Historias de Cementerio Vol. 2

El favor de la Santa - Parte I

Sé que todos tenemos sueños extraños en algún momento de la vida. Incluso si quieres negarlo o no lo recuerdes, los has tenido: que puedes volar, que saltas de un edificio muy alto o que te conviertes en un animal, por mencionar algo. Algunos sueños son más esperanzadores, pues sueñas con esa persona que te gusta, que puede ser una persona común con la que convives casi a diario o algún actor famoso. También hay quien dice haber soñado con un familiar fallecido que vino a despedirse o hasta con augurios de algo que sucedería pronto. Digo todo esto para que no piensen que estoy loco, que esto es algo que me estoy inventando.

Todo comenzó desde que tengo memoria. Al menos una vez al mes soñaba con una figura con una capucha negra, aunque no lograba verle el rostro. Se veía lejana, envuelta en una niebla densa y cobijada por la oscuridad, pero, aún con eso, no recuerdo sentir miedo por su presencia. Sólo parecía extraño y, la única vez que intenté contarle a mi mamá, me dijo que "tenía que dejar las películas de terror". Ni siquiera me gustaban esas películas pero, cuando vi su negativa, me reservé cada una de esas visiones para mí y sólo para mí. Pero no siempre era el mismo sueño. Algunas veces la niebla estaba más ligera, a veces se veía luz como de veladoras y, las más raras de todas, no veía nada, pero sabía que ese ser estaba allí.

Con el pasar de los años, todo quedó en la anécdota y, conforme se fueron espaciando las apariciones de ese ser en mis sueños, me fui olvidando de ello. Ya no lo sacaba en cualquier conversación y lo fui olvidando poco a poco, hasta el primer día que estuve en peligro.

Salí de la preparatoria ya muy noche y no alcancé transporte. Como vivía en un pueblito relativamente tranquilo, decidí irme caminando, con algo de prisa y sin pausa, porque me urgía llegar a mi casa para comer algo y dormir. Avancé un par de cuadras cuando noté que alguien me seguía. No era simple impresión: cualquier giro o disminución de velocidad que hice, esa persona lo hizo conmigo. No veía una sola tienda de abarrotes o una farmacia abierta para pedir ayuda: la calle estaba sola, nadie a la vista. Entonces, no sé decir cómo, llegó a mi mente ese ser que se aparecía en mis pesadillas infantiles.

—Ayúdame, ayúdame, por favor. Quiero volver a mi casa.

El tipo que me seguía me alcanzó y, con una navaja en mano, me amenazó para que le entregara las cosas de valor que llevara conmigo. Al ser un estudiante de preparatoria no traía mucho que ofrecer, cosa que molestó al asaltante y me clavó varias veces su navaja. No sé cuántas veces fue, perdí la cuenta al intentar defenderme, pero también sentí cómo lastimaba mis brazos. Algo, tal vez el hecho de estar perdiendo sangre, me llevó a ver algo que, tal vez, era sólo una alucinación. Una sombra muy alta se levantó desde el suelo donde yo me encontraba tirado y se fue de lleno contra el asaltante, tumbándolo, y lo siguiente que escuché fue a ese tipo gritando "¡Para! ¡Basta!" Después, todo se puso oscuro y yo supuse que ese era el final, que así se veía la muerte.

Cuando desperté, estaba en el hospital. Alguien me encontró y dió aviso a las autoridades, llamaron a una ambulancia y el resto fue suerte, milagro o destino. Le puedes dar el nombre que quieras y me importará muy poco, porque lo importante es que estaba vivo, con lesiones graves, pero vivo. Me interrogaron hasta el cansancio para saber si había sido un pleito de pandillas y yo conté tantas veces mi versión de los hechos que perdí la cuenta. Lo curioso es que, entre más preguntaba si habían atrapado al asaltante, más evasivas recibía. Después supe que pensaron que estaba coludido con el tipo, que nos había atacado alguna pandilla rival... Pero él no podía responder nada porque murió de un infarto justo esa noche. La teoría de los médicos es que el ataque de la otra pandilla lo impactó tanto que su corazón dejó de latir.

Entonces, para que entiendas la situación, en ese momento estaba en el hospital y con un pie en la cárcel. Necesitaría de otro milagro para salir de esa situación.

🦇🦇🦇🦇🦇

Muchas gracias por leer. Estaré actualizando con frecuencia, así que pasa y disfruta de estas historias de las cuales, por fortuna, no eres el protagonista.

Envía tus estrellas para indicar que te gusta el relato y estaré pendiente de tus comentarios.

🦇🦇🦇




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.