Historias de Terror

31

Nunca imaginé que sería real hasta qué lo ví, tan magnífico, tan esperado que solo el gusto duro segundos. Estába ahí, viendo desde lejos, nadie sabía de mi presencia ahí, estaban haciendo su trabajo.

Palabras en latín o hebreo, no recuerdo bien, las imágenes en mi cabeza son un poco confundas, aún así recuerdo a la perfección su voz. Esa voz que puede hacer qué hasta el más sabio y fiel creyente, tenga miedo.

Una vez qué terminaron, yo seguía quieto, deseaba ver qué pasaría, aún no había acabado.

Ellos se retiraron, se deban por vencidos. El ritual había comenzado, ellos no lo habían concluido, era el inicio de su desastrosa noche; entonces fue cuando de las tinieblas apareció, magestuoso, con ropas más negras que la misma noche, sus ojos amarillos eran la diferencia en la oscuridad. Llevaba dos guardianes al lado, escuché un leve ruido y éstos atacaron a los invocadores, me asusté y al poco tiempo ya lo tenía frente mío.

Sentí su presencia, no hablé, solo lo miré directamente. No había piel alguna, era un esqueleto blanco, sus cuencas oculares estaban viéndome.

— ¿Me invocaste? – pregunto, juró que respondí pero al parecer el no me entendió  – responde – me exigió. 

Tartamudie unas palabras, pero respondí con un ligero «no» que fue casi inaudible para mí pero el lo escucho.

Sonrió, puede ver una sonrisa en lo que parecía su cara, algunas noches sueño con ella.

– Vendré por tí, un día 31... – me dijo, – por ahora sólo te seguiré, seré tu sombra. – y lo ví esfumarse, todo fue muy rápido.

Me desperté un par de días después aquí, en el instituto psiquiatra. Nadie me cree, yo lo ví, ví qué era, era algo no humano, algo que podría oler el miedo.

¿Tú me crees verdad? He hablado con varios médicos, y todos han muerto de manera misteriosa un día 31, he vivido éstos años pensando cuando moriré, he visto la muerte de otras personas, la de mi médico anterior, por ejemplo, él murió en un choque automovilístico hace dos días, dicen qué sufrió mucho, que fue una muerte lenta. Y si, así lo ví, ví qué moriría de la manera que lo encontraron, tenía incrustado partes de metal, ninguna en órganos importantes, varias cortadas que hicieron que se desangrara lento, sintió cada dolor, cada respiración hasta qué murió.

Yo le avisé de su muerte y me ignoró, como todos.

Yo he visto tu muerte, es horrible, ¿Quieres que te diga?




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