Pasó una semana desde aquel primer día, las cosas siguieron un curso bastante normal. Erika, como cosa rara, no volvió a molestar y es que tampoco tuvo oportunidad de hacerlo, estuvimos bastante ocupados con clases, tareas y lo demás, cuándo no había clases la directora me llevaba a ayudar en alguna que otra tarea.
En cuanto a Andi, recuerdo que no hablamos mucho durante esa semana, a él lo he incluido en el equipo de baloncesto y yo entrenaba ajedrez, así que no ha habido mucho tiempo libre, tanto para él como para mí.
Perfectamente todo hubiera seguido siendo normal de no ser por Fernanda.
Sí, así es, un día normal que dejó de serlo muy temprano, cuando recibí el mensaje de Fernanda.
«Hola, Luna, Hoy debo ir al médico, así que no me esperes porque no iré a clases.»
«Está bien Ferchis, Gracias por avisar».
¿Fernanda en el medico? eso no es nada normal ya que ella siempre ha sido un roble, por eso mi mente entró en una profunda preocupación, traté de despejar ese temor esperando no sea nada grave
Decidí ir al colegio en bicicleta, como iré sola no tengo inconveniente alguno, agarré mis audífonos enredados, saqué a palomita, es así como le digo a mi bici por su color blanco, cuando desmarañé los audífonos los conecté al celular y encendí la lista de reproducción en modo aleatorio, en cuanto escuché la primera nota musical pedaleé.
Sí, ya sé. No se debe llevar audífonos a la hora de andar en bici, el tiempo me lo enseñaría mucho más adelante. Pero, en ese momento sentí que la música era la mejor compañía a la hora de pedalear. Después de tres canciones ya había llegado al colegio, amarré mi bici en el estacionamiento
Yendo al salón, me crucé con la directora a medio camino.
-Buenos días, Luna.-
-Buenos días, profe Victoria.-
-Maye, voy a prisa, pero quiero hablar contigo, sígueme.-
-Claro que sí, directora, pero ¿de qué quiere hablar conmigo?-
-Mira Maye, tú bien sabes que año tras año se realiza el campeonato deportivo intercolegiado a nivel regional, en el cual siempre participa éste colegio.-
-Sí, eso lo sé, pero ¿eso qué tiene que ver conmigo?-
-Sencillo, hemos sido notificados de que seremos anfitriones éste año, y necesito un verdadero equipo de trabajo para preparar la organización, ¿entiendes ahora?-
-Por supuesto que sí. Y cuente conmigo.-
-Porque no me acompañas y te cuento un poco más al respecto.
-Me encantaría, pero me temo que voy tarde a clase de física, y según tengo entendido hay un nuevo profesor el día de hoy.
-No te preocupes, yo me encargo, te invito un café.
-Como negarme ante su insistencia.
La directora siempre ha sido mi amiga y no le podía decirle que no en ese momento que me necesitaba, sentí que debía ayudar y me propuse hacerlo de la mejor forma posible. Hablamos un rato mientras apuré un cappuccino, luego me despedí y corrí a mi salón, al encontrar la puerta cerrada, golpeé un par de veces.
-Un momento por favor- se escuchó la voz del profesor de física. Un instante después de la puerta se abrió y apareció un hombre de más o menos cincuenta años, de tez morena y con algunas canas ya muy notables
-Buenos días, profesor, ¿Puedo entrar?-
-No, usted ha llegado tarde, y por eso no entrará a mi clase.-
- Disculpe profesor, me he entretenido hablando con la directora esa es la causa de mi retraso.
Lo cual en parte era cierto, pero he de admitir que, con ese encuentro o sin él, de igual manera hubiese llegado tarde.
-No me importa, usted a esta hora ya no entra a mi clase. Además, por algo sería que la directora la demoro-.
Este tipo me ha sacado mi peor humor.
- Mire profesor, sólo le pido que me deje entrar a clase, los asuntos que haya entre la directora y yo no son de su incumbencia, así que ¿puedo pasar, por favor, o me tengo que quedar fuera?-
-No señorita, no puede, que tenga buen día.- cerró la puerta en mi cara.
-¡Eso veremos!- grité para asegurarme que me escuchara.-
¿Qué se ha creído este tipo? Es la primera vez que me quedo fuera de una clase, se nota que aún no me conoce.
Hubiese podido quedarme afuera, luego tomar prestado algún cuaderno y ponerme al día, no pasaría nada; pero no, voy a entrar a clase de este señor y sabrá que a mí ningún profesor me tira una puerta en la cara.
Me dirigí a la oficina de la directora y le relaté lo sucedido; algunos minutos más tarde estamos golpeando nuevamente en la puerta de mi salón.
- ¿Quién es?-
-Licenciada Victoria Del Valle, abra por favor- Inmediatamente la puerta se abrió y apareció el profesor.
- ¿En qué puedo serle útil señora directora?-
- ¿Podemos pasar?-
El docente me miró de muy mala manera, pero no tenía nada que hacer.
- Claro que sí, pasen por favor.-
-Gracias profe Holman- le digo para ofenderlo.
-Luna, por favor, anda a sentarte.-
No me hice dar la orden dos veces y me dirigí altiva disfrutando del privilegio de ser la consentida de la directora.
-Profesor Holman, le pido por favor que no vuelva a poner en tela de juicio la palabra de la señorita y menos si ella le dice que ha estado hablando conmigo, ella puede entrar a clases a la hora que deseé, ¿esta claro profesor Cruz?-
- Claro que sí, no volverá a pasar. No sabía que la señorita estaba por encima de las normas.-
-No profesor, ni ella, ni ninguno. Aquí nadie está por encima de ninguna norma, y si le permito a ella entrar tarde a alguna clase es porque estoy segura que estaba en algo urgente, ella no se retrasa sólo porque lo desee. ¿Quedó claro?
-Sí, ha quedado muy claro.-
- Así lo espero.-
Después la directora se dirigió frente al pizarrón.-
-Me permito comunicarles que está institución será la sede del campeonato deportivo este año, por eso estoy conformando el equipo de trabajo que nos ayudará a llevar a cabo la organización del evento mencionado. Yo tomaré a los indicados a nivel de todo el plantel educativo, así que si considero necesaria la ayuda de alguno de ustedes no quiero negativas ni excusas, ¿Entendido?-