Historia de amor

Capítulo 28

En la casa de Daniel McGregor Evans

Jade: me gusta conversar contigo. Pero debemos de ir a comer. Además, mi nana seguramente tiene hambre y me gustaría que nos acompañara todos los días.

Daniel: sabes que no tengo ningún problema con que ella este con nosotros y parece que olvidaste que solo quiero hacerte feliz. Necesito que entiendas no hay nada en el mundo que no haga por ti.

Jade: me imagino que me dices esas palabras porque así lo sientes. Solamente que es lindo saberlo, ahora si debemos de irnos a comer.

Daniel: entonces hare llamar a tu nana para que venga a comer con nosotros. Debemos de esperar unos cuantos minutos y después de que llegue nos iremos al comedor.

El se levanta de su asiento para hacer llamar a una de las sirvientas y cuando lo hace le da la orden de avisarle que esperan a su nana en el comedor. Daniel al ver que cumplieron con su orden ayuda a su esposa a levantarse, él toma la mano de Jade y de esa manera se dirigen al comedor, ellos toman asiento en el momento que llegan para después saludar a su nana.

Nana: no es necesario que yo coma con ustedes. Además, hubiera preferido comer en la cocina con las demás sirvientas, ya que se cual es mi lugar.

Jade: jamás has sido una sirvienta para mí. Sabes que no te traje conmigo para que lo hicieras, porque tu eres parte de mi familia y sobre todo siempre comerás con nosotros.

Nana: es que no quiero molestarlos con mi presencia y mucho más sabiendo que son recién casados. Estoy segura que quieren estar solos.

Jade: si no quieres que este triste lo harás. Nada más que mi esposo y ya lo hablamos y estamos de acuerdo con que estés a mi lado, así que eso no es un problema.

Nana: está bien, mi niña. Me imagino que no haré nada en esta casa, porque estaré contigo en esta nueva etapa de tu vida de casada.

Jade: precisamente eso es lo que pasara. Ahora me acompañaras como mi nana y también como la única amiga que he tenido en toda mi vida.

Nana: es que siempre he estado para escucharte. Seguramente por esa razón me consideras tu amiga y no debemos de seguir hablando de esto mientras estés con tu esposo.

Daniel: entiendo que ella la quiere. Solamente que no me preocupare mientras estaré en mi trabajo sabiendo que esta con usted acompañándola.

Nana: cuidare a mi niña con mucho cariño. Porque la he cuidado para que nunca le haga falta nada y le prometo a usted que lo seguiré haciendo.

Daniel: creo en su palabra al ser la nana de mi mujer. Nada más que yo también lo hare y sobre todo estará bien cuidada por nosotros.

Ellos guardan silencio cuando las sirvientes le empiezan a servir y a los pocos minutos terminan de hacerlo. Ellas cuando lo hacen se despiden, así que ellos empiezan a comer y tiempo después terminan.




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