Ring, ring, ring!
7:00 de la mañana. Ramiro se levanta como todos los días. Apaga el despertador y va al cuarto de baño. Desaloja el contenido de su vientre, se lava la cara y se mira al espejo.
"Me hace falta un corte de pelo. A este paso no se me van a distinguir los pelos de la cabeza con los del sobaco"
Y hablando de sobaco, voy a darme una ducha. Huelo a perros muertos. Debo estar bien presentable para mi dama.
Después de media hora sale del portal. Con paso discreto y disimulado.
"Ahí está. Qué guapa que está hoy. No entiendo porqué se arregla tanto para ir a la facultad. Yo no le permitiría que se pusiera esas faldas. Así les será imposible a los profesores concentrarse en dar clases".
Ramiro la sigue una manzana por detrás.
Sofía se detiene un momento en el kiosco de la esquina. Compra chicles para disimular el aliento que le deja el tabaco y continúa hacia la facultad.
"Fumar, fumar. Tanto fumar. Yo le ayudaré a quitarse ese vicio. Mi dama no puede tener los pulmones podridos"
Un perro se pone a ladrar y, por miedo a que Sofía se gire y lo pueda ver, se esconde detrás de un árbol. Con tan mala suerte que es el árbol elegido por el perro para hacer sus necesidades.
- Señora! No está usted viendo que me ha puesto los pantalones perdidos? Póngale el pañal que lleva usted puesto y que haga ahí sus necesidades! Tiene suerte que tengo prisa que sino se iba usted a enterar de lo que es bueno.
Ramiro sacude sus pantalones y tras una serie de improperios sigue su camino, más bien el camino de Sofía.
"Maldita sea, ya no la veo. Se me ha perdido. Putos perros y putos amos.
Como ese perro sarnoso que tiene, Fumeta. En un descuido le tiro una salchicha a las vías del tren"
Ramiro sigue camino a la facultad. Poco antes de llegar ahí la ve. Pero... Qué hace ahí parada? La facultad está al otro lado de la calle. Por qué no cruza?
Un coche se para, sale alguien. Un chico de unos 30 años, moreno, pelo corto, bien vestido. La trae sobre sí y la besa. Ella se mete en su coche y se van. Se van. Se van juntos. Mi bella dama ha sido engañada. Ella nunca me haría ésto. Seguro que ese tipo la está amenazando, la está utilizando para algo. Pero quién será ese chico. Nadie puede tocar lo que es mío. Nadie.
Y con esos pensamientos da media vuelta y se dirige hacia su casa.
"Mi bella dama. Si te gusta jugar al ajedrez, juguemos. Se me da muy bien hacer jaque mate".
Editado: 02.11.2019