Abrí mi ojos y salté de la cama.
ー ¿¡Qué hora es!?
Miré el reloj y vi que llevaba diez minutos de retraso.
ー ¡Se me olvidó poner la alarma!
Fuí al baño y luego de cepillarme y peinarme, me metí en el uniforme tal cual lo había dejado ayer.
Saqué del refrigerador el termo de café frio, sobras de la cena que dejé y los metí al bolso junto con un par de cuadernos.
Me encajé los zapatos y puse mi mano en el picaporte.
ー Ya me voy.
Nadie respondió.
Eché a correr para tratar de alcanzar el autobús, por suerte hoy estaba nublado y el calor no era tan molesto.
Ayer conocí a Ozzil. El tipo casi se mata al arrojarse del puente.
¿Estará bien?
Tomé el móvil y le envíe un mensaje:
「The Game.」
Al rato llegó la respuesta: un emote de una carita molesta y una imagen del campo de girasoles que apenas se distinguía por el movimiento.
No iba tan tarde entonces si el autobús hasta ahora estaba cruzando los girasoles.
Y en efecto, a lo lejos logré ver el armatoste color blanco que se acercaba poco a poco.
Al subirme y pagar, miré al fondo y entonces suspiré. Ozzil estaba en el mismo asiento que ayer. Con la misma cara de muerto de ayer.
Vi que apenas me vio de reojo, volvió su mirada a la ventana.
Me senté a su lado.
ー ¿Desayunaste?ーpregunté.
Ozzil asintió.
ー ¿Qué comiste?ーvolví a preguntar.
Finalmente despegó su rostro de la ventana, y por debajo del cabello que cubría sus ojos, hizo contacto visual conmigo, creo.
ー Galletas de soda... con agua.
Le di un codazo por las costillas. Ante esto él se retorció muy comicamente.
ー Eso no cuenta como desayuno para alguien de tu estatura...
Luego de compartir los últimos bizcochos que quedaban en mi bolso y un poco de café con él, me la pasé tratando de sacarle conversación hasta que llegamos al instituto.
Era un edificio enorme de cuatro pisos. El color que tenían sus paredes y el estilo de sus ventanas me hacía pensar en algún tipo de prisión lujosa, si eso existe, claro.
Ozzil casi desaparece en medio de la muchedumbre de estudiantes, ajeno a todo y todos.
Me acerqué y tiré de él por la oreja.
ー No se te olvide que me debes algo,ーle dije, colocando el rostro más serio posible.
Él pareció perdido por un momento, entonces pareció recordar a lo que me refería.
ー Si, si. Vale, sígueme...
Al pasar por la entrada vi que un grupo de estudiantes habían sido detenidos por otro grupo cuyo uniforme tenía además una cinta blanca en su brazo.
ー Son los del consejo,ーexplicó Ozzil,ーmejor evitarlos...
El Consejo es un grupo de estudiantes que velan por el cumplimiento de las normas del instituto, usualmente bajo el liderazgo de un estudiante de élite.
Fue lo que explicó mi melancólico compañero.
Y siguiendo su sugerencia de evitarlos, nos escabullimos entre el bullicio y entramos al edificio.
Luego de eso nos saltamos las dos primeras clases mientras caminábamos por el instituto.
Ozzil me indicó dónde quedaba cada lugar que fuese relevante: la biblioteca, el campo de deporte, el piso de las actividades extracurriculares, el consejo estudiantil y la salida de emergencia.
Sugerí que debíamos volver al salón para por lo menos entrar a las últimas clases del día, él estuvo de acuerdo.
Mientras caminábamos por los pasillos, alguien detuvo a Ozzil. Ni siquiera oímos en qué momento llegó desde detrás de nosotros.
ー Primero, deberían estar en clases, segundo, no está permitido ese corte de cabello, retirate del edificio.
Era un integrante de El Consejo. Su presidente, de hecho.
El presidente era alto, lo suficiente para mirar a Ozzil desde arriba, y estaba tan fornido que su uniforme lucía dolorosamente ajustado.
ー No recuerdo que eso esté en las normas del instituto,ーcon un tono indiferente, Ozzil, a pesar de estar encorvado, miró directamente y sin vacilar a los ojos al presidente.
Eso era cierto, yo tampoco vi ningún tipo de normas en contra de ciertos cortes de cabello.
ー Ahora si está en las normas,ーdijo el otro tipo, que tomó una postura amenazante y molesta.
Por un momento, los dos se quedaron en un silencio mortal con la mirada fija en el otro y generando una atmósfera pesada.
Finalmente Ozzil se encogió de hombros y cedió.
ー Bueno, es lo que hay,ーy justo cuando Ozzil se daba la vuelta para retirarse, el tipo grandote lo tomó por el brazo.
ー Te llevaré a la salida,ーcon un tono burlesco y una mirada asesina, el presidente del consejo trató de arrastrar a Ozzil.
Justo en este momento, no tengo idea de cómo, pero Ozzil libró su brazo del agarre y apartó la mano del presidente con un empujón.
ー Sé dónde está la salida.
La expresión que tenía en el rostro y la postura de Ozzil en ese momento pareció superar la estatura y corpulencia del otro estudiante, quién se quedó inmóvil, quizá por la inesperada reacción.
Y sin más palabras o gestos, el tipo delgado con cara y ojos de muerto se retiró del lugar.
El presidente ni siquiera reparó en mi.
Se fue en dirección opuesta murmurando cosas y pisando fuertemente por los pasillos.
Me apresuré y alcancé a Ozzil antes de que saliera del edificio.
ー ¿De verdad te vas a ir?ーle pregunté.
Él se detuvo, volvió la mitad del rostro y mirándome de reojo con una calma fingida, sonrió.
ー Tiene razón, este corte inquieta a más de uno en la calle, sabes...
Bueno, con su cabello cubriendo la mayor parte de su rostro, haciendo casi imposible verlo a los ojos, no estaría de más un cambio.
ー Mirale el lado bueno, quizá valga la pena,ーle dije.
Ozzil pareció genuinamente confuso.
ー ¿Cómo es eso?
Ante su pregunta, lo señalé con mi dedo índice.
ー Con un mejor corte, y una mejor presencia quizá te levantes un par de chicas, ¿no es eso bueno?
Ozzil se llevó la mano a la frente, como si tuviera un dolor de cabeza.