¿Cómo puedo empezar a contar la historia, de cuan maravilloso puede ser el amor?, la dulce historia de amor que es más antigua que el mar, la simple verdad acerca del amor que ella me da, ¿por dónde puedo empezar?... con su primer hola, ella me dio un nuevo sentido a mi mundo vacío... Nunca habrá otro amor, otro momento, ella llegó a mi vida y le dio una razón a la vida...
Escucha el reloj de la torre más alta, respira profundamente y camina en dirección al edificio del frente.
No ha dejado de ir, ni un solo día, al hospital. Incluso de noche se escabulle y entra sigiloso a uno de los cuartos. Ella permanece dormida, parece un ángel... Pero Alexander no permitirá que extienda sus alas. Le susurra tiernamente.
—Regresa a mí.
Una enfermera lo sorprendió y le aconsejó que se retire del cuarto.
Pero Alexander se niega.
—Deje quedarme un momento más, para decirle que estoy aquí, esperando por ella.
—Solo un momento, contestó la enfermera.
Alexander besa los fríos labios de Laura...
—Sé que puedes escucharme, abre tus ojos... Aquí estoy esperándote cada día...me haces mucha falta. Quiero abrazarte como antes, como te gustaba, lo recuerdas, ¿verdad? Nos quedábamos, después de amarnos, así tan juntos que nuestros corazones parecían palpitar como uno solo.
La enfermera vuelve y le insiste nuevamente.
—Vuelva mañana, no se preocupe... Ella está bien cuidada y atendida.
—Cualquier cambio...
—Lo llamaremos.
Alexander esboza una sonrisa.
—Parece que sueña algo hermoso, por eso no quiere despertar.