Hilos enredados

Capítulo 14: Otra vez aquí

-¿Mateo?

Me despierta una voz. Es Karol.

Levanto mi cara del escritorio, aún somnoliento.

-Mateo, ¿dormiste aquí? –Pregunta preocupada.

-A-ah si. –Titubeo somnoliento.

-¿Por qué? –Espeta.

-No podía dormir, así que vine a terminar algo. –Me froto el rostro.

-¿Pensabas en el hombre que entró? –Se sienta en mis piernas.

-No, no te preocupes. –La abrazo.

-¿Entonces?

-No es nada, solo no tenía sueño y ya. –Susurro.

-Está bien. –Y me besa.

-Bien, ahora me tengo que cambiar y alistar la maleta, luego vamos por la tuya. –Le sonrío y me levanto.

-¿Maleta? ¿Vamos a algún lado? –Me sostiene la mano.

-Le preparo una sorpresa a Ismael, necesita distraerse. Así que iremos a mi casa de playa.

-¿Tienes casa de playa?

-Claro. Invitaré a André, Natalia y Santiago. –Le sonrío

-¿En serio? –Sonríe divertida.

-Si. –Y la beso.

Marco nos recoge en la mini van. Le entrego la maleta de Karol y la mía. Dentro, están André, Natalia y Santiago. Los saludamos.

-Marco, ¿tienes la dirección de Ismael?

-Si señor, me la dio su tío George.

-Bien.

Marco conduce, unos minutos después llegamos a la casa de Ismael. Tomo mi celular y lo llamo.

-Ismael?, Tienes diez minutos para preparar tu maleta, iremos a mi casa en la playa por unos díaz.

-No tienes que trabajar? –Espeta.

-No si mi hermano necesita divertirse.

-Está bien, salgo en diez. –Y corta.

Una hora después, ya estamos en camino. Me relajo y tomo la mano de Karol, despejando la mente de lo sucedido esta madrugada. Necesito olvidar eso por ahora.

Ismael está conversando con Santiago y André, parece que se caen muy bien. Me alegra que todos se lleven bien.

Una hora después, se empieza a ver el mar, las gaviotas volar cerca. Se siente una tranquilidad como en ninguna parte, tan pacífica y hermosa. Vuelvo a estar aquí por segunda vez en un mes... Increíble.

La mini van avanza por el pueblo, le indico a Marco el camino, gira a la izquierda, empieza el camino de arena. Unos metros más adelante, podemos ver la casa. Marco estaciona el auto. Luego baja por las maletas mientras nosotros bajamos del auto.

-Wow! –Dice Natalia.

-En serio que tú conoces los mejores lugares. –Dice Karol sonriéndome.

-Así que aquí viniste la otra vez, ya veo por qué lo hiciste. Es fenomenal. –Dice André.

Mario y Melisa nos esperan en la entrada, avisé que vendría con unos amigos para que preparen todo. Nos acercamos y los presento.

-Buenos tardes señor Mateo. –Dicen ambos a la vez.

-Buenas tardes. Ellos son mis amigos; André, Natalia y Santiago. Él es mi hermano Ismael y ella es mi novia Karol. –Los presento.

-Mucho gusto, pasen. –Dice Mario y va a ayudar a Marco con las maletas.

Ingresamos a la casa, todo está igual que hace unas semanas.

-Que hermoso, ¿contrataste a alguien para decorarlo? –Pregunta Natalia.

-Conociendo a mi hermano como lo conozco, podría apostar a que él eligió todo para decorar la casa. –Interrumpe Ismael.

Asiento con la cabeza mientras sonrío divertido.

-Todo está hermoso, amor. –Dice Karol sosteniéndome de la mano.

Mario les enseña las habitaciones a todos, menos la mía que ya conozco el camino. Guió a Karol tomándola de la mano y la llevo a nuestra habitación, un minuto después entra Marco con nuestras maletas y las deja sobre la cama. Nos quedamos mirando por la ventana abrazados. Le doy un suave beso y nos ponemos la ropa de baño. Karol se ve hermosa con su bikini, su cuerpo es perfecto para mí. Salimos de la casa.

Fuera la brisa es fresca, aunque el sol esté en todo su esplendor. Las olas chocan con la playa suavemente, unas gaviotas están en la orilla, mientras otras vuelan hacia otro lado. Nos sentamos en los sillones que mandé a poner antes de venir. Aunque la hamaca sigue ahí.

-¿Cómo es posible que solo hayas venido dos veces desde que la compraste? –Se acerca Ismael.

-No había tenido tiempo de Venir. –Respondo sonriendo.

-¿Con quién viniste la primera vez? –Pregunta Karol mirándome a los ojos.

-Vine solo, necesitaba relajarme. –Respondo sereno.

-Mateo, tu siempre necesitas relajarte. –Dice Ismael sonriendo divertido.

-Lo sé. –Sonrío divertido.

-Usaremos las motos que están detrás, espero que no te moleste.

-Disfrútenlo. -Respondo

Un momento después aparece Santiago e Ismael montados en las motos, salen disparados a toda velocidad por la playa.

André y Natalia salen un momento después y se acercan a nosotros.

-Este lugar es asombroso. –Dice Natalia aun sorprendida.

-Y apenas llegamos. –Respondo divertido.

Nos sentamos uno al lado del otro, abrazo a Karol mientras vemos el sol ocultarse en el horizonte, dejando diferentes tonos de naranja en el cielo, una maravilla de vista.

Y por segunda vez, me siento más relajado y calmado que nunca. Deseando con el alma que esta calma no se vaya nunca, pero eso es imposible. Lo sé...

 




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