Con su familia. Por suerte, cuando Paola y Santiago entraron, ella estaba con su familia.

            -Pensaba que…

            -No. Luego de lo que pasó, la llamé para que se tomé un tiempo con su familia. Regresará cuando la llamé, si es que así lo desea.

            -Es Una buena mujer.

            -Lo sé. –Respondo.

            - ¿Subimos?

            -Está bien.

Subimos las escaleras, llegamos hasta la habitación de Ismael, pero no ingresamos. Seguimos caminando por el pasillo hacia nuestra habitación. Ingresamos. Está tal cual la dejamos la dejó Karol la última vez, salvo por la cama que no tuve de arreglarla en la mañana.

            - ¿Tienes hambre? –Le pregunto a Karol, mientras acuesto a Ismael en la cama. Con todo lo que pasó, no me había percatado de la hora que es.

            -Sólo un poco. ¿Quieres que prepare algo? –Responde ella.

            -No, pediré algo por teléfono. ¿Se te antoja algo en particular?

            -Cualquier cosa estará bien.

            -Está bien. –Le doy un beso y salgo de la habitación. Bajo las escaleras, en la sala de estar me encuentro a Sebastián.

            -Señor. –Habla al verme.

            - ¿Estás mejor?

            -Casi ni me duele.

            -Está bien. Descansa.

            -No se preocupe, estoy bien.

            -Anda. Descansa. –Le sonrío, mientras le apunto con la barbilla el pasillo hacia su habitación.

            -Está bien, señor. –Se levanta, y se va.

            -Solo una cosa más. –Le interrumpo antes de que desaparezca. – ¿Podrías llamar para que hagan los preparativos para el funeral de Marco? No ahora mismo. Sólo cuando hayas descansado lo suficiente.

            -Por supuesto, señor. Será todo un placer. –Responde y desaparece en el pasillo.

Saco el teléfono de mi bolsillo y hago una llamada al restaurant que siempre fui a comer. Al menos eso hacía antes de que pase todo esto.

Luego de hacer el pedido, me dispongo a caminar hacia el jardín. La gran puerta corrediza está abierta. La atravieso, y paso caminando por el borde de la piscina. Me quedo de pie en medio del inmenso jardín, frente al mural que hice de Karol cuando estuvimos encerrados aquí, mi hermano Ismael y yo. En cada rincón hacia donde miro, viene a mi mente un recuerdo, ya sea de mi hermano, o de Marco. Todos los recuerdos pasan rápidamente por mi mente, como si estuviera haciendo un recalculo de algo en particular. Una lágrima rebelde se escapa por mi mejilla, pero esta es diferente. No está llena de dolor, si no de felicidad, por todo lo que me dejaron. Por todo el amor que me mostraron y siempre tendré en cuenta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.