Al día siguiente.
El autobús pasó por el campo de girasoles, pero no estaba en la ventana quien día tras día observaba el paisaje.
Oz había respondido vagamente a los mensajes que envié.
Sin embargo, los estudiantes del autobús, a diferencia de otras veces, echaban un vistazo al lugar donde se solía sentar.
Al llegar al instituto, un par de ayudantes del consejo estudiantil estaban cerca de la entrada con un par de chicos en cuyos rostros había cierta ansiedad.
Cuando uno de los del consejo vio que yo venía, hizo algunas señas y entonces todos se pararon firmes.
Una chica con el brazal del consejo bloqueó mi camino y trajó a jalones a uno de los estudiantes.
Parecía un especie de ejecución...
ー Yo, eh, lo siento...ーel chico hizo una reverencia y luego le dejó el lugar a otro.
ー ¿Qué está pasando?¿Qué es esto?ーpregunté.
ー En respuesta a algunas quejas,ーrespondió la chica del consejo,ーhemos tomado las medidas que el presidente tuvo a bien.
Uno de los ayudantes sacó una carpeta y de esta misma sacó dibujos que fue entregando a cada estudiante detenido.
¡¿Esos son?!
ー Encontramos varios dibujos de los miembros del club de arte que van en contra de las normas del instituto, además de faltar al respeto y moral del estudiantado.
Eran dibujos incompletos en los cuales estaba yo.
ー Ahora bien,ーdijo ella.
La chica del consejo estudiantil que parecía liderar a los otros era delgada pero no tenía mala figura. Su cabello llegaba hasta sus hombros y tenía un tono pelirrojo pálido.
Era más alta que los demás que estabamos allí.
Sus ojos, sin embargo, eran severos.
Su nombre, según el carnet que colgaba de su cuello era "Gwen" y era del último curso del instituto.
ー ¿Les diste permiso para dibujarte?ーpreguntó ella.
Los estudiantes, que según pertenecían al club de arte, miraban con cierto miedo en nuestra dirección.
¿Qué diablos pasó ayer?
Uno de los ayudantes se acercó a Gwen y le susurró algo al oído. Y con una simple seña de parte de ella, el ayudante sacó su móvil y pareció enviar un mensaje.
ー ¡Es ese desgraciado!ーuno de los del club de arte gritó con saña.
Cuando me di la vuelta para ver a quién se refería, Oz venía por el pasillo.
Y detrás de Gwen apareció también Desmond, el presidente del consejo, acompañado de otros ayudantes.
Ozzil se detuvo cerca de mi, me miró, aparentemente calmado, y con un tono de burla dirigido hacía los del club de arte, me dijo casi murmurando:
ー Sin piedad con ellos.
Desmond se plantó en frente de Oz, y como era más alto que él, le miraba hacía abajo, su séquito detrás de él, todos con grandes ínfulas.
A pesar del número y la agresividad del acercamiento, Oz no retrocedió ni se encogió ante ellos, sino que más bien les plantó cara con una sonrisa un tanto sarcástica.
Un peso sofocante se desató en el lugar.
Los del grupo de arte palidecieron.
Los ayudantes, a pesar de su fachada de dureza, miraban con cierta ansiedad.
Gwen era la única que parecía mantener su compostura, y aún así sus ojos no mentían.
ー Ya no me sorprende que si algo sucede, tenga que ver contigo,ーdijo Desmond.
ー Hice tu trabajo, no hay de qué,ーOz respondió alzando los hombros.
No bromeo cuando digo que una vena sobresalía de la frente del presidente del consejo. Estaba irritado, pero lo ocultaba.
Algunos estudiantes que pasaban por allí se detenían a ver, pero luego se alejaban rápidamente.
ー Ya sabes qué va a pasar.
ー Si, bueno, acabemos con esto.
Desmond y su séquito dejaron pasar a Oz y luego lo escoltaron a los salones de la dirección.
ー Espera, ¿pero qué pasó?ーtraté de seguirlos, pero Gwen me detuvo.
ー Primero, responde a mi pregunta.
¿Qué pasa con esta gente? Todos parecen tener una presencia imponente delante de los demás...
ー No les di permiso, ni siquiera los conozco.
Los del grupo de arte quedaron boquiabiertos ante mi declaración.
¿Acaso esperaban que simpatizara con ellos? ¿Por qué debería? Además, sospecho que ellos están conectados al comportamiento de Ozzil.
ー Bien,ーasintiendo para si misma, Gwen tomó de manos de otro ayudante una carpeta de la cual sacó un papel,ー oficialmente, todos los miembros del grupo de arte que están aquí presentes quedan expulsados del club.
El horror se posó tanto así sobre los del club de arte que no sólo palidecieron, sino que incluso uno de ellos cayó de rodillas.
ー ¿Q-Qué?ーuno de ellos estaba aferrado con desesperación de un ayudante.
ー No hay más nada que discutir aquí,ーa la orden de Gwen, los ayudantes hicieron una reverencia y se retiraron,ーretirense ustedes también a sus salones.
Los alumnos del club pusieron caras de perrito en busca de algo de piedad. Gwen en cambio los miró como si estuviese viendo basura.
Luego de que se fuesen, ella con su misma mirada de desdén, sacó su móvil y luego de buscar algo, me mostró un video.
ー No tendría porque darte explicaciones,ーdijo ella,ーpero ya que de una o otra manera estás involucrada...
Parece que el video lo grabó alguien que ya estaba en el salón de arte al cual Oz había entrado.
El Oz del video y el de siempre parecían tan distintos...
Tomando a uno de los alumnos por el cuello de la camisa, lo empujó contra la pared y con un actitud amenazante les estaba gritando.
Sin embargo, a pesar de que era uno solo contra todo un salón, ninguno se acercó a ayudar a su compañero.
Luego de armar un alboroto y sin soltar al chico de su agarre, amenazó con pisotear el trabajo que estaban haciendo para el festival de cultura.
En este punto, los del club prefirieron salvar su trabajo y cooperar. Y así terminaron por vender a sus compañeros.
Luego de exponer al mismo grupo que vi hace un momento, Oz buscó en sus bolsos y sacó de ellos varios dibujos, dejó aparte los que parecían sus trabajos personales y con saña empezó a romper solo aquellos en que ellos mismos se habían dibujado conmigo.