Historia de amor

Capítulo 4

Nana: estoy segura de que lo conocerás. Él se enamorará de tu belleza interior y exterior, eres una persona demasiado bondadosa, nada más que eso a él no puede pasarle desapercibido. Además, tienes unos hermosos ojos color cafés claros que pueden cautivar a un hombre por más frio que sea, pero tampoco debes de olvidar tu cabello largo color negro y tu piel que es morena clara. Solamente te pido que no te sientas fea, porque él está interesado en ti realmente y definitivamente a él no le pareces de esa manera.

Jade: eso puede ser posible, nana. Espero no equivocarme en casarme con él, solamente que lo sentí tan seguro de querer hacerlo y recordar sus palabras me hace sonreír.

Nana: no sabes cómo quisiera verte así todos los días. Eso quiere decir que te hizo demasiado bien conocer a tu futuro esposo y cuando te cases sentiré que ya no te hare falta, solo que tu felicidad es lo más importante y con eso es más que suficiente para mí.

Jade: no quiero que te despedidas de mí nunca. Porque siempre te necesitare, eres una parte fundamental de mi vida y sobre todo necesitare de tu cariño incondicional.

Nana: mi cariño siempre lo has tenido. Además, siempre serás la luz de mis ojos y debemos de ir a tu recámara, porque tus ojos me dicen que tienen sueño.

Ella se despide de su nana y entra a su recámara. Jade se acerca a su cama y toma su pijama, ella camina rumbo al baño para cambiarse y sale hasta que termina de hacerlo. Ella suspira y empieza a caminar hasta a su cama y cuando lo hace se acuesta en su cama para caer en un profundo sueño.

En la casa de la familia McGregor

Humberto: ahora se puede decir que eres un hombre comprometido, hijo. Nada más quisiera saber cómo te sientas al respecto con tu futura boda.

Daniel: nunca pensé que me sentiría bien. Ella sin duda es la mujer que necesito a mi lado, pero al principio me sorprendí cuando la vi, aunque no me refiero a su apariencia.

Humberto: lo entiendo, hijo. Nunca debes de fijarte en la belleza exterior, porque esa se acaba y la que queda intacta es la interior que esa es la única que cuenta.

Daniel: tienes razón, padre. Debo de aprender a tratarla con mucho tacto si quiero hacerla feliz para que nunca se arrepienta de haberse casado conmigo.

Humberto: eso lo aprenderás con el tiempo. No debes de preocuparte por eso y no sabes cómo me sorprendí cuando demostrarte mucho interés en tu prometida.

Daniel: cómo no iba a hacerlo. Ella es prácticamente mi esposa y necesitaba conocerla, aunque para eso tendremos toda la vida, nada más que mi meta es enamorarla.

Humberto: no puedo creer que estés hablando de amor. Acaso piensas que puede surgir ese sentimiento entre ustedes, pero eso es posible.

Daniel: exactamente, padre. No niego esa posibilidad y solo falta darle un beso para poder comprobarlo y estoy seguro que sentiré algo con un solo beso de ella.

Ellos tiempo después terminan de conversar y él sube a su recámara. Daniel no deja de pensar en Jade, él entra a su recámara y lo primero que hace es cambiarse para después acostarse y de esa manera se queda profundamente dormido.




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