Aquí está el texto corregido:
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El último deseo.
Los días pasaban y casi nada cambiaba. En el trabajo, en los restaurantes. En el parque.
Marco veía parejas por todas partes, siempre iban agarrados de las manos. Él también quería eso, alguien con quien pasar sus días, o alguien que le acompañe. Pero él nunca tuvo la oportunidad de amar.
Marco no es una persona introvertida, solo no sabe cómo iniciar una conversación con una mujer.
Cuando cumplió sus 20 años, él había intentado hablar con una mujer pero se quedó mudo y no pudo decirle nada. Desde ese día, él practicó frente al espejo para lograr avances.
Marco había cumplido sus 35 años hace unas semanas, y no lo celebró con nadie. Aun se consideraba joven a pesar de estar en la mitad de su vida, su trabajo es el de ser oficinista. Es muy ordenado en su oficina y también en su vida.
Se lleva muy bien con sus compañeros, pero lo que él más desea es tener al menos una cita con una mujer. Pero lamentablemente no puede debido a que jamás interactuó con una mujer.
Su madre falleció al momento de tenerlo, y su padre se hizo cargo de él. Lo puso en un internado masculino hasta los 18 años. Al salir, se buscó un trabajo de cargador de estambres.
Y desde ese momento hasta hace poco por fin se le cumplió.
La semana pasada se había enamorado de una mujer de 34 años. Se habían conocido mientras él compraba su café expreso en una cafetería llamada "La Laguna".
Mientras tomaba su café, había leído una noticia muy curiosa.
La familia Casterock es buscada en todo el condado. Se dará una recompensa de 100,000 sirs.
La noticia le pasó desapercibida.
Fue como un flechazo instantáneo. Él se sintió atraído por ella y no la pudo sacar de su cabeza durante todo un mes.
En el trabajo, él pensaba en ella. Mientras conducía su carro, pensaba en ella. Se imaginaba formar una familia, tener un hijo y enseñarle a jugar a la pelota. Su casa estaba vacía, su padre se había mudado con su hermano hace varios años, aunque aún mantenían cierta comunicación. Pero no era tan frecuente.
Marco, preparado, se fue un día luego de ensayar varios días ir a verla y hablar con ella.
Pidio su café expreso y con cierto nerviosismo dijo:
- ¿Te gustaría ir a comer algo al restaurante Bocafloja?
Él estaba tan nervioso que casi le cae el café encima.
Pero ella, con una sonrisa risueña y un movimiento de labios, le respondió: "Claro, estoy libre el día viernes de la otra semana".
Marco, aliviado, puso una cara tan roja que hizo que la mujer se riera; ella le dijo que parecía un tomate maduro.
Marco se puso aún más rojo y le pidió su número y se marchó de forma muy veloz.
Marco empezó a practicar poesía e intentó mejorar su francés, para al menos resaltar.
Juanjo, su compañero de oficina, lo vio muy entusiasmado así que decidió aconsejarlo.
Juanjo sabía más de mujeres, así que le dijo que le hablara de sus intereses, de su vida, pero nunca le hablara sobre el trabajo. Lamentablemente, Marco no le prestó atención, solo alcanzó a oír que le hablara sobre su trabajo.
Marco le hizo caso y reservó la mesa más cara para esa ocasión para el día siguiente.
Al despertar por la mañana, él se puso su mejor ropa y se alistó para ir con la que él creía su futura esposa.
Al encender su radio, escuchó una noticia muy curiosa.
Hoy en Radio News, un miembro de la familia Casterock se podría estar alojando en la capital. Pero estos rumores parecen no tener fuentes confiables.
En otras noticias, un secuestrador que imitaba a un ciego fue capturado el día de ayer.
En el astillero de la ciudad.
Solo... Qué noticia suspiraba Marcos luego de seguir esa noticia en los periódicos.
Marcos llamó a la mujer para ver si ya estaba lista.
Ella respondió con una voz calmada: "Te estoy esperando en la entrada del restaurante Boca-floja".
El restaurante Boca-floja es uno de los más cotizados. Ahí solo van las personas con una suma de dinero de tamaño considerable. Marco no es un magnate, pero quiere impresionar a la mujer.
Pero al llegar al restaurante, vio que ella no estaba tan impresionada, por lo que concluyó que era una mujer de una suma de dinero más alta que la de él.
Él no sabía cómo iniciar una charla con una mujer así que siguió el consejo de Juanjo y le habló acerca de su trabajo, de cómo lo trataba su jefe, y le comentó que era muy ordenado en sus cosas.
Marco parecía más relajado al hablar con ella.
Y así continuó.
Durante toda la cita, Marco le habló de cómo trabajaba en su oficina.
Aunque les parezca extraño, a la mujer no le incomodó eso, tampoco pareció aburrirle.
De hecho, le escuchaba de manera atenta.
Y sin apartar su vista, la mujer lo escuchaba atentamente cada palabra que decía.
Marco solo se detuvo cuando la chica le dijo para ir a su departamento.
Para seguir conversando.
Al principio Marco se negó a seguirla, pero luego de que la mujer insistiera mucho, él aceptó ir con ella.
Así que decidió pagar la cuenta con su tarjeta platino, una suma de 250 sirs, y salieron del restaurante Boca-floja,
Rumbo al departamento de la chica.
Marcos sudaba tanto que su cara parecía como si estuviera lloviendo.
- A voz de la mujer.
- Eres muy gracioso Marco. Me caes muy bien. Ya estamos llegando.
Los dos entraron al departamento.
Y la mujer preparó los aperitivos y una botella de vino de la marca El Gran Emperador recién abierta.
Y lo sirvió en unas copas de vidrio marmolizadas, con un toque brillante.