BUSCANDO
No sé en que momento me quedé dormido, pero ya había amanecido, para ser exactos eran las diez de la mañana.
Me levanté, me alisté y salí en busca de la dirección, realmente me siento emocionado; necesitaba respuestas y creo que las encontraré.
Avancé unas cuantas cuadras, exactamente cuatro, al llegar no estaba seguro si esa era la dirección correcta tal vez se cambió o ya no vivía ahí, observé la casa por un buen rato sin decidirme a tocar el timbre, entonces decidí hacerlo, que podría salir mal. No pasó nada, nadie habría, toqué de nuevo y esta vez salió una señora mas o menos joven, me miraba con recelo, como temiendo que le hiciera algo. – Buenos días – la saludé sonriendo para que dejara de mirarme de esa forma que la verdad me ponía incómodo – Estoy buscando a la señora Cruz.
– Buenos días, soy yo y no soy señora soy señorita – me respondió con un tono algo alegre, y su mirada ya no era de recelo sino de amabilidad, me sorprendió. – Y bien, ¿para que me busca?.
– Bueno, eeemm ... Es complicado, no sé si podría pasar– le respondí algo nervioso, recién me había dado cuenta del porque estaba ahí.
– Claro, pase – respondió dándome paso para que entrara.
Entré, era un pasillo un poco largo, esperé un momento para que me guiara – Por aquí – me dijo señalándome el largo del pasillo, avanzamos y abrió una puerta al entrar me di cuenta de que era una sala pequeña, tenía sillones y una pequeña en el centro; las paredes pintadas de un color perla, era realmente acogedor.
– Tome asiento por favor – me dijo señanlando uno de los sillones, me senté – Por cierto no me ha dicho su nombre.
– Oh ! Cie... Cierto disculpe, mi nombre es Luis Montero, mucho gusto – le extendí mi mano.
– Mucho gusto – respondió tomando mi mano.
– Bueno ahora puede decirme por que está aquí – me dijo sonriendo, ya no había rastro del recelo que mostró al principio.
– Ok ... Aaammm ... Mire la verdad no sé por que estoy aquí o bueno si sé pero no sé como explicarlo – le dije casi apresurado, en serio el asunto me ponía nervioso. Ella me miró con algo de asombro e interés pero en un momento parecía perdida como si no estuviera aquí, de repente volvió en sí, me miró algo nerviosa,
– Usted está aquí por una mujer, una mujer con lo que sueña y no conoce ¿cierto? – dijo de golpe, me sorprendió y solo logré asentir – Usted quiere respuestas por que ayer la vio y no en su sueños sino en la realidad ¿no es así?– otra vez me sorprendió y solo asentí, si ella era vidente, era una muy buena.
Salí de mi asombro, sacudí mi cabeza y le dije – Es - espere un momento, ¿como sabe todo esto?
– Lo sé por que por eso me buscó, por que puedo ver lo que otros no pueden, obviamente soy vidente, claro si así me quieres llamar – respondió con una sonrisa de amabilidad yo solo podía estar serio y sorprendido – Ahora, ¿quiere saber el porqué de esos sueños y la aparición de ella?
– Sí, por supuesto que quiero saber – respondí casi inmediatamente, ahora me sentía ansioso.
– Esta bien, para eso necesito que me dé sus manos – la miré con asombro y escepticismo. Ella lo notó y sonrió con algo de sarcasmo.
– ¿ Mi- Mis manos? ¿Pa- Para qué? – le pregunté.
– ¿Que nunca has visto una película de videntes o algo así? – me preguntó y solo negué con la cabeza – Bien, te explicaré, es solo para crear un vínculo entre tú y yo.
– Pe-pero ¿como supiste lo de mis sueño y lo que pasó ayer, sino tocaste nada mío? – le pregunté con curiosidad.
– Bueno... Lo vi por que fue reciente y es algo mas fácil de ver, pero para saber más necesito algo mas fuerte como el vínculo que vamos hacer ¿entiendes? – preguntó con seriedad.
– Algo, la verdad no sé, esto es nuevo para mí – le respondí con honestidad, realmente nunca había creído en este tipo de cosas.
– Ok ... No es necesario, solo dame tus manos, claro, si quieres respuestas – me dijo con una sonrisa sarcástica.
– Esta bien – le di mis manos.
Mientras mis manos estaban entre las suyas, ella cerró los ojos, supongo que se concentraba o algo así, la observé y solo entonces me fijé en como era, tenía el cabello largo y caía en ondas sobre sus hombros, era de color café, parecía joven y de figura delgada, de piel algo clara, sus labios eran rosados. De repente hizo un gesto, como si hubiera visto algo pero mantenía los ojos cerrados.
– Mm! Ve-veo algo... Y-yo la veo...– empezó a decir, el corazón se me aceleró y no sabía que hacer.