Dejamos al bueno de Nervioso tan contento en su pequeño cuartucho del sótano de los Panero.
Estos siguieron con sus ocupaciones, Loki en su laboratorio y Circe como auxiliar en el hospital.
Las predicciones de su esposa al decir que jamás haría nada bueno, fueron erróneas, ya que finalmente, después de mucho trastear y equivocarse decenas de veces, por fin logró que aquel globo que iba con los desechos orgánicos y que guardaba polvo en el garaje, pudiera llevar a un ser vivo al futuro.
Bueno, que lo llevara a algún lugar en el futuro fue verdad, pero no podían saber si había llegado a salvo a su destino.
El infortunado fue un gato callejero que no dejaba de maullarle a la luna (o a alguna gata en celo de los alrededores) durante la noche, no dejándoles pegar ojo.
Loki se cansó de lanzarle de todo para alejarlo de allí, hasta que al final, ya que todo era inútil y durante la noche siguiente volvían a oír sus gemidos desgarradores, decidió atraerlo mediante una lata de sardinas y una vez dentro, agarrarlo por el pellejo y llevarlo hasta el laboratorio, con la consecuencia que acabara repleto de arañazos y mordiscos.
Lo puso en una caja dentro de la cesta de mimbre de lo que sería la maquina que realizaba viajes temporales y comenzó a programar los datos exactos que lo llevaría derechito al año 2150.
Lo malo era que todavía no había descubierto como traerlo de vuelta remotamente y el globo se quedaría allí para siempre. Entonces le tocaría hacer una réplica para poder seguir haciendo más pruebas.
Primero sería el gato, después necesitaría algún sujeto humano para que, una vez llegara a su destino, pudiera regresar y así, explicarle cómo había ido. Una vez lo considerara seguro, se trasladarían él y su esposa indefinidamente.
Circe no sabía nada, seguro que pondría objeciones, ya que su trabajo lo era todo y le había asegurado que estaban a punto de ascenderla.
Pero bueno, un trabajo así podía encontrarlo en donde fuera, o incluso uno mejor. No entendía aquella obsesión en ser enfermera, lo encontraba vulgar. Le ofreció si quería ser su ayudante de laboratorio, pero ésta ni le respondió. Se limitó a observarlo en silencio, con aquella mirada de desprecio que la caracterizaba y que podía ser más hiriente que cualquier grito o insulto.
Pero lo que no sabía Loki, (a pesar de su inteligencia, era bastante ingenuo en las cuestiones del amor), su esposa lo engañaba con Alí Cantero, director del hospital y aunque éste barajaba la opción de ascender a su otra compañera Macarena, al final “se decidió” por Circe. No sabemos si influyó el que ésta cambiara los medicamentos que su compañera hacía servir para los pacientes, con la consecuencia que éstos enfermaran todavía más gravemente o sus continuados coqueteos, pero la realidad fue que al final se salió con la suya y a su compañera la acabaron despidiendo por negligencia.
Loki, mientras trabajaba el tema de “los viajes intemporales”, realizaba otra investigación paralela: la clonación humana y animal.
La primera “víctima” fue una gallina y el resultado fue un éxito. Así que, al cabo de dos meses tenían un pequeño gallinero en el patio trasero y durante ese tiempo no les faltaron los huevos frescos.
Pero Circe le gritó que ella no era ninguna granjera y que si quería cuidar gallinas que lo hiciera él. Además, cuando su marido le insinuó que podría matar alguna como alimento, ésta agarró un cuchillo de cocina avanzando muy decidida hacia él y se lo puso en la mano. Después abandonó la sala cerrando de un portazo.
Casi no fue necesario eliminar a los animales, ya que, como pudo comprobar Loki, éstos envejecían a gran velocidad. Apenas un año después de crearlas, envejecían y morían, por lo que, al cabo de un tiempo, tenían el patio lleno de cadáveres de gallinas.
Loki mientras tanto no sabía qué hacer con aquel adolescente esmirriado con pintas raras y decidió utilizarlo como sujeto de experimentos. Éste pareció entusiasmado al saber que le sería útil a la ciencia y al progreso y jamás se quejaba al ser pinchado, electrocutado, medio envenenado etc… dada su condición era muy resistente a todo tipo de pruebas y de esta manera pasó el primer año.
Cuando la pareja se enteró de la muerte de Olvido y descubrieron que le había dejado toda su fortuna a él, al instante comenzaron a planear cómo podrían apoderarse de su herencia.
—Dado que somos los tutores legales del chaval, si muere el dinero nos pasará a nosotros ¿no? —sugirió Circe leyendo y releyendo aquel documento firmado.
—No lo sé, deberíamos asesorarnos con un abogado. Aunque bien pensado… la vieja tenía tratos con la Parca, sino date una vuelta por su patio. Ahora está en el hoyo, pero quien sabe lo que podría pasarnos si se entera desde el Más allá que le hemos hecho algo a su engendro.
Circe asintió temerosa; es verdad, siempre la presencia de aquella figura con la muerte acechando a su alrededor le ponía los pelos de punta. Y su mansión era la casa de los fantasmas.
A ninguno de los dos le apetecía pasar el resto de la eternidad en el patio trasero de aquella bruja, por lo que, descartaron aquellos pensamientos.
Así que, no le dijeron nada al muchacho de que era millonario y continuaron con sus vidas.
Loki consiguió dos clones humanos. Eran dos mellizos casi idénticos a él, ya que los clonó a partir de su propio ADN. Los llamó Ceres y Átom, un varón y una hembra y, después de varias pruebas de inteligencia, reflejos etc… dándoles instrucciones precisas, los mandó derechitos al futuro.
Éstos asintieron obedientes, aunque al cabo de dos segundos de marcharse, regresó el globo temporal vacio con una nota que decía:
“Queridísimo tío Loki:
Hemos llegado bien, este sitio es genial, sus gentes son muy amables y nos han tratado desde el primer momento como si fuésemos de la familia. Llevamos ya tres años aquí y hemos decidido quedarnos. Tenemos con nosotros un Simbot que hemos fabricado y al que hemos llamado “Ciclotrón”. Creo que deberías destruir tu máquina del tiempo y olvidarte de venir aquí, este lugar es demasiado bueno para ti y la zorra de tu mujer. Que tengáis un buen día.”