Historia de mi corazón desencantado

I

Todo empezó el primer día de un nuevo año escolar después de las vacaciones, con la única  de ir a ver que nos depara en cuanto a clases, horarios, compañeros y profesores. Lo típico para una alumna a quién le quedan dos años para graduarse.
Iba a llegar sola, como siempre que inicia un nuevo grado educativo, entraba sola y esperaba a la típica formación en el patio central, y en este año no sería la excepción.

—Ya se me hacía raro no verte por acá, siempre entras casi media hora antes. Y como siempre sola el primer día del año escolar- reconocí esa voz inmediatamente, era Fernanda, compañera y amiga desde el primer año de secundaria.

—Creo que hoy lo arruinaste, Fernanda, ahora tendré que entrar contigo a la formación.

—Tú no tienes ningún remedio y lo peor es que no puedo hacer nada frente a eso.— Dijo sonriendo.

—Si puedes— Respondí en tono muy tranquilo.

—¿Qué puedo hacer?— preguntó irónicamente.

—Deja de quejarte de mi forma de ser y aguántame como todos estos años.— sonreí sarcásticamente.

—¿Y qué crees tú que haré?

—Seguir mi consejo, siempre haz hecho eso.

—Por supuesto que me interesa ser la mejor amiga de la nerd del salón ¿O le vas a dejar el puesto de nerd a alguna otra chica? Ya es hora de que cambies un poco de una vez por todas.— Su tono de voz era alto, pero a mí sólo me causó un poco de risa. —No te rías hablo en serio.

—Haber mi querida Fernanda, tu sabes que vas a ser mi mejor amiga y lo de ser la mejor de la clase en todos los años no es mi culpa, todos son unos mediocres que no se interesan por su futuro educativo, y los que no son mediocres, como tú, dan lo mejor sin lograr superarme, pero si este año llega esa chica a la que tu sugieres que le deje el puesto de nerd, como tú lo llamas, pues tendrá que ganárselo y tener mejores notas que las mías.

—Lo dicho, nada que yo pueda hacer.— Me sentí victoriosa y sólo le respondí con un gesto dándole la razón por su último comentario.

Llegamos al patio central, se le conoce así porque la estructura de aquel colegio estaba construida alrededor y le daba un aspecto de coliseo. Después de saludar a algunos profesores y compañeros, me afirmé sobre una de las gruesas y bien decoradas columnas que sostenían los siguientes pisos.

En poco tiempo empezó la formación por orden de cursos y luego curso a curso la formación por apellidos en orden alfabético.

Era algo demasiado demorado que llegaran a ordenar a todos los alumnos desde el curso inicial hasta el último, aunque cada coordinador ordenaba un curso; logré ver bastantes caras nuevas, sin embargo, eso a mi me da igual. Por fin era nuestro turno y empezaron a llamar a cada uno, todo iba normal hasta que empezaron con la letra de mi apellido, la R.
Ramos Daniel.

Renteria Maicol
Rincón Fabian
Ríos Anderson
R
Romero Fernanda
Rubio Yeison.
Así fue el orden, por lo menos en apellidos que empiezan con "R"; como siempre Fernanda estaría a mi lado en clases, en cuanto a Anderson Ríos, era nuevo así que no me importa que se quede a mi otro lado, además no tendría ahí al idiota del año pasado, eso era bueno, el resto no me importa.

- Te va a ir muy bien este año Fernanda, sigues pegada a mí y al otro lado tienes un buen tipo- le dije casi en susurro.

-Sólo espero que no vayas a quedar en el fin de una fila y yo en principio de la otra, y en cuanto a Yeison no me interesa ya sabes que él parece retrasado mental así que no me importa.-

El miedo de Fernanda se esfumó a la hora de la formación en el salón, pues al ser treinta estudiantes por salón el orden quedó establecida en seis filas por cinco columnas, me correspondió ubicarme en en la fila cinco y la columna tres, eso es muy bueno, a mi lado izquierdo quedó Anderson, y a mi derecha estaba Fernanda. Adelante y atrás no me importa quien sea asignado.

-Que suerte tienes Maye, te tocó al lado del nuevo, se ve guapo además.-

-Suerte la tuya que estoy junto a ti para ayudarte en clases todo el año- la interrumpí. -Ahora cállate que estamos en clase y no en tu casa.-

Llegó la hora de la presentación de todos los estudiantes, a mí me importaba muy poco, por no decir nada. Soy una completa asocial, mis amigas se cuentan con los dedos de una mano, y sobrarían dedos.

Llegó el turno de Anderson, me interesé un poco por saber que tipo de chico tenía a mi lado este año.

-Me llamo Anderson Ríos, aunque me gusta que me llamen "Andi" tengo diecisiete años y vengo por primera vez a estudiar a este colegio, ya que mi familia planea quedarse este año en esta ciudad- dijo ciudad esto no es más que un pueblito, él continuó -En el colegio del cual vengo me gustaba pasar con mis amigos y sobre todo soy bastante extrovertido- te jodíste, los extrovertidos no son buenos en las clases, pero a ver si te las arreglas para que te ayude, vamos, tu si que tienes suerte de estar a mi lado.

Mientras yo pensaba todo esto Anderson había terminado de decir no sé que cosas.

-Muy bien Andi- dijo la directora de curso -y ahora es tu turno Maye- si así lo dijo, tu turno Maye. Ella me hablaba de tu, era el privilegio por ser la mejor de la clase, además me caía bien esa señora.

Respiré tranquila y pasé al frente, como todos.
-Mi nombre es Mayerli Rojas, sin embargo todos me dicen Maye, tengo diesciseis años, siempre he estado en este colegio y para mí es un placer darle la bienvenida a los demás compañeros que se integran a nuestro curso este año. Me gusta leer y escuchar música además de practicar ciclismo de ruta y sobre todo estudiar mucho. Gracias a todos por la atención.-
-¡Se quedó pendiente que eres la nerd del salón!- fue un solo grito de más de medio salón.
-Ah sí, soy la nerd del salón y estoy dispuesta a ayudar a quienes lo necesiten- Eso causó una mejor impresión o eso creo, al cabo que ni me importa que piensen de mí.-

Seguía Fernanda así que no me preocupa lo que diga, la conozco más que bien.
Lo demás estuvo bastante tedioso. Por suerte no demoró demasiado.




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