Historias de Terror

Abandono

Primera parte.

Estaba en mi cama, siempre veía cosas de niña... Mi mamá decía que era producto de mí imaginación, mi papá decía que no era mi locura.

Los años pasaron y mi mamá se harto de mis locuras y decidió enviarme al psicólogo.

Pasé unos años ahí en terapia, mi papá estaba en desacuerdo con eso.

Llegué a los quince y mi papá decidió sacarme de las terapias psicológicas, ya no las necesitaba y mis alucinaciones pasaron o eso pensé.

Está vez eran más reales.

Una noche, sentí como alguien respiraba en mi oído.

Desperté agitado, sentí mi oreja y estaba fría. Prendí la luz y no había nada, sólo era mi imaginación.

No dormí.

Las siguientes noches, los ruidos, los susurros, las sombras eran más frecuentes y en algunas ocasiones eran muy fuertes.

Una ocasión, sentí como algo me tomaba del tobillo, se sentía como una mano pero al verlo no lo era, era un especie de garra, sus uñas se encajaron que en mi piel, grité del dolor.

Mis padres entraron esa noche a mí cuarto, me llevaron al médico y tuvieron qué hacer una curación, habían dicho que tuve suerte de qué no rompiera mis tendones ni huesos.

Sí, las cosas ya estaban esperando.

Mi papá, empezó a buscar a un sacerdote y mi mamá estaba dispuesto a mandarme al hospital psiquiátrico.

Busqué en internet, casos similares al mío. Encontraba cosas relacionadas, nunca como tal algo en concreto.

Decidí buscar sobre entes, demonios, lo que fuera que me sacará de mis dudas.

Fuí con el sacerdote a confesar me, le dije todo. Lo único que me dijo fue que confiará en Dios, y que rezará.

Las cosas empeoraron después de que hice los rezos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.