Historias en 20 Minutos

Tejados de Madrugada

Me encanta como se ve la ciudad de noche, me hace pensar que hay un mundo por descubrir todos los días, incluso me hace sentir más pequeño de lo que ya soy en realidad. Hoy es una de esas noches en las que me gusta recorrer las calles, pasando sobre los tejados, buscando algo interesante que ver o por hacer. De todas formas no tengo un lugar a donde ir.

Cuando las luces de las casas empiezan a apagarse y las calles son iluminadas solo por el alumbrado público, es cuando pasan las cosas más extrañas. A veces escucho gritos salir de las casas, otras veces miro a personas pasearse por las avenidas... Aunque siempre parecen extrañas. ¡Oh! Una vez vi a un tipo encontrar un rey rata en la basura, lo lanzó con asco y, lo entiendo, las presas fáciles no son divertidas de comer.

Usualmente las calles están vacías a esta hora, excepto por algunos perros ¡Ugh, los odio! Aunque algunos son amistosos, no intentan morderme cuando me acerco. De hecho, una vez uno de ellos me compartió de su comida, fueron de las mejores sobras que he probado en mi vida. Ahora que lo pienso, ese día fue extraño... Me encontraba caminando por los tejados como usualmente hago, vi a una persona correr por la calle principal, cargando una bolsa de papel de color marrón. Instintivamente, decidí seguirlo y observar desde arriba, hablaba con otro sujeto en la puerta de su casa, murmuraron algo que no pude comprender, discutieron y se fueron juntos en un pequeño auto.

No pude seguirlos, obviamente, por lo que decidí seguir mi camino y pasear sin rumbo. Casualmente, a los pocos minutos encontré el auto que vi anteriormente frente a una bodega abandonada, me asome por el tragaluz del lugar ¡Me sorprendí! Tenían otra especie de auto brillante de color verde, era extraño y los tipos parecían preocupados por él. Cuando abrieron la bolsa de papel, tomaron un artefacto extraño, como una... ¿Cómo se le llama? ¡Una jeringa! Y parecieron extraer algo del extraño artefacto, ambos rieron y justo después se hincaron en el suelo y empezaron a gritar cosas que tampoco entendí.

Oh, bueno, supongo que no era un auto brillante, quizá ni siquiera era un auto. Al terminar de gritar, cubrieron el objeto con una gran manta y guardaron la jeringa de nuevo en la bolsa, pero no se fueron del lugar simplemente se sentaron en silencio y observaron a la nada. Traté de alejarme, pero uno de los bordes del tragaluz soltó un escandaloso rechinido y casi me descubren, corrí tan rápido como pude hasta llegar a un callejón, donde los vi correr en mi búsqueda. Ya no llevaban la bolsa y eran sorprendentemente rápidos para ser humanos. Bueno, luego de eso me encontré al perro del que hablaba, me miró con sorpresa y le respondí con una mirada de miedo (Tal vez por eso me compartió de su comida). 

Intenté buscar a los tipos de nuevo la siguiente noche y la siguiente y la siguiente, pero nunca los volví a ver, ni al objeto ni el auto que abandonaron en el lugar. Al poco tiempo vi a otra persona vivir en la casa donde se encontraron esa noche. Supongo que nunca sabré que era esa cosa ni tampoco para qué la usaban.

Tal vez no deba pensarlo demasiado, de todas formas, solo soy un simple gato callejero... Quizá eran aliens.




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