¿Cuánto dura un instante? Interesante pregunta. Y creo que la respuesta es: Un instante. Sé que es absurdo, pero no creo que esa medida de tiempo tenga un número específico, mi trabajo no queda cerca de mi casa y aunque no es la primera vez que veo demasiadas personas alrededor de mí, es la primera vez que la veo a ella, la vista se cruzó solo un instante y después se marchó para no volver atrás.
Noté que mientras avanzaba giraba su cabeza alguna que otra ocasión para verme, pero aún así no hice algo para acercarme, me quedé embobado pensando en ese instante en que la mirada de cruzó y después en el momento cuando ese tiempo terminó y ya no la ví más. Pude haber utilizado esos segundos para acercarme, pedirle su número o invitarla a salir, pero en cambio mi cuerpo decidió quedarse pasmado pensando en lo que acababa de ocurrir.
¡Avance! - Gritó un guardia pues mi torpeza estaba interfiriendo en el paso de las demás personas.
¿Es la primera vez que la veo?, o ya la he visto antes, pero es la primera vez que nos ponemos atención. Mientras pienso camino al vagón, el vagón completamente lleno ahora no me incomoda y en cambio mi camino se hizo un sitio agradable.
Paso los siguientes 45 minutos embobado recordando esa mirada, es una mirada sincera, curiosa y llena de intención o eso creo yo, pudo haberme dicho algo, pero no lo hizo, pude haberle dicho algo, pero no lo hice. Ahora la culpa me carcome por dentro y siento que el destino me puso lo que quería justo delante y lo dejé ir, pero si estoy en lo correcto ese instante creo que podría volver a repetirse, ya pasó una vez, ¿No?
Al finalizar el día de trabajo y como nunca lo había hecho antes regresé directo a casa, usualmente me gusta descansar en un café cercano a mi trabajo para pensar en nada, pero hoy la cosa es diferente, he de volver para ver si en el camino de regreso puedo verla de nuevo y ahora en vez de estar en shock poder hablarle y decirle alguna cosa, pedirle su número o invitarla a salir. Esperé en la estación del metro hasta muy tarde pero nunca apareció, si todo hubiera sido exactamente como lo pensé, tal vez ella estaría aquí esperando también, estoy seguro de que hubo una conexión de algún tipo solo que tal vez no fue tan fuerte como pensé que lo sería o al menos no para ella. Caminé por la estación esperando verla en algún lado, pero no estaba, el lugar estaba cada vez más vacío y si no me apuraba cerrarían y no podría llegar a casa para antes de que cerraran.
Estando en casa, me sentí demasiado inquieto, no podía dejar de pensar en su mirada, me absorbió por completo y al no poder dormir mejor subí a la azotea donde ver las estrellas me relajaron un poco, hasta el punto de quedarme dormido, el día siguiente estaba más listo que nunca para ir a trabajar, aunque la intención no era esa, sino en el transporte poder verla una vez más, aunque lo esperable sucedió, hoy no la miré, lo cual me hizo pensar que es una de esas veces donde ves a alguien por una única vez y ya nunca la vuelves a ver. Afortunadamente mi registro en el trabajo es intachable, no he llegado tarde una sola vez en todos los años que he ido, por lo que, si decido hacerlo hoy, no debería haber mayor problema.
Comencé a caminar por la estación, la hora es exactamente la misma que la vez pasada y aunque ese día la vi justo afuera de este mismo vagón, nada garantiza que sucederá lo mismo ahora también. Mientras caminaba observaba a la gente a ver si alguna de esas personas me parecía familiar, su rostro lo recordaba perfectamente entonces era imposible que la viera y no la reconociera, en realidad me daba más miedo reconocer a algún compañero del trabajo y que fue fuera con el chisme a la oficina de que estoy haciéndome tonto en la estación del metro; un olor dulce llegó a mí y al girar la cabeza vi su cabello, estoy seguro, no podría equivocarme jamás corrí hacia donde estaba pero como estaba tan lejos no alcancé a llegar antes de que el tren cerrara sus puertas y se fuera, iba todo tan apretado que no pudo voltear por lo que no me miró, vi la hora y solo eran algunos minutos más tarde que la vez anterior, por lo que puedo casi asegurar que a esta hora puedo encontrarla casi cuando quiera.
Con la certeza sobre lo que acabo de confirmar no queda más que empezar a esperar pacientemente el momento y el lugar. Afortunadamente ambas cosas pueden pasar de ser una variable a una constante más perfecta, sé a qué hora puede pasar por aquí, y se por cuáles vagones más o menos le gusta andar, por lo que solo es cuestión de que ese instante vuelva a suceder, hasta ahora han sido dos veces y sé que puedo lograr que sean tres, o incluso más.
A diferencia de la vez anterior el trabajo ahora me fue mucho más sencillo de lograr, estaba muy enfocado, tenía la mente al 300% de su capacidad, salí, regresé a casa y empecé a elaborar todo lo que pasaría, en qué momento la vería, qué le diría cuando la viera, de que forma la invitaría a salir y que hacer en caso de que su respuesta sea un: no.
Esto último es mucho más complicado que suceda ya que recuerdo perfectamente su rostro la primera vez que nos vimos y si de algo puedo estar seguro es que al igual que a mí, yo a ella le gusté.
¿Debería llevarle flores? - Discutía conmigo mismo, pueden ser algo estorbosas o quizás no le gusten.
Y no solo eso, a pesar de sospecharlo, en realidad no tengo certeza de que, si me vaya a aceptar la invitación, por lo que las flores no sé si sean lejos de una ayuda una forma de arruinarlo aún más. Al final opté por no llevarlas, pero en cambio llevar otra cosa que tal vez le gustaría más o tal vez serviría para si ese momento se convierte en un no, intentar que tal vez a futuro con el tiempo y la recurrencia se pueda convertir en un sí. En una tarjeta de presentación que tenía guardada escribí: Aldo Martínez, mi número personal subrayando también el de la empresa y la extensión de la empresa al frente de la tarjeta y agregué una nota: “El no que me acabas de dar, espero que mañana se convierta en un sí, por favor guarda esta nota hasta que lo pienses y decidas darle al destino una oportunidad” Guardé la nota en mi mochila y me puse a ensayar lo que diría cuando la viera, tanto que al final no pude dormir nada en toda la noche.