Si no me conoces bien, pronto me conocerás.
Mervins
Bien, la cosa va de la siguiente manera, nací solo a cincuenta metros del basurero municipal, si lo sé, ustedes dirán; “Que asco”, pero desde como yo lo veo, es una valiosa fuente de alimento y todo ello “Gratis”, nací el mismo día que mis cincuenta hermanos, aunque por cuestiones del destino, ese mismo día nos separamos rápidamente, mi nombre putativo es Mervins, pero, realmente tengo otro nombre, solo llámame Mervins y pretendo contar una historia.
Todo comenzó la primavera pasada, yo volaba a medias trastabillando en el aire, haciendo un gran esfuerzo para no caer en las fauces de la gata, (desde el área de alimentación, o como los llaman los humanos la cocina) hasta una grieta en la pared cercana (digo que volaba a medias, ya que mis alas no estaban del todo desarrolladas), donde habitualmente nos reunimos todos en el escondrijo de Austin.
+ Mervins, has llegado tarde. —Me regañó Austin, un chaval con mucho cuerpo y líder del grupo— ¿Dónde has estado?
+ Discúlpeme por haber llegado tarde. No volverá a ocurrir, sucede que tuve un retraso en el caminó me topé con la gata y por poco me atrapa. —Austin se me acercó rápidamente y comenzó a olfatearme—
+ Está bien Mervins. —Se retiró de mi rápidamente— Hermanos, estamos en tiempos difíciles, las raciones de comida están llegando con líquido mortal, lo sabemos porque en estos días me confirmaron desde el cubo de basura, estos humanos nos detestan y están dispuestos a hacer lo que sea con tal de acabarnos —Todos hicimos un clamor de apoyo, algunos echaron maldiciones a los humanos— hay que estar unidos mis consanguíneos, he escuchado que en la fábrica de químicos que está cerca del rio, han desechado lo que podríamos ver como nuestra salvación. Un producto que es capaz de volvernos humanos. —Todos hicimos silencio— pero, primero debemos salir sin que esa maldita gata nos coma. —Betsy una araña que estaba cerca se bufó—
+ No lo lograran, esa gata es más astuta que ustedes. Van a morir antes de llegar tan siquiera a la ventana. —Austin le gritó—
+ ¡A callad! —Betsy se retorció y lanzó un pedazo de tela pegajosa a Austin. Austin reculó rápidamente y la tela se estampilló contra el suelo. Bien, entre las arañas y nosotros no nos hemos llevado del todo bien, las arañas no nos cazan, solo nos devoran cuando alguna de nosotras caemos en su red. Lastimosamente, nosotras no poseemos ningún tipo de defensa, a excepción de nuestros primos salvajes, lo que se podríamos llamar defensa es el miedo que causamos cuando volamos. La araña se bufó nuevamente, en el acto colocó sus patas traseras en el hilo de seda que sale de su trasero y comenzó a subir y en la oscuridad tan solo desapareció. Austin vuelve a nosotros—
+ De eso se trata, todos nos tienen asco, no servimos para nada, visualmente causamos repulsión, ahora ya es tiempo para ser alguien diferente, nos merecemos una nueva oportunidad. —Echó una mirada a cada uno de nosotros— ¿Quién está conmigo para emprender este viaje? —La mayoría estuvimos de acuerdo subiendo nuestras antenas— Entonces, hoy en la madrugada cuando todos los humanos y la gata estén dormidos, saldremos todos de este hábitat para estar bien lejos de esa maldita gata, que va a hacer nuestro primer peligro. Allá afuera hay peligros peores como autos, otros gatos, pájaros y sobre todo los humanos. —Todos bufamos— No se preocupen mis allegados, la cruzada que vamos a realizar esta madrugada valdrá la pena, solo aquellos que sean realmente fuerte llegaremos hasta el final. Por ahora, les aconsejo que se dirijan a sus respectivas moradas para que descansen y podamos reunirnos de nuevo todos aquí más tarde. —Todos estuvimos de acuerdo y rápidamente la pequeña estancia quedó vacía—
Me retiré sorteando los túneles de las paredes hasta llegar a mi lugar de descanso. Un lugar bastante bonito, si se quiere. Sobras de comida por aquí y por allá. Una pequeña cascada de agua envolvía la pared y el moho lo cubría todo. En fin: mi hogar. Mi refugio. Rápidamente me acerqué hasta el agua que se filtra por la pared, tomé varios sorbos de agua, unos segundos después comencé a descansar. Justo cuando iba a cerrar los ojos, sentí un cambio en el suelo, las vibraciones eran muy fuertes, alcé mis antenas para oler mejor por suerte era me amigo Frederick, un ratón de avanzada edad que llegó a mi territorio olisqueando por aquí y por allá.
+ Hola Mervins. —Me saludó colocando su nariz fría frente a mi rostro— He sabido que se van esta noche para la industria química que está cerca del rio.
+ Bueno, sí.
+ Y es seguro eso, es decir, algunos de ustedes lo han comprobado. —Me quedé unos segundos pensando el asunto—
+ No. Austin nos había dicho que el químico si funciona, pero, lo que no sé, es que no nos dijo con quién lo han probado. —Frederick se acercó a mi bebedero, cogió unos sorbos de agua y desde allí dice—
+ Yo si fuera tú, no me confiaría de esa vieja chiripa, suelen ser mentirosas, además, recuerda que ustedes tienen un pariente mucho peor y por lo general suelen ser caníbales de su propia especie. No es que quiera confiar a plenitud del plan de Austin, solo digo que tengas cuidado. —Se dio la vuelta y unos de sus bigotes rozó una de mis antenas, emitió un chillido—
+ No te preocupes Frederick, tendré muy en cuenta tu observación. —Frederick se acercó nuevamente y colocó su rostro junto al mío—
+ Cuídate. —Salió velozmente por donde había entrado—