En San Mungo era un día normal y relativamente tranquilo. A pesar de que la hora de la comida había pasado, Ben y Altair se habían desocupado tarde, o más bien, lo había hecho Ben, así que Altair lo había esperado y luego había tirado de él hacia el comedor del personal, pero no en silencio como no lo estaba casi nunca.
Aquel era un pleito casado que tenían Ben y Sirius, pues mientras el segundo sostenía que tenía que ser un varón, Ben sostenía lo contrario, pues él quería que fuese una copia de su bonita.
Cuando llegaron al comedor, fueron detenidos por un grupo de chicas que estaba en prácticas, aunque había un par que Cristian sostenía que no tenía ningún talento para la sanación, y que si seguían allí, era con el único propósito de atrapar a Altair. Si bien Altair les hacía caso a todas, había una en particular que también lo había intentado con Ben, pero pronto se dio cuenta que éste era otra cosa y no pasaba del cortes saludo a todas. Ellos, y a pesar de la habilidad con la que habían nacido, lógicamente habían tenido que dedicarse al estudio, pues aparte de habilidad, necesitaban también el conocimiento de la anatomía, pero eran los únicos que aparte de sus clases, también atendían pacientes. De modo que, a diferencia de sus compañeros que se marchaban una vez que concluían las horas prácticas, ellos pasaban todo el día en el hospital.
Ben se disculpó con el alborotado grupo y arrastró a Altair hacia una mesa.
Aquello era perfectamente inútil y tendría que seguir escuchándolo mientras comían. Una vez que concluyeron, se dirigían hacia la emergencia cuando se encontraron con que sus parientes estaban llegando y con aspecto de preocupación, así que se tensaron.
Jason se había materializado directamente en una sala de atención, de manera que en la recepción intentaban averiguar qué los había llevado al hospital, pero los chicos apartaron a quienes intentaban ayudar, asumiendo con corrección, que Jason se había ido derecho a la emergencia.
Aunque aquello no era nada informativo y no podía serlo siendo que nadie lo sabía, Ben y Altair se desaparecieron directo hacia las salas de emergencia.
Cuando los chicos localizaron la sala en la que se encontraban Jason y Lyra, el primero estaba en concentrada revisión, o al menos eso pensaron, pero en realidad no era así y lo comprobaron de inmediato.
Los chicos se miraron durante una fracción de segundo, pero Ben corrió, tomó la muestra y desapareció. Si bien ambos habían estado adquiriendo los mismos conocimientos, Ben poseía la paciencia que a Altair le faltaba, de modo que, pensar que Altair estuviese a cargo de la investigación o análisis, y menos en un momento crítico, era iluso.
Sin embargo, y a pesar de que Altair tenía la tendencia a actuar para resolver lo que hubiese que resolver, al notar lo que Jason estaba haciendo, lo miró con sorpresa.
La pregunta obedecía, a que había determinado que Jason no estaba examinado a Lyra, sino que estaba ejerciendo directamente su poder para sanarla, y si le extrañaba aquello, era porque Jason era de los que sostenía que primero debían averiguar qué aquejaba a un paciente antes de elaborar la cura, pues suponiendo que no fuese nada conocido, esto les permitiría fabricar una poción efectiva que serviría a cualquier otro en casos similares. Y si Altair estaba seguro que no tenía ni la más mínima idea de qué era lo que tenía Lyra, era por la muestra de sangre que había mandado a analizar.
Como no recibió una respuesta, Altair intentó efectuar un examen que posiblemente no iba a decirle mucho si ya Jason trabajaba en la sanación, pero habiéndose puesto en estado de concentración, esto le permitió percibir el debilitamiento de la energía de Jason, recordando en ese momento lo que sucedía cuando uno de ellos estaba mal, así que abrió los ojos y los fijó en Jason notando que estaba sudando a mares y tenía el rostro enrojecido, aparte de la alteración general que lo había alertado, así que se olvidó de averiguar nada y se dedicó a transferirle energía a él para que no se derrumbase.
Entre tanto afuera en el pasillo, Louis lidiaba con una Cassandrea muy alterada, mientras Vittoria lo hacía con un Aydan en iguales condiciones. Rigel que no tenía ni un gramo de paciencia, y estando él mismo muy angustiado, terminaría por acomodarle un puñetazo a su progenitor, y su situación no mejoraría al escuchar no solo una exclamación, sino lo que le siguió.
Editado: 21.04.2025