Historias Inconclusas

Cap. 17 Arkania

Arkania Artemisa era el desastre de la familia Black Potter. Arkania era una mezcla imposible de sus padres, y esas eran palabras mayores, pues ambos eran poderosos y peligrosos, y si bien sus hermanos también eran beneficiarios de aquellos poderes también, subsistían muchas diferencias entre los tres.

Rigel tenía un genio de los mil demonios, como solía decir Sirius, pero como también sabía que el chico no tenía la culpa, sino que aquello era una inoportuna herencia de su abuelo, intentaba tomárselo con filosofía. Sin embargo, eso sumado al poder de Rigel, lo convertía en alguien sumamente peligroso para cualquiera, fuese amigo o enemigo.

Daniela compartía los poderes con sus hermanos, pero ella era sosegada y relativamente tranquila, aunque eso nunca había sido un obstáculo para que participase muy activamente en las diabluras de sus parientes, pero todos sabían que casi todo lo que hacía Daniela, era idea de Arkania que, en aquello de planear estropicios era idéntica a Cassandrea.

Y volviendo a Arkania, se diferenciaba de sus hermanos en que, mientras ellos siempre tenían un comportamiento consistente con lo antes explicado, ella no, y un día podía estar haciéndole la vida un circo a todos, desde su abuelo hasta a los desventurados elfos, y al otro podía estar desatando su ira, que era lo más parecido a una bomba nuclear, y sin que nadie supiese por qué, aunque habitualmente el por qué, era más bien contra quién, y era un sujeto que tenía los ojos gris hielo.

Aunque en un principio todos pensaron que diferenciar a las gemelitas iba a ser un enorme problema, porque a diferencia de las gemelas Potter, que una tenía los ojos verdes y la otra los tenía grises, las Black los tenían del mismo color, sin embargo, casi antes de aprender a caminar, Arkania llevaba el cabello de diversos colores, así que Lily estaba convencida de que Anthar era cómplice pasivo de su hija haciéndose el ciego cuando la niña le robaba la varita. Por mucho que Anthar juraba por todo lo imaginable, que en verdad no lo notaba, sería Jason quien finalmente lo salvaría de terminar en San Mungo, cuando explicó que era imposible que aquel carnaval de colores obedeciese a que la niña tomase la varita de Anthar, porque estaba muy pequeña como para conseguir aquel efecto con tanta precisión.

Como Jason tenía el espíritu maligno de todo Black, al principio molestaba mucho a Anthar por aquello, y, por otra parte, recordaba con nostalgia los días en los era la pequeña Lyra la que se hacía con su varita rompiendo cualquier cantidad de cosas, y fue eso justamente lo que lo hizo reflexionar acerca de lo que hacía Arkania hasta que llegó a la conclusión lógica, Arkania era una metamorfómaga, y aunque todavía estaba muy pequeña y solo lograba un cambio que parecía gustarle, con seguridad cuando creciese, aquel poder se desarrollaría como debía y no se equivocó, porque a la fecha, Arkania era realmente buena en la manipulación de la materia en un grado en verdad alarmante, teniendo en cuenta el carácter que tenía.

A estas alturas, todo el mundo sabía que la señorita Black había perdido su desquiciada y colorida cabeza por Cassander, aunque eso no incluía, naturalmente, ni a Anthar ni a Harry; al primero porque parecía pensar que las gemelas no crecerían nunca y que siempre serían sus niñas, y a Harry, porque él nunca se enteraba de aquellas cosas hasta que las mencionadas cosas le explotaban en la cara.

Aquella era una idea que había rondado en forma fugaz por varias cabezas, pero con el asunto de los secuestros, y como había sucedido con las vidas de casi todos, que parecían haberse detenido, no volvieron a pensar mucho en eso hasta el día que Arkania había caído al pozo infestado de inferis, pero como más bien pronto se sucedieron los hechos de Kassandria, eso había quedado relegado.

No obstante, Geraldine era una de las que no lo había olvidado en ningún momento, no solo porque las gemelas Black pertenecían a su mismo grupo etario, sino debido a su habilidad para percibir los sentimientos y emociones, y era por ello que ahora estaba tan angustiada, porque esta podía ser la ocasión en la que Cassander finalmente dejase de fingir desinterés, y dependiendo de las circunstancias, el desdichado que, en opinión de Linie, era Demian, iba a salir muy mal parado si era que sobrevivía a la ira Prewet. Así que esperaba que Miky la encontrase pronto, porque su otra opción para mantener en calma a Cassander era Altair, pero él se había marchado y aún no había vuelto, y en el caso de Ben, estaba muy ocupado con Sandy.

En aquel momento Cassander gimió y se movió, así que Geraldine suspiró con resignación.

  • Lo siento, Sander, pero lo mejor es que de momento, sigas dormido –murmuró agitando su varita

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Si bien era extraño que Arkania no estuviese allí, siendo que habían crecido viendo a Sandy como a otra hermana debido a la adoración que sentía Anthar por la gemela, en realidad y bien mirado, no lo era tanto tratándose de ella.

Ese día se había levantado temprano, según ella, pero no lo sería mucho cuando ya no había nadie en casa, así que desayunó a toda prisa y se fue al Ministerio.

Aunque Arkania estaba en entrenamiento, ninguno de aquellos chicos lo necesitaba en realidad, pero Harry siempre se empeñaba en que eran ellos los que debían dar el ejemplo y los había hecho pasar a todos por la academia. La cuestión era que Arkania en verdad era un incordio, y nadie sabía si era peor que no asistiese a clases, o que lo hiciese. Ron y Charlie que solían impartir entrenamiento junto con Sirius, se quejaban mucho, mientras que como cabía esperar, Sirius no encontraba nada mal en ninguno de los hechos, es decir, no se preocupaba si Arkania no asistía, y se divertía mucho cuando lo hacía, aunque su dulce nieta lo estampase contra una pared.




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