Entre las primeras semanas de clases, aparte de aburridas horas de copiar y escuchar, hubo una semana en particular que quiero resaltar y comentar.
De camino al instituto estuvimos en silencio, Oz miraba el campo de girasoles y yo escuchaba una nueva canción.
Oz últimamente ha mejorado en varios aspectos. Es notable su esfuerzo por tratar de hacer las cosas bien.
Ya no caminaba encorvado ni andaba por ahi despeinado, su uniforme estaba bien cuidado, su tez pálida estaba tomando color y de vez en cuando despegaba la mirada del suelo.
Parece más vivo que antes. Excepto sus ojos. Esos siguen igual de muertos que antes.
Cuando llegamos a la entrada del instituto vimos como cada estudiante bajaba su voz y parecía encogerse ante los gritos del presidente del consejo estudiantil.
A Oz lo traía sin cuidado desde hace varios días. La actitud de Desmond parecía más bien un chiste para él, a pesar de el focus que el grandulon parecía tener contra él.
El consejo estudiantil actual estaba perdiendo apoyo y popularidad por cada día que pasaba. Solo se mantenía en pie a punta de amenazas y miedo.
A la hora del almuerzo mientras estabamos en el patio una chica del mismo año pero de otra sección se acercó a nosotros.
ー Eh, ¿P-Puedo hablar contigo en privado?ーla chica le preguntó esto a Ozzil con cierto tono de inseguridad.
La chica tenía el cabello de un color negro azabache y lo sostenía en una cola de caballo, esto último era una de las "nuevas normas" que promovía el consejo.
La pobre se quedó allí de pie un rato, el color de su rostro subía por cada segundo que pasaba.
Oz, que estaba comiendo, ni siquiera cayó en cuenta que la chica se estaba dirigiendo a él.
Sin disimulo alguno, le di un puntapié en la pierna que lo sacó de su nube e hizo que me mirara con confusión.
"Te buscan" traté de comunicarle con la mirada, dirigiendola a la chica que ya estaba como un tomate.
ー Oye, ¿Estás bien? Parece que te estás ahogando con algo...ーa pesar de haberlo dicho así, Ozzil no hizo ningún movimiento como para ayudarle.
La chica al escuchar esto se dio la vuelta y se fue con pasos largos y tropezando en uno que otro lugar.
Yo me solté a reír tan escandalosamente, que podía sentir la mirada de medio patio.
ー ¿Q-Qué pasó?ーpreguntó Oz.
Su pregunta solo fue combustible para mi risa.
¡Es que no se ha dado ni cuenta!
Lo tomé por el brazo y lo arrastré a un sitio menos concurrido. Si él seguía allí como si nada haciendo el tonto, iba a ganarse más enemigos.
ー Fiuh, hacia rato que no me reía así.
Oz se quedó mirándome en espera de respuestas.
ー ¿No escuchaste lo que te dijo la chica?ーdebía empezar por el principio.
ー Ni siquiera me di cuenta de que estaba allí,ーdijo negando con la cabeza.
Pegado este...
ー Creelo o no, Ozzil, esa chica venía a confesarse, felicitaciones.
A esto le añadí un par de aplausos.
Oz se quedó con la boca abierta.
ー Pensé que aparecerían antes,ーañadí.
ー ¿Quiénes...?
ー Las moscas, eres un pedazo de torta puesto al sol en el patio, y te empezaron a caer las moscas,ーexpliqué.
La expresión de Oz parecía decir "¿Habrá más de una?"
ー Elemental mi querido Oz, tu complexión puede ser un cinco sobre diez, pero tu aspecto no está mal...
Y ahora que se estaba arreglando y parecía más un ser vivo, era de esperar.
ー Pero ni siquiera me conocen, Merlín ¿Cómo les puedo atraer si no me conocen?
Oz se agarró la cabeza como quien tiene un dolor de cabeza.
No tenía una respuesta para él. No entendía ese tren de pensamientos tan... superficial.
ー Es lo que es, no está bien, pero poco podemos hacer,ーle dije.
Él simplemente se encogió de hombros y mostró su disgusto en su rostro.
ー Venga, no eres el único, si te sirve de consuelo...ーdije, mostrandole una hoja de papel que saqué de mi bolsillo.
Oz tomó el papel de mi mano y luego de leerlo, arrugó la frente como quien acaba de recordar algo cringe que hizo en el pasado.
ー ¡Eso es peor!ーparecia genuinamente molesto,ー¿Quién se confiesa a una desconocida con una carta? ¡Tengan valor de decirlo a la cara al menos, puñeteros!
Verlo así, sin saber bien por qué, me hacía sentir algo triste...
Sin embargo, el timbre de final de receso sonó y tuvimos que volver al salón.
Las clases de la tarde estuvieron inusualmente calladas e incluso se sentía un ambiente pesado en el salón. El profesor parecía extrañado por esto, pero no dijo nada.
Al terminar las clases, la gran mayoría de estudiantes empezó a dispersarse, unos a sus actividades del club, otros se quedaron a hablar en los pasillos, y otro grupo, en el cual estabamos nosotros dos, salíamos rumbo a casa.
La chica que buscó a Oz en el receso lo estaba esperando en la salida. Miré con preocupación su rostro, pero sus sentimientos seguían siendo ilegibles.
ー ¡O-Ozzil!ーlo llamó ella, su voz con algo de temblor incluido.
En este punto, reduje mis pasos y dejé que él avanzara. No quería oir o ver algo que no tenía qué ver.
La chica, al igual que en el receso pero esta vez con éxito, apartó a Oz de entre la muchedumbre de estudiantes y lo llevó a un apartado del área de salida.
A paso lento, casi antes de salir finalmente del edificio, vi como la chica a pesar de sus nervios y su color tomate, le decía a Oz lo que probablemente no pudo más temprano.
Luego de salir del edificio me dirigí a la estación de autobuses, y mientras esperaba sentada, unos minutos más tarde Oz también llegó.
Detrás de él, por la otra calle, la chica se reunió con otro grupo de estudiantes y se fueron caminando mientras murmuraban.
Oz no parecía en lo más mínimo molesto o felíz. Era su cara de siempre. Muerto.
ー Bueno, asunto zanjado,ーdijo él luego de sentarse a mi lado.
Decidí no comentar nada.
Una pequeña parte de mí, sin embargo, quería saber.