Historias Cortas.

Terror - La casa de enfrente.

Desde pequeño he tenido una fascinación por esa casa. Está justo enfrente de la mía y aunque historias horribles la rondan siento que me invita a pasar, que puedo mirar el interior sin temor y sin preocupación de que algo pueda sucederme. Llevamos más de 20 años viviendo aquí y aunque esa casa siempre ha estado ahí, sola y sin una sola persona que llegue a verla nunca ha sucedido algo extraño, tanto al grado de que los niños y adultos pasan por al lado como si nada; tal vez he visto y leído demasiadas historias de terror y esa es una razón más para sentirme atraído hacia ese sitio, pero no he podido reunir la valentía necesaria para entrar. Me he acercado muchísimas veces incluso he estado en su patio, en su porche mirando y jugando con las plantas que crecen sin interrupción, pero en todo ese tiempo nunca me he atrevido a entrar.

La siguiente semana mis padres saldrán de viaje a Puerto Vallarta y me dejarán en casa solo, mi hermano se ha ido a casa de mis abuelos y mi hermana estará en casa de sus amigas, yo por otro lado me considero más un Lobo solitario, me gusta mi soledad y disfruto esos momentos con mis propios pensamientos, tal vez por eso esta ventana y yo somos los mejores amigos, me cuenta “Chismes” y me muestra las imágenes de lo que me rodea y no espera nada a cambio, ni siquiera conversación, tal vez únicamente presencia.

Durante la noche cada vez estoy más inquieto, no puedo conciliar el sueño fácilmente y no puedo dejar de pensar en esa casa, es raro... Dentro de todos estos años nunca me había pasado, al menos no así, y ya me he quedado solo antes, aunque quizás no así. Quiero levantarme e ir a ver que me está invitando a pasar, que cosa quiere que vaya, pero como he mencionado antes: No he tenido la valentía de hacerlo, al menos no hasta el interior.

Sin poder dormir y completamente ofuscado por la duda y la incertidumbre me levanté de mi cama, tomé mi suéter y mi linterna de bolsillo, salí de la casa y me encaminé hacia ese lugar.

  • ¿Qué hora es? - Me pregunté.

Regresé a mi casa tomé mi reloj y volví a salir, al darme cuenta de que eran las 2:44 de la mañana. Nunca me había percatado de que a esta hora la ciudad está muy silenciosa, la calle está completamente sola y la casa luce más bella que en otros momentos, la curiosidad simplemente me está matando. He leído muchas historias de terror como he dicho antes y la razón por la que el protagonista siempre sufre es básicamente la misma, y es justo lo que estoy haciendo ahora, la diferencia entre ellos y yo es que yo no planeo entrar a ese sitio y si lo hago, será a plena luz del día, en este momento solo quiero calmar mi ansia, y regresar a dormir, nada más.

Pasé toda la noche en vela, no pude dormir y únicamente miraba por mi ventana hacia aquella casa del frente, fui a trabajar y no rendí lo suficiente todo el trabajo fue demasiado lento, tanto al grado de que llegó el momento donde mi supervisor me llamó la atención y ahora eso está en mi historial del trabajo. Llegué a casa, tomé un baño y cuando me dispuse a descansar mis ojos se desviaban una y otra vez hacia aquella casa, para colmo empezó a llover, una tormenta eléctrica como nunca; la luz se fue y mi ansiedad se elevó al 200%

Ya no había marcha atrás, mis piernas comenzaron a caminar por si solas hacia aquella casa, ni siquiera tomé mi paraguas, solo me salí y cuando menos lo pensé ya tenía frente de mi esa desgastada puerta, los crujidos de la casa no dejaban de sonar, parecía que en cualquier momento se caería, con mi mano temblorosa dadas todas las historias que rondan esta extraña casa. Toqué la puerta y no sé si fue coincidencia o no, pero al hacerlo un rayo cayó cerca, se escuchó demasiado fuerte, pero... No hubo luz, solo se escuchó el trueno. ¿Extraño? Por supuesto.

Abrí la puerta y para sorpresa mía la casa se veía muy, ¿Normal? Alcanzaba a ver 3 focos encendidos, 2 en la sala principal y 1 más al fondo de que lo que parecía ser la cocina de la casa, todo se veía marrón-gris, a pesar de todo y de que la casa estuviera bastante descuidada, había luz, ¿Habrá alguien en casa?

  • ¿Hola? - Grité un poco, la casa siempre ha estado abandonada o al menos hasta donde sabemos. No hemos visto nunca a nadie salir o entrar de aquí y de igual manera nadie que la visite. - ¿Hay alguien? - Continué.

El silencio se hizo presente, súbitamente la lluvia dejó de escucharse y los truenos se percibían, pero ahora más como un susurro, leve y lejos, o cerca y suave. Por mi espalda sentí algo que me tocó, el susto hizo que mis pies se posaran dentro de la casa tocando la alfombra y por extraño que parezca la puerta se cerró sola muy despacio. ¿Por qué no saliste de ahí? Estoy seguro de que te estás preguntando. No pude.

Mis piernas se quedaron completamente paralizadas, yo no sentía miedo, pero a su vez no podía moverme, solo pude controlar mis ojos y ver como la puerta se iba cerrando lentamente, y después se puso el candado de la puerta, no debí haber entrado a este sitio... No debí haberlo siquiera imaginado, pero lo hecho, hecho está.

  • Disculpe... - Comencé a decir demasiado asustado de lo que sucedía y de una forma seguramente inentendible. - No quise importunar o molestar, deseo irme.

Ni siquiera sabía a lo que le estaba hablando, o si había alguien aquí, el hecho de que la puerta se haya cerrado sola es raro, pero hasta en mi casa sucede que la puerta se cierra a causa del aire. Quise convencerme de esto, pero ignoré por completo el hecho de que el candado de la puerta se haya puesto solo y no solo eso, en vez de salirme de aquí mi mente me obliga a “Pedir permiso para irme” No puedo simplemente quitar el seguro, abrir la puerta y salir, no. Siento que tengo que pedir hasta que alguien me abra la puerta y después de eso poder salir.

Sin opción me adentré más en la casa, pasé por la sala y todo se veía hasta cierto punto, normal. Algunos sillones, una que otra lámpara, un televisor en la parte central de la sala y en el costado más extremo un reproductor de discos, curiosamente el único artefacto que aún se veía cuidado, impecable si he de aclarar. En este punto ya no quise volver a decir una sola palabra, si alguien estuviera o quisiera escucharme ya me hubiera respondido hace mucho, mejor decidí caminar hasta verle en persona y después de ahi pedirle que me deje salir. Justo antes de la cocina hacia la derecha de la casa había una escalera que llevaba al piso de arriba, caminé hacia el lugar y cada paso que daba me hacía pensar que todo esto caería en cualquier momento, el barandal de la escalera se podía mover con apenas un poco de fuerza, los escalones de madera estaban completamente hinchados a causa de la humedad en el ambiente y cada escalón más arriba que el anterior estaba aún peor, hasta el último que fue el que si se rompió, mi pierna cayo en el hueco y me lastimé las manos al haber caído sin previo aviso o estar preparado, mi pierna se astillo mucho y me empezó a sangrar un poco a causa de las heridas, mi otra pierna quedó en una posición muy incómoda y de pura suerte no se me fracturó o se me dañó de algún modo, tal vez solo mi rodilla un poco después del golpe, pero nada que me impida seguir moviéndola, al momento que todo esto sucedió claramente grité por la sorpresa del momento y algo susurro cosas que no pude entender, después de las escaleras un pasillo más grande de lo que debería ser se encontraba frente a mí, 4 puertas podían verse claramente y hasta el fondo la oscuridad se apoderaba de la escena, y fue aquí donde sucedió.



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En el texto hay: histora corta

Editado: 19.11.2025

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