Historias en 20 Minutos

Campo Silencioso

¿Han escuchado alguna vez como en algunos lugares del mundo suceden milagros inexplicables y se vuelven una atracción turística? Bueno, eso sucedió en mi pueblo. Es un espacio rural, la mayoría de gente se dedica a la siembra de alimentos o cuidan animales, es un pueblo bastante autosustentable. Todos tienen su espacio y trabajamos juntos para poder estar mejor cada día.

Algo extraño en todo el pueblo es un espacio en la cima de una montaña, es un campo enorme, lleno de flores y deshabitado incluso por animales. Nunca nadie va allá si no es por necesidad. Es lógico, si lo piensan, es un lugar alejado del pueblo, te tomaría horas llegar con una carga y no me imagino lo tonto que sería vivir tan alejado de los demás.

Bien, hace unos 10 años, mi abuelo y otros adultos mayores del pueblo fueron avisados de unos avistamientos de coyotes cerca de ese lugar.  Los sujetos se prepararon con machetes, antorchas y una sola escopeta, de quien fue un policía en un pueblo cercano. Me escabullí detrás de ellos esa noche, sabía que mi abuelo me reprendería, pero, como cualquier niña, me causaba curiosidad lo que fueran a hacer. Subimos todos juntos por la montaña, usualmente se escuchan los pasos de animales y personas aplastando las hojas caídas de los árboles, las ramas chocando entre sí por el viento, los insectos comunicándose entre ellos. De repente, estábamos en un silencio absoluto. Ni siquiera nuestros pasos podían ser escuchados.

Fue ahí cuando ví el gran campo de flores que tapizaban el suelo del lugar, parecía sacado de los cuentos que me contaba mi abuelo. No pude evitarlo y caminé más rápido para acercarme a estas, ahí me descubrió mi abuelo, pero no me regañó, estaba inmerso en el paisaje. Era un círculo perfecto, la luz de la luna iluminaba el lugar y justo en el centro se encendió una pequeña llama azul iluminando tenuemente las plantas a su alrededor. Mi abuelo fue el primero en avanzar para observar la llama de mejor forma, se quedó parado por unos instantes, luego se giró hacia nosotros y nos mostró una bolsa entre sus brazos, con la sonrisa más grande que vi en toda mi vida ¿Qué consiguió mi abuelo? Estábamos en una crisis monetaria, mi padre nos abandonó por ser un borracho y gastarse casi todo nuestro dinero, esa bolsa contenía incluso más de lo que mi padre gastó en todos estos años. 

El resto de los señores se acercaron a intentar conseguir lo mismo. Rápidamente, el rumor de una llama mágica a las afueras del pueblo llamó la atención de la gente, todo mundo tenía algo que desear. Las casas se ampliaron, el pueblo estaba lleno de gallinas y vacas, habían más verduras y frutas en el mercado, el cuero de la ropa era de mejor calidad, pudimos tener libros y hasta se construyó una segunda escuela. 

Todo iba perfecto, hasta que un día la llama nunca volvió a aparecer. Se intentó de todo, esperamos noches con luna, se hizo un grupo de rezadoras, se hicieron monumentos en honor a la llama, pero nunca volvió. Ese lugar silencioso y lleno de vida, con el tiempo, se convirtió en un conjunto de monumentos de piedra, comida pudriéndose y monedas viejas regadas por todo lado. Las flores se fueron marchitando, los animales llegaban hacia él y el ruido volvió a inundar el espacio sagrado.

Nunca se supo de donde salió la llama, algunas personas incluso se mudaron a otros pueblos en busca del poder. Poco a poco, el pueblo fue quedando vacío. La gente pasaba tanto tiempo pensando en como recuperar la llama que no cuidaban a sus animales, ni la cosecha ni sus ventas en el mercado. Supimos de un maestro que renunció a la escuela para irse en busca de magia a otros lugares del país. Eventualmente, mi madre, mi abuelo y yo tuvimos que irnos a un pueblo cercano y con mayor prosperidad. 

Algunas veces vuelvo a mi pueblo natal y no lo reconozco, me asusta pensar en lo que harían con tal de recuperar el fuego. Mi vieja casa sigue deshabitada y acumula vegetación. Ahora, ese pueblo próspero y con un gran futuro por delante no es más que ruinas perdidas en el tiempo, volviéndose parte del bosque. ¿Acaso el objetivo de un poder infinito es la avaricia de querer tener aún más?




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