-Ey, ya llegó la maestra— Mirage movió mi brazo para que despertara.
-Carajo— mascullé acomodandome sobre mi mesabanco.
Me encontraba en clase de matemáticas, en la que en teoría faltaría hoy la profesora, pero vaya que la suerte no estaba de mi lado. Lo peor es que apenas eran las 7:20 de la mañana y yo ya quería largarme a mi casa; desde que vi el horario de este lunes me pregunté a qué imbécil le parecía buena idea iniciar el día y la semana con una clase de matemáticas.
-Buen día, jóvenes, lamento mucho la tardanza— la profesora llegó con su cara fría de siempre—. El día de hoy veremos algo tan simple como “La factorización”.
Mi cerebro apenas tiene la configuración necesaria para sumar 2+2 y ella espera que me parezca de lo más sencillo factorizar.
-Está vez lo realizarán en parejas— el júbilo de fondo llenó el salón—, pero yo haré los equipos.
Crucé miradas tristes con mi amiga Mirage, ¿qué haría si no me tocaba con mi amiga de toda la vida?— bueno, desde la primaria—. No es que la socialización sea algo que surja de mi ser de manera natural; bueno al menos espero que sea con alguien que sepa de matemáticas.
-Irán por orden de lista— explicó, mientras tomaba papeles para realizar dicho pase.
Tiene que ser broma, ni siquiera recuerdo quién demonios estaba antes o después de mí. Bueno sí sabía quién iba antes porque era Mirage, pero sabía que no sería mi pareja sino quién seguía de mí.
-Hola— escupió sin más un chico que se sentó juntó a mí.
-Hola— respondí por cortesía.
Ah, claro; ya me acordé de él. Su nombre era Saúl y era con quién me tocaría hacer equipo para el trabajo de esta clase y realmente no era alguien a quien conocía demasiado. No solía hablar mucho con la gente e inclusive diría que era bastante selectivo con quién se solía juntar durante el almuerzo y descansos en general.
-Dime que al menos sabes lo mínimo de ecuaciones— habló sacándome de mis pensamientos.
-¿Eh?— espeté perdida.
-No quiero lidiar con alguien que no sepa sumar— y vaya que era tajante.
-Eso creo.
-¿Eso crees?— creo que había cierta irritación en su voz—. No me tomaré el tiempo de explicarte algo que ya deberías saber.
Sí, sería un día largo.
[Después de clase]
-Buen trabajo, seguirán siendo equipo el resto del curso— la profesora parecía conforme con lo que decía—. La mayoría se acopló excelente, por lo que van a continuar así. Hasta mañana, chicos.
-Dennise— de repente tenía a Mirage a mi lado.
-¿Si?
-Me alegra que sea Saúl tu compañero, él es excelente en matemáticas— me quedé muda ante lo que decía—. Lo conozco desde jardín de niños y clases extra— cierto, Mirage tomó clases extra de matemáticas en vacaciones—, y creo que se podrían llevar bien.
-¿Por qué crees eso?— se unió Saúl a la plática.
-Hola, Saúl— saludó Mirage alegre—. Creo que tienen cosas en común.
-¿Es así?— la compañera de Mirage se unió también—. Yo creo que Saúl es selectivo— se miraron par de segundos fijamente y no sabía describir la sensación que había en el ambiente—. Soy Samara, por cierto— sonrió al verme.
-Me llamo Denisse— la conversación con ella parecía amena, al menos se veía agradable.
-¿Almorzamos juntos más tarde?— preguntó Mirage con energía.
-Me parece bien— la primera en responder fue Samara.
-Sí, claro.
-Mmh… podría ir un rato— no creí que Saúl fuera a aceptar—. Después haré otras cosas.
-El misterioso te llaman— sonrió burlesca Samara.
-Como sea— fue lo último que dijo Saúl antes de irse.
-¿En verdad lo conoces desde preescolar?— no pude evitar preguntar. A mis ojos Mirage era demasiado dulce y buena con el resto de personas.
-Ya verás que es buena persona.
[Durante el almuerzo]
Me encontraba bastante cómoda masticando las papas fritas que compré en la cooperativa escolar y prestaba atención como una buena oyente a la conversación de Samara y Mirage; ya que hasta ahora Saúl no se había aparecido, pero tampoco me preocupaba demasiado por su ausencia, así que escuchaba como ellas lo ponían como tema de conversación al recordar su repentina ausencia en la mesa.
-Nunca le fue fácil socializar, pero me ayudó bastante en las clases— reía con timidez Mirage.
-No sé si sea buena persona, pero se ve como alguien complicado— comentaba Samara.
-¿Tú qué opinas, Denisse?— me obligó Mirage a hablar.
-¿Yo?
-Sí, tú— respondió con obviedad, pero divertida de mi reacción.
-Pues él me pareció… ah, no sé, ni lo conozco.
-No evadas la pregunta, queremos saberlo— sonrió Samara con insistencia.
-Es… algo irritante con esos… aires de superioridad como si supiera todo de todo— respondí enfadada—. No sé por qué Mirage lo considera amable si es tan molesto y no tengo idea de en qué mierda nos parecemos.