Quisiera poder largarme de este maldito lugar.
-Dennise Idania Herslim— la voz femenina sonó iracunda.
Ni siquiera con la música a tope la dejo de oír.
-¿Si?— respondí de mala gana.
-Ven acá que tus tíos quieren saludarte.
Eso sí que era mala suerte.
Tomé mi celular y decidí escribirle a Saúl como siempre lo hacía en casos como éste. Admito que esta amistad creció de manera sumamente inesperada para ambos; al final Mirage tenía razón, congeniamos particularmente bien. Entonces cada vez que tenía ganas de desahogarme con alguien él estaba ahí, y en realidad platicabamos demasiado, incluso después de las clases; justo como ahora.
<Tengo visitas en casa y mi mamá quiere que saludé. Odio eso>— esperé paciente por su respuesta, ya que estaba en línea.
<¿Te obliga siempre a saludar?>
<Sí, y no me agradan. Son de esos tíos que te comparan con sus hijos>
<¿Y si dices que vas a salir?>
<Mi madre no me dejaría, a menos que sea por tarea o algo así>
<Te ayudaría con eso, pero no estoy tampoco en mi casa, ¿qué hay de Mirage? Ustedes viven cerca>
<Salió con su mamá, ya lo había intentado antes>
<¿Te quejaste antes con ella que conmigo? Jajaja, bueno igual puedes solo estar en el celular y saludar lo mínimo>
<El celoso jajaja, creo que no tengo opción después te diré cómo me va>
<Suerte>
En realidad es bastante cómodo hablar con Saúl, creo que ya ahora se ha vuelto mi mejor amigo con todos estos años transcurridos. Quiero decir, estamos a días de nuestra graduación y todavía sigo hablando con él a pesar de que ya no estemos en primer año en esa clase de matemáticas. Además es bastante bueno escuchando y su particular humor ácido me causa gracia, aunque sé que no sería para cualquiera. ¿Podremos seguir así en preparatoria?
[Días después]
Oficialmente se ha terminado el acto a académico y con ello mi compromiso para finalizar la maldita secundaria; la cual admitió que tuvo sus altibajos, pero hoy me alegra saber que después de tanto suplicarle a mi mamá me va dejar salir con mis amigos en honor a que finalizamos la secundaria. Normalmente jamás iba a las salidas que ellos proponían, pero el día de hoy podremos ir todos al cine tal y como lo planeamos desde hace semanas.
-¿Lista, Denisse?— Mirage me veía con genuino entusiasmo ya que finalmente saldría con ellos.
-Lista— le sonreí de vuelta.
-¿Quién más falta?— Samara observaba con cuidado alrededor para confirmar si había algún ausente—. Ah, ya vi que Yasmin está por allá.
-¿Sigue tomándose fotos?— Mirage sonrió al verla—. Bueno, quizás llegaremos un poco tarde.
-Javier me dijo que primero iría al baño— llegó Saúl a informarnos.
-Creo que solo faltan ellos dos— lancé al aire esperando alguna confirmación.
-Eso parece— asintió Elmer.
-Ya llegué— se anunció Javier corriendo hacía nosotros.
-¿Aún no termina, Yasmin?— preguntó impaciente Saúl.
-Y yo creí que sería el último en llegar— río Javier.
-No creo que tarde mucho— dijo Elmer tratando de tranquilizar la situación.
-¿Quién va por ella?— nos miramos unos a otros, pero nadie contestó— No, tú no, Elmer; el punto es que se apure— Samara negó al ver la mano de Elmer alzada, y tenía razón Elmer no la apuraría en lo más mínimo.
-Voy yo— Saúl estaba comenzando a caminar cuando Mirage lo detuvo.
-Tú tampoco, serás demasiado grosero al igual que Javier— también era cierto, ya que solían chocar con Yasmin por diferencia de carácter, sobre todo con Saúl.
-Tampoco tú, Mirage; eres demasiado amable— habló Javier con una sonrisa al verla.
-Supongo que solo quedamos tú y yo Denisse— me miró Samara—. ¿Quién va?
-Ah, como sea, iré yo; pero si me paso de altanera es su culpa por dejarme ir— me queje y comencé a caminar hacía Yasmin, pero un jalón me detuvo en seco y casi me hace tropezar,
-Mejor voy yo, esperen aquí— Samara se dirigió hasta donde estaba Yasmin.
-Era la más apta— me susurra Saúl— ¿Lista para ser una niña grande?
-Jodete— me reí junto a él por su comentario.
-Me alegra que finalmente te hayan dejado venir— me sonríe y eso me provoca una extraña sensación de alegría al oírlo afirmar que le gusta que esté presente.
Seguramente sonreía como idiota, pero trataba de esquivar la vista de todo mundo, no quería que lo supieran o notarán cómo me hacía sentir esa frase. Aunque algo en mí sabía que Saúl se había dado cuenta, pero decidió no decir nada y continuar su plática con Javier, mientras trataba de calmar mi emoción y fingir que prestaba atención a cómo Samara perdía la calma con Yasmin y la traía de vuelta a rastras o sino jamás llegaríamos a la función.