Otra vez no me coge el teléfono. Le dejo un mensaje en el contestador:
"Te he llamado como diez veces. Necesito hablar contigo urgentemente"-
Acto seguido María cuelga el teléfono, se mira al espejo, se pinta los labios de carmín y sale a la calle.
Con paso decidido y firme se dirige hacia el Banco Nacional Europeo, no sin antes pararse en los escaparates de las tiendas que ve a su paso.
"Ufff, 8000 euros. Pronto serás mío y lucirás en este cuerpecito tan maravilloso que tengo"
Abre las puertas del Banco y se dirige hacia el mostrador. Todos la miran boquiabiertos como si de una aparición se tratase. Y es que es cierto que María provoca esa sensación en las personas. Chica guapa y lista, con carácter y saberestar. Tiene todo lo necesario para triunfar en la vida. Todo menos dinero.
- Con el director del Banco por favor" - dice María con voz firme.
- Tiene hora pedida? - contesta una chica sin mostrar mucho interés, absorta en algún pasatiempo del periódico.
- Por supuesto. Compruebe mi nombre: María Cuadros Marcos. Y ni se te ocurra reírte.
- Pase a la mesa del final. Allí le atenderá - responde la secretaria con aire hosco.
Me dirijo hacia allí, no sin antes comprobar el impacto que causo en los demás. Estiro más si cabe mi espalda, pecho para afuera, derecha, izquierda, pasos en medio círculo, pelo hacía atrás y mirada hacia frente. Seguro que se mueren porque les dedique una mirada. Que se jodan y se pajeen luego.
- Buenos días señorita de Cuadros
Una mano se estira para saludar. Compruebo que lleva anillo de casado y uñas de 3 semanas sin cortar.
- Buenos días Carlos, o prefiere que le diga don Carlos? - me muestro coqueta con una risita burlona.
- Carlos está bien. Le comento señora de Cuadros. El crédito que usted nos pide nos es imposible concedérselo. He estudiado todas y cada una de las posibilidades y no he encontrado ninguna que beneficie a nuestra entidad. Usted no puede asegurarnos su devolución.
- A ver Carlitos - me inclino hacia él para dejar visible mi hermoso vestido escotado - Pronto tendré un capital lo suficientemente grande como para hacer frente al crédito que estoy pidiendo. Sólo necesito una ayuda de vuestra parte.
- Lo siento señora de Cuadros. No puedo ayudarla.
Y sin más se levanta de la silla y la deja ahí, a cuadros.
María se levanta hecha una furia y sale del Banco. No sin antes contornearse una vez más fingiéndose victoriosa.
Una vez en la calle coge su móvil, busca en la agenda: Sergio.
Un tono, dos tonos, tres...
"Puto Sergio. Seguro que está otra vez con Mario, ese pijo asqueroso. Si no fuera por tu dinero, Sergio y yo estaríamos juntos y no haciendo éste teatro. Pero pronto lo estaremos y tú criando madreselvas.".
Guarda el móvil en su bolso y se va para casa.
Editado: 02.11.2019