Historias de Terror (zombies)

RELATO N° 04: AREAL

     Marco y Tina han intentado comunicarse con Areal en repetidas ocasiones, sin triunfo alguno. El padre decide salir e ir en su búsqueda. Le pide a su hija que se quede, que regresará por ella.

     Sale y el caos es tal, que no logra conseguir un taxi disponible. Una bicicleta BMX está a su disposición y sin dudarlo sube en ella.

     Luego de unos metros, las piernas comienzan a quemarle, se ha acostumbrado tanto al automóvil, que ha perdido la poca fuerza física que obtuvo en su juventud, gracias al básquet.

     Llega al cruce con la panamericana y puede reconocer la hojalata, que minutos antes era su coche. Se acerca al tumulto y logra apartar algunos curiosos, hasta llegar a donde se encuentra su esposa.

     Tiene lesiones del accidente y otras, producto de aparentes mordeduras. Llevarla al hospital sería una pérdida de tiempo. Al llegar en la mañana, los querían sacar. Pero al explicarles su situación, desistieron de todo intento y los dejaron pasar. Estaban saturados con todos los casos que les llegaban.

     Necesitaban camas y el personal era escaso. Sería mejor ir a casa, es el lugar más seguro en estas circunstancias. Además, tenían un kit médico en casa: un botiquín elaborado por insistencia de su hija. “Para casos de emergencia”, decía ella. Y este era una de las grandes.

     Marco tiene conocimientos básicos de primeros auxilios. Los suficientes para curar las heridas de su esposa. No sabe exactamente qué ocurrió, todo fue tan rápido, que no pudo estudiar el ambiente en el que se encontraba.

     Si se trataba de algún accidente automovilístico, estaba milagrosamente a salvo de todo peligro mortal. O al menos, eso creía.

     Las mordidas lo seguían inquietando ¿Quién sería capaz de semejante atrocidad?

     Areal despertó, se había mantenido inconsciente y ya estaba reaccionando. Su primer impulso al despertar fue querer comerse a carne. No podía controlar esas pretensiones.

     Cuando hubo saciado su hambre, dejó el cuerpo de su esposo a medio terminar y el de su pequeño hijo, devorado por completo.

     Lo dejaron en la casa, no querían exponerlo más.

_ Papi, ¿Qué le pasó a mamá? –dijo entre sollozos el niño, cuando vio que su padre cargaba en brazos un cuerpo ensangrentado, el de su mamá.

_ No te preocupes, peque. Todo está bien –explicó su papá y cerró tras de sí, con el pie, la puerta de su cuarto.

     Pero nada estaba bien. Se terminó al niño y lo dejó en huesos, porque su carne era más blanda que la de su marido. Se levantó de la cama y se dirigió a la cocina, con ganas de café y una aspirina. El dolor era insoportable, parecía que la cabeza le iba estallar…



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En el texto hay: historias cortas, terror, suspence

Editado: 28.08.2020

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