Historias de Bolsillo

Otro cuento del Amazonas (II) Final

UN RAYO DE ESPERANZA

La redención comienza por reconocer el error.

Darwin Martínez

 

Desde los últimos acontecimientos, ahora el Armadillo será el protagonista de esta epopeya. El Armadillo se encontraba de camino río arriba, varios días después de haberse encontrado con el Mono en aquel riachuelo. Mientras caminaba, auscultó una voz retumbar proveniente desde la bóveda celeste.

—. ¡MONO! ¿Qué crees que estás haciendo? —El Armadillo se detuvo y de nuevo volvió a auscultar—. No posees ninguna autoridad para llevarte algo que no es tuyo. —Justo entonces, el Armadillo lo intuyó, sin embargo, no se encontraba seguro—.

 

De pronto, todo el círculo celeste comenzó a tornarse obscuro, cada animal de la selva comenzó a refugiarse, había peligro inminente en la tierra proveniente desde el firmamento, el Armadillo salió a paso veloz hacia lo más recóndito de la selva. Mientras se abría paso por la selva, se encontró con un Puma.

—. ¡¡Puma!! Espera... ¿Por qué está ocurriendo todo esto? —El Puma se detuvo y temeroso de lo que podía ocurrir, le explicó—.

—. Armadillo, es mejor que te ocultes, un Mono ha transgredido el suelo sagrado de la montaña y al árbol sagrado, lo entes se encuentran furiosos por la agresión, nadie sabe qué pasará con todos nosotros, observa el cielo se encuentra sombrío, —El Puma observó el firmamento—. y ahora seremos castigados. —El Armadillo abrió sus pequeños ojos como escudillas—.

—. Espera, ¿¡Qué estás diciendo!? —El Puma le exclamó con asombrado—.

—. ¡¡ACASO NO ME HAS ESCUCHADO!! —El armadillo al observar el estado de agitación del Puma, procedió a apaciguarlo—.

—. Si que te he escuchado, lo que no puedo creer, es lo que me estás contando. Esto es sumamente grave, debemos pedir misericordia al árbol sagrado para que nuestra tierra no sea destruida. —El Puma se acercó al Armadillo de un brinco y le gruñó—.

—. ¡¡ESTÁS LOCO!! ¿No has entendido nada de lo que está sucediendo? —El Puma dio un zarpazo y el Armadillo lo evadió—. ¡ESTAMOS MUERTOS, ES MEJOR QUE TE ESCONDAS! —Justo entonces, cuando el Puma se retiraba, el Armadillo manifestó—.

—. ¡¡PUMA!! DETENTE, necesito de tu ayuda para apaciguar al árbol y a los entes sagrados. —El Puma se detuvo a escuchar lo que iba a explicar el Amadillo—. Apremio que me transportes a la desembocadura del río para hablar con la Tonina, solo eso te pido. —El Puma atendiendo todo lo que le ha explicado el Armadillo, este no tenía ningún interés en ayudarlo, ya que no observaba ningún tipo de beneficio, entonces, el Armadillo pensó; “Probablemente anda buscando algún favor”, así que completó—. Dime ¿Qué quieres a cambio? —Inquirió el Armadillo, a lo cual el Puma lo pensó seriamente y se giró a observar al Armadillo y se acercó a él—.

—. Quiero al Mono. —El Armadillo, no tenía más opciones, así que aceptó la petición del Puma—.

—. Está bien, por favor permíteme montarme en tu espalda y transpórtame lo más rápido que puedas a la desembocadura del río. —El Puma aceptó y este lo montó en su lomo y ambos partieron río arriba—.

 

El Puma corría a toda velocidad sorteando los árboles que se encontraban desperdigados por todos lados, debido a los centellazos que impactaban sobre estos. La bóveda celeste comenzaba a tornarse aún más peligrosa, a cada paso que daban, las descargas impactaban en la tierra y en cada árbol fulminándolo, no había lugar seguro en la tierra en el cual un relámpago no dieran un certero impacto, el Armadillo se encontraba atemorizado por la velocidad y los saltos que propinaba el Puma, el agarre y el equilibrio del Armadillo no fue suficiente para mantenerse sujeto al lomo del Puma, provocando una inevitable caída, rodó unos cuantos metros y fue a estrellarse contra un árbol. El Puma prosiguió con su avanzaba, y desapareció entre los árboles de la selva, este no se percató que el Armadillo había dejado su montura.

 

El Armadillo se recuperó de aquel desplome, de pronto, hubo un silencio espantoso. El Armadillo caminó hasta cierto lugar, repentinamente, el silencio fue interrumpido por numerosos sonidos que aparecieron de la nada, el Armadillo estuvo en alerta ante aquella situación. Rápidamente, comenzó a buscar un lugar seguro para refugiarse, y ágilmente se acercó hasta un árbol y comenzó a cavar un agujero, la velocidad con la que cavó la brecha era extremadamente veloz, ya que su sentido de supervivencia le gritaba desesperadamente. Repentinamente, aquellos sonidos se auscultaban muy cerca, de pronto, apareció una Lapa que iba huyendo de aquellos sonidos, esta Lapa observó al Armadillo desde cierta distancia, y este todo espantado por lo que se aproximaba se acercó e inquirió.

—. ¡¡Armadillo!! Espera, ¿¡Qué estás haciendo!? —El Armadillo al notar su presencia, indaga de vuelta—.

—. ¿Qué está sucediendo? —La Lapa revela—.

—. Un centenar de Hormigas de fuego vienen huyendo en esta dirección. —El Armadillo abrió sus ojos como escudillas, y sin pensarlo mucho comenta—.

—. Entonces, no te quedes allí, ven y ayúdame a terminar este refugio. —La Lapa tan solo se quedó allí a la expectativa, el Armadillo cavaba a muchísima velocidad, la Lapa se encontraba impaciente y tan solo manifestó—.



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En el texto hay: aventura, aventura relatos muy cortos

Editado: 25.02.2024

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