Al día siguiente, despertamos y seguimos adelante, ya teníamos nuestras bolsas llenas de fruta que al final si resulto ser pera, caminamos un rato, hacia demasiado frío como para detenernos. De pronto empecé a sentir que alguien nos seguía pero no sabía si era cierto así que lo ignoré por completo hasta que fue muy tarde pues, si nos seguían aunque no quienes esperábamos, era un pequeño perrito que parecía perdido, decidimos llevarlo con nosotros a donde nos llevará el camino, durante el corto camino estuvimos varias veces a punto de perder al perrito, pero en todas esas veces se salvó. Una de ellas estuvo a punto de caer en un pequeño acantilado pero lo salve, de ahí abajo se escuchaba un ruido extraño pero no quisimos bajar así que seguimos adelante, conforme íbamos avanzando se escuchaba aún más cerca ese ruido, parecía algo arrastrándose por el suelo, decidí que era mejor estar atentos para que no pasará algo que no, ese ruido se intensificó cada vez más hasta que de un arbusto saltó una serpiente decidida a atacar al que sea, lamentablemente al que atacó fue al perrito, quise salvarlo pero fue demasiado tarde, el veneno recorrió sus venas lentamente hasta que murió, no quisimos dejar su cadáver ahí aventado por lo que lo llevamos a un lugar donde pudiéramos enterrarlo. Nosotros seguimos adelante, hasta llegar a un pueblo más, este parecía tranquilo así que decidimos entrar a averiguarlo. Todo parecía normal, las personas parecían ser amigables, poco después se nos acercó una mujer, parecía tener un mal día:
-¿Qué hacen ustedes por aquí? -frunció un poco las cejas-
-Solo vamos de paso…
-Deben saber que aquí no serán bienvenidos -me interrumpió indiscretamente- así que deben irse ahora mismo o les irá mal.
-¿Y qué es lo que nos ocurrirá si pensamos en quedarnos?
Sin pensarlo y sin saberlo nos estaban rodeando las personas de este pueblo, temía que fuera como en el anterior y que hicieran algo malo con nosotros. Se acercaron y nos agarraron, nos llevaron al centro del pueblo y nos amarraron de los brazos, uno al lado de otro, sentados formando un circulo. Acto seguido llegó quién parecía ser el líder de todos, pues tenían vestimenta como si no hubiese leyes en ese lugar, se acercó y nos observo a todos:
-¿Qué planeas hacernos? -preguntó José aterrorizado-
El líder no le respondió y se alejó poco a poco, un hombre con vestiduras parecidas lo siguió y entraron a un tipo almacén en donde pasaron varios minutos sin saber de ellos, las personas nos rodeaban y nos observaban muy detenidamente. Ya no sabíamos que hacer ni qué pensar:
-¿Crees que podamos salir de aquí? -me preguntó Mario un poco asustado-
-Saldremos de aquí tenlo por seguro, solo necesitamos soltarnos de aquí y poder escapar.
Por fin habían salido esos dos de ahí, se acercaron a nosotros y comenzaron a lanzar preguntas:
-¿Qué hacen ustedes por aquí?, definitivamente vienen de parte del gobierno a someternos
-No es así, nosotros estamos perdidos y no sabemos a donde ir, vimos este lugar y quisimos pasar por aquí…
-Todo han dicho lo mismo pero ya no cometeremos el mismo error así que deben morir ahora mismo…
Todos empezaron a celebrar en ese momento, teníamos pánico, ya no sabíamos que hacer, creímos que esta vez sí moriríamos. Ellos no tenían nada preparado aún y eso nos dio un poco más de tiempo para pensar en algo para salir de esta aunque parecía como un callejón sin salida, aún así pasamos horas pensando en algo. Cuando ya era de noche, casi todos entraron a dormir, solo dos hombres se quedaron afuera a vigilarnos, nosotros nos quedamos tranquilos, ya no podíamos hablar sobre el escape pues estaban muy cerca de nosotros, no se movían para nada, no hablaban, no habían nada, solo se quedaban ahí parados. La noche pasaba lentamente junto con nuestras horas de vida, más tarde se empezaron a ver luces a lo lejos, estos dos hombres alertaron a los demás, quienes inmediatamente salieron de sus casas listos para lo que viniera. Esta vez sí se trataba de agentes del gobierno, que habían llegado a ponerle un fin a este sitio, aunque eran muy pocos por lo que no podrían hacer gran cosa o eso pensábamos nosotros, los cuatro agentes con armas sumamente peligrosas se acercaron al pueblo, las personas de aquí se quedaron formando una barrera cubriéndonos a nosotros para no ser visibles ante los agentes, los agentes se desplegaron por la zona, uno en cada punto cardinal, las personas del pueblo ya estaban listas para atacar, ellos no contaban con mucho aunque el líder y su acompañante si contaban con armas letales, unas que quizá le quitaron a los agentes que habían venido antes, estos dos se encontraban en la parte central de todos y desde ahí empezaron a disparar a los agentes. Los agentes se escondían entre las casas, tenían una buena visión desde ahí pero los pobladores conocían mejor que nadie el pueblo y sabían en donde esconderse para no ser vistos y así embestir a los agentes. Mientras ellos estaban atacando se entre sí nosotros decidimos a escapar cuanto antes de ese lugar, yo por suerte siempre cargo con una navaja de bolsillo, la saqué para portar las cuerdas y salir de ahí corriendo, después nos dimos cuenta de que salir corriendo empeoraría las cosas pues cualquiera nos podría ver escapando y nos iría peor, por una parte los pobladores nos atacarían por escapar de ellos y por otra parte los agentes nos atacarían creyendo que también somos pobladores, teníamos pocas opciones pero aún así debíamos salir de aquí vivos. La mayoría de los pobladores ya estaban escondidos en lugares estratégicamente seleccionados para así atacar a los agentes de forma sorpresiva, los agentes apuntaban y disparaban a los pobladores que estaban descubiertos que a su vez parecían dar su vida con tal de matar a los agentes, poco a poco fueron cayendo elementos de ambos bandos, de los pobladores murieron tres y de los agentes habían muerto ya todos, nosotros nos habíamos levantado ya para acercarnos a las armas de los agentes y conseguimos reunir tres de ellas, todas con dos cartuchos extra, los pobladores regresaron adonde estábamos y se dieron cuenta de que ya no nos encontrábamos ahí, salieron rápidamente a buscarnos, nos escondíamos rápidamente con las armas en las manos listos para dispararles, después de todo parecía no ser ilegal hacerlo en este lugar, disparamos mientras corríamos lejos de ahí, entramos a la carretera e inmediatamente corrimos alejándonos de aquel pueblo en donde creímos sería el final de nuestras vidas. Varios kilómetros después, nos encontramos con algunos pobladores que nos habían seguido, ellos contaban con las armas del líder y del acompañante incluyendo también la del agente que nosotros no pudimos recoger, a las orillas de la carretera habían bastantes árboles como para escondernos y así lo hicimos, los pobladores también se escondieron, José y María se fueron por la izquierda, Mario y yo por la derecha, solo teníamos tres armas al igual que ellos, pues solo eran tres pobladores, José se quedó con un arma y Mario y yo con dos, cuando empezamos a escuchar que disparaban nosotros nos movíamos rápidamente para encontrar de donde venían las balas, más cerca de ellos empezamos a disparar también, fue complicado encontrar el origen de las balas pues hacían un eco enorme por todas partes, por fin tenía a uno de ellos en la mira por lo que proseguí a disparar matándolo inmediatamente, ya solo faltaban dos de ellos, yo no quería llegar a esto pero ellos nos obligaron. José también comenzaba a disparar aunque un poco asustado, no lograba darle a ninguno, por suerte ya tenía a otro en la mira así que también disparé igual matándolo de un disparo, José entonces se concentró más y supo lo que hacía de manera más tranquila, apuntó y dio su último disparo, cuando voltee vi al último poblador apuntándome de cerca pero el tiro de José le dio en la cabeza matándolo y salvándome a mi de una muerte segura. Cuando todo se encontraba más seguro, recogimos las demás armas y nos fuimos de ahí, ya no queríamos saber nada de ese pueblo ni de otro más, caminamos tranquilos por la carretera sin esperar lo que vendría después…
Editado: 27.08.2019