Geraldine entró al cafetín del hospital, pero se detuvo de súbito al ver a su hermano sentado revolviendo distraídamente el contenido de una taza. Lo que llamó la atención de Geraldine no fue verlo allí, sino verlo tranquilo en primer término, y solo en segundo.
Aunque cuando Altair regresó era casi una sombra de lo que había sido tanto física como emocionalmente, aparentemente no había demorado mucho en recuperarse, pues en breve comenzó a bromear y a perseguir chicas, de manera que siempre iba rodeado de una nube de jóvenes que se peleaban por atraerse su atención. No obstante, si bien todos se habían tranquilizado pensando que Altair se recuperaba de prisa, Geraldine y Jason que tenían ventaja sobre los demás gracias a su habilidad, sabían que Altair era una bomba de tiempo, pues, aunque a diferencia de Ben, él sí había matado de forma salvaje a su agresor, eso no había servido para liberar el resentimiento acumulado durante aquellos terribles años y el mismo seguía allí y no solo por lo que Zly le había hecho, sino por lo que había visto que Raziel le hacía a Ben y a Sandy. Jason lo vigilaba tan atentamente como era posible sin despertar las sospechas del chico, pero inicialmente cuando llegaba algún prófugo al que hubiesen dejado en mal estado, Jason se aseguraba que Altair no estuviese por allí hasta que lógicamente él se dio cuenta.
Con esa sencilla declaración a Jason le había quedado claro que, si bien su sobrino aun no estaba emocionalmente bien, sí estaba lo bastante consciente como para no cometer locuras y, en realidad, no había mucho de qué preocuparse, pues Altair pasaba poco tiempo en la emergencia y evitaba completamente ir al área de detención. Sin embargo, en oportunidad de la batalla en la que nacieron los hijos de Justin y Lorena, Jason había sido testigo de primera línea de cómo Altair masacraba a todos los individuos que se le pusieron por delante sin darles ni la más mínima oportunidad para rendirse, con lo que también le quedaría claro que donde Altair viese a un criminal, no se andaría con delicadezas, aunque todavía no sabía si esto aplicaría para todos aquellos que lo fuesen o solo para aquellos sospechosos de pertenecer al ejército de Radvansky.
A Geraldine por su parte lo que la preocupaba era que su hermano, aunque iba por ahí rodeado de chicas, parecía haber cerrado su corazón y en una oportunidad en la que ella se arriesgó a bromear sobre una sanadora especialmente interesada en él, Altair le había contestado de un modo muy poco habitual en él.
Altair la había mirado por un largo minuto intentando tomar una decisión, pues no sabía si dejar las cosas así y evitarle a su hermana un sufrimiento innecesario, o si lanzarse en una defensa a su derecho a ser feliz, pero el amor tomó la decisión por él.
Era por lo anterior que Geraldine se sentía preocupada por su hermano, porque además sabía que no solo se estaba haciendo daño a sí mismo, sino que se lo estaba haciendo a Anette. No obstante, y como no era usual ver a Altair en aquella actitud, su preocupación se disparó y se acercó a él.
Esa mañana no había sido muy buena, pues Altair llevaba varios días viendo a Ben extraño, y aparte de su obsesión con la ladrona fantasma, como la llamaba Altair, ahora parecía triste y deprimido, de manera que Altair había estado dándole la lata diciéndole que se olvidase de aquella mujer, pero finalmente cuando se había dado la noticia oficial de que Oriana estaba embarazada, Altair comprendió que por lo menos la tristeza podía tener un motivo diferente, pues conociendo a Ben, supo sin necesidad de que se lo dijese como lo haría después, que él lo sabía y era eso lo que lo tenía tan deprimido, ya que Oriana se negaba a decir quién era el padre de su hijo. Hasta allí, todo era consistente con la personalidad de Ben, pero la última vez que habían salido, Ben se había quedado en Holiday Inn, y aunque había bebido más de lo usual, no lo bastante como para estar tan mal al día siguiente, pero lo que disparó la señal de alarma en el cerebro de Altair fue que el asunto se repetiría durante los dos días siguientes, así que decidió seguir a su primo, pues estaba seguro que el necio aquel seguía bebiendo como un cosaco por causa de la ladrona. No obstante, hacía dos noches lo había seguido comprobando que Ben no había abandonado su casa una vez que había llegado a ella, pero a la mañana siguiente estaba igual de mal, de manera que concluyendo que había estado bebiendo en casa, la pasada noche había entrado furtivamente y poniendo el máximo empeño en que Ben no notase su presencia, algo en extremo difícil tanto por la habilidad que compartían, como por el hecho de haberse pasado tantos años en estrecha compañía el uno del otro, lo que hacía que sus energías les resultasen incluso más reconocibles que las de sus propios hermanos. El asunto fue que, aunque Ben no había bebido ni una sola gota de alcohol, ese día estaba en las mismas condiciones, de manera que esa mañana se había ido derecho a buscar a un sorprendido Evil, pues él lo evitaba tanto como le era posible y le había ordenado seguirlo, después de lo cual había arrastrado a Ben al laboratorio y después de extraerle sangre se había vuelto hacia Evil.
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Editado: 12.11.2024