Historias de Vampiros

Capitulo IV

Rebeca Smith

¡No puede ser verdad! ¿Ellos que quieren de Carolina?. Pienso  mientras me dirijo y me siento en mi cama. La inquietud me inunda por no dejar de  pensar en lo que escuché cuando iba saliendo del castillo Carew.

•°•°•°•°•°•°•

 

Estaba caminando tranquilamente por los pasillos después de dejarle el vestido a Carolina. Noto una luz y se que es la de la salida pero paro en seco cuando dos hombres entran por la puerta.

 

Ellos deben ser los hombres que amenazan al señor Carew.

 

Mi vista no se separaba de ellos siguiendo cada movimiento que ellos hacían. Se ven super sospechosos.

 

—Hermano, crees que debemos matar a la chica— dice con seriedad entrando junto a su
¿Hermano?

 

¿Chica? ¿De quién están hablando?

 

—Si, no sabemos si la chica es peligrosa—le dice al chico que iba con el—. Recuerda que ella es descendiente de esa mujer, deseguro debe tener sus dones—dice muy serio que asusta.

 

Quería verles el rostro, así que me quise acercarme más pero para mi gran torpeza tropiezo con una mesita que tenía unas cuantas cosas encima haciendo que se tambalee y caiga una florero. Gracias a mi velocidad agarró el florero rápidamente pero cae una cuchara de la charola que estaba en la mesita.

 

¡Estás muerta Rebeca! ¡Eres tan estúpida! Maldigo por ser, bueno, la verdad tan yo, si Carolina estuviera conmigo en este mismo instante de seguro me insultaria por ser despistada no torpe, ok no soy torpe, solo soy tan yo.

 

Para mí mala suerte cuando quise ver si me habían oído ellos ya no estaban. ¡Maldición! De seguro me escucharon y se fueron.

 

Que esperabas Rebeca.

 

•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°

 

No dejo de pensar en esas palabras. ¿Por qué quieren matar a Carolina? ¿De que mujer están hablando? No le sigo dando importancia y para relajarme tomo una pequeña ducha relajante. Recuerdo que Carolina juro vengarse de mi por dejarla bañar con agua fría.

 

Ya veremos.

 

Sierro mis ojos intentando no pensar en nada cuando me recuerdo de que hoy tendré que ir a una maldita fiesta.
¡Joder!

 

Pero Carolina irá, que bien no estaré sola en esa fiesta aburrida, ya me veía allí a todos mis familiares, " en memoria de Rebeca Smith una chica que murió de aburrimiento"

 

🦇🦇🦇

 

Miro por la ventana del auto observando a los invitados que estan afuera en el gran jardín decorado de los Evans.

 

¡Presumidos!

 

El auto avanza pero toda mi atención se quedó en unos invitados que se comían a besos, siento mis ojos humedecer por las lágrimas que están a punto de salir.  Todos los chicos huyen de mi por ser la amiga de Carolina. Carolina no tiene buena reputación ya que a ella la miran como una asesina y un ser sin sentimientos.

 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por mi padre que me habla.

 

—Rebeca, hija ¿Por qué lloras?—dice poniendo su mano en mi hombro.

 

Giro mi cabeza para verlo, él solo me mira con intriga queriendo que le responda a su pregunta.

 

—Por nada, solo recordé la muerte de mamá—digo en un hilo de voz por la inmensa tristeza.

 

Soy toda una mentirosa.
Padre es por el chico que vi hace un ratito.

 

—Tranquila, estoy aquí para ti—dice acercándose para abrazarme.

 

Carolina dice que yo tengo la suerte de tener un padre como él y lo estoy, él es único, él siempre me apoya, él me da fuerza para seguir adelante y él sabe mi dolor por no ser correspondida, todos me rechazan, me odian por ser una asecina, nadie quiere acercarse a mi.

 

—Padre, ¿Por qué todos me odian?—digo llorando.

 

—Rebe, amor, te prometo que ya nadie te odiara solo por ser la amiga de la hija de Carew—dice rompiendo el abrazo tomabdo mi rostro en sus manos—Te lo prometo—dice dándome un beso un mi frente.

 

—Gracias papá, te amo, eres el mojor—digo dándole un gran abrazo.

 

—Esa es mi princesa, toda una Smith. Recuerda que nadie te tiene que ver sufrir, eres igual de poderosa que una Carew—dice separándose de mi para verme a los ojos con una sonrisa—. Y si alguien daña a mi princesa, a mi bebé, a mi tesoro juro que lo mataré con mis propias manos.

 

—Gracias papá, te amo mucho, te amo—digo volviendo a abrazarlo.

 

El auto se detuvo eso indica que llegamos a la dichosa fiesta de cumpleaños del hijo mayor de los Evans y mi peor enemigo desde niña.

 

Leonardo Evans hijo de Ricardo Evans, yo le digo niño mimado.Él es tan odioso e insoportable el es el responsable de que nadie se acercan a mi.

 

Bajamos del auto enfrente de la entrada de la mansión Evans. Alzó mi vista para ver lo grande que es la mansión y una sonrisa aparece en mi rostro, prepárate Leonardo, ya no soy la misma niña que humillaste

 

—¡Rebeca!—ese grito me saco de mis pensamientos y se de quién es.

 

Giro mi cuerpo para verla. Ahí está ella con esa sonrisa que la distingue de todos ya que esa sonrisa es sincera no como las otras.

 

Ella se acerca cada vez más con cada paso que da, las personas a su alrededor empiezan a murmurar cosa como ¿Quien la invitó? ¿Que hace ella aquí? en fin un montón de cosas.

 

—Hola Carolina—digo con una gran sonrisa de felicidad—. Siempre puntual—digo cruzándome de brazos.

 

—Lo se, es el estilo Williams—dice sacando la lengua en una sonrisa.

 

—Modales señorita Williams—digo intentando hacer una voz de hombre.




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