Historias de Maggie

2 Harto

 

Se encontraba harto de que nadie entendiera sus gustos. ¿Siquiera les afectaba de alguna forma sus gustos? Lo dudaba, pero eso si, su madre se esforzaba por esconder que su único hijo le había salido “maricón”. Su padre no solía meterse en las conversaciones, bueno, discusiones que tenía con su madre, y si lo hacia su madre lo observaba con odio y decía con un gran enfado “Es tu culpa que salga desviado, ¡como el padre!”.

Con el tiempo aprendió a ignorar a su madre, ignorar que su madre se largara a llorar frente a él y repitiera insistentemente que él deseaba hacer que ella fuera la mala de la historia, que ya no la quería, que se fuera si tanto problema con ella tenía. Pero los pequeños momentos donde su padre le sonreía y le murmuraba que no había ningún problema eran las únicas razones por la cuál no se había mudado con su querido tío. Su tío no tenía ningún problema con que él fuera gay, o como su madre decía, “Maricón” o “Mariquita”, y le había ofrecido varias veces un lugar donde dormir, sin recibir ningún insulto de por medio o algo así.

Él sabía que ese momento llegaría, nunca espero que su madre se atreviera, y no hablaba de que ella lo golpeara a él o algo así, hablaba de que en medio de una discusión con él, la cual su padre intento involucrarse, ella lo golpeara con lo que tenía en mano mientra gritaba “Es tu maldita culpa”, era algo que realmente, con el aprecio que tenía hacía su padre no podía permitir, sujeto lo más rápido que pudo la muñeca de su madre, tal vez con demasiada fuerza, pero no tenía porque avergonzarse.
 

Ese día, más tarde, cuando su madre salio para calmarse, se fue, y arrastro a su padre consigo, a la casa de su tío.



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En el texto hay: relatos, otros, historias de maggie

Editado: 25.09.2019

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