Palabras del autor

Llegamos al final de la Historia №2

Para cuando escribí la primera parte de la historia hace dos años por allá en el 2022, estaba empezando a sufrir los efectos de una depresión menor también conocida como Distimia. Sus efectos y síntomas suelen variar tanto en impacto como en duración. Puede durar días o semanas. Mientras que superarla por completo puede tardar años.

Elie Wiesel, escritor y superviviente del holocausto dijo una vez que "Escribimos porque no podemos mantener encerrados a los personajes dentro de nosotros" y para esta historia el que se escapó fue Ozzil.

Ozzil representa una gran parte de la depresión por la que pasé en su momento. Y cada aspecto que leyeron de él en los primeros capítulos estaban teñidos de alguna herida por la que pasé.

Afortunadamente, como con Ozzil, apareció alguien que hizo ese período mucho más soportable y llevadero. Un marcapasos que animó mi corazón. Una increíble amistad como pocas. Pero no hablaré de ella en esta sección, sino en la siguiente.

Ozzil como personaje, sin embargo, también es muchas cosas que no soy yo, y en cambio es mucho más como otras personas o personajes de otras obras.

Por otra parte, Merlín como concepto nació después de que leyera "El caballero de la armadura oxidada" y es justo el tipo de persona que necesita todo aquel que sufre de estos periodos de bajón o depresión. Una amistad que esté allí para escuchar y animar, que preste sus hombros para que lloremos y quizá también para que sean un motivo por el cuál vivir. Ya saben, para ser como ellos y ayudar a otros también.

La segunda parte de esta historia (del capítulo 7 en adelante) quise enfocarlo en las relaciones humanas. Y como estas pueden o bien ser superficiales, correspondidas o no, y el tipo de respuestas que suelen presentarse en algunos casos.

Si algo quiero que se lleven de esta historia, es que vale la pena vivir, aunque a veces pensemos que no, aunque perdamos la esperanza, aún hay personas que hacen de este mundo un lugar habitable. Y que ustedes pueden ser esas personas valientes y fuertes que se levantan y deciden continuar. Que pueden ser tan fuertes como tantas veces decidan levantarse después de caer. Y que deciden cambiar para ser mejores, no mejores que los demás, sino mejores que el yo de ayer.

Espero que puedan encontrar a esa persona que les ayude a sobrellevar sus tormentas. Que no abandone la barca cuando las cosas se pongan feas. Y espero que también encuentren una forma de arte por cual puedan expresar y drenar sus emociones y sentimientos.

Para cerrar, les dejo este versículo que le dió la vuelta a mi vida y me permitió empezar de cero:

"Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: «No encuentro en ellos placer alguno»;"

—Eclesiastés 12:1