Ahora por aquí, un poquito por allá, este lado más corto... Creo que ya está. Seguro que con este corte de pelo a lo John Travolta le gusto a Sofía. Va a caer redonda a mis encantos. Si no fuera por esta tripita jamonera que tengo... Qué dices, si estoy buenísimo. Hasta yo mismo me comería, ñam ñam - y Ramiro empieza a darse mordisquitos en el brazo.
Ramiro tiene un sentido del humor peculiar. Raro allí donde los haya. Lleva enamorado de Sofía desde que ella se mudó. Quedó prendado de su pelo ondulado, del aroma que desprende al caminar, de su risita vergonzosa y su mirada resplandeciente. Todo en ella le causaba furor. Pero ella no sentía lo mismo. Aún no se había dado cuenta de que él era su pareja ideal, la persona con la que compartir su vida y tener miles de Ramiritos.
Últimamente la había notado cabizbaja. Me cargué de ánimos y decidí llamar a su puerta. Pulso el timbre. Pulso otra vez. No abre. Qué raro, si hace un momento la oí entrar. Cuando decidí dar media vuelta para volver a mi casa abre la puerta y veo a una Sofía demacrada.
- Hola Ramiro. Perdona pero es que estaba ocupada -. Contesta una Sofía ojerosa.
- Ho, hola Sofía. Puedo pasar?
- Sí, claro. Perdona el desorden.
Seguidamente entro en su comedor. Huele a casa cerrada de varios días. Un montón de papeles están desordenados encima de la mesa. Un café en el suelo. Cenicero sin vaciar. Una mosca se posa en la ventana buscando un hueco por dónde salir. Fumeta viene corriendo con un calcetín en la boca. Se lo quito y sale corriendo a por algún juguete.
- Estás bien Sofía? - le pregunto con mirada inquietante.
- Estupendamente. No me ves? - me mira irónicamente.
Y acto inmediato se desploma. Se abraza a mí y llora desconsoladamente.
- Tengo una mala suerte de cojones. Con 23 años q tengo y ya no sé qué hacer con mi vida. El proyecto que iba a darme un empujón para seguir adelante se va a la mierda y todo porque Sergio no encontró otra salida que tirarse un tiro. Un tiro! Pero yo no me creo lo que dicen los medios. Ese gatillo no lo apretó él, no pudo haberlo apretado. Y la nota. Sabes qué dice en la nota? Lo siento Sofía. Tres puñeteras palabras. Y ahora todo el ojo del huracán me mira a mí. LO SIENTO SOFIA. Pero qué leches sientes. Él tirarte un tiro? Más lo sienten tus sesos que se quedan agujereados.
Estoy muy enfadada, indignada y sobretodo, no entiendo nada. La policía quiere hablar conmigo y tengo miedo que me acusen de algo.
Pero quién y por qué le ha matado? Por qué va a querer suicidarse?
Ramiro sin saber qué decir, la mira y sólo se le ocurre uno de sus chistes:
"¿Sabes qué le dice un muerto a otro?
Dame Gusanitos!"
Editado: 02.11.2019