A finales del mes noviembre, y menos de un mes después de la neumonía de Haziel, se presentó una epidemia gripal que no afectó únicamente a los niños de la familia, sino a muchos más, de manera que, el hospital se vio inundado de chicos, y muchos de ellos requirieron hospitalización por lo grave sus síntomas. Altair y Rose, que eran los que se especializaban en la atención infantil, se pasaron casi una semana metidos en el hospital respetando apenas las horas de descanso, así que Jason, en su calidad de director del hospital, tuvo que echarlos de allí prohibiéndoles volver a presentarse por lo menos, hasta 24 horas después.
De los niños de la familia, entre quienes peor les había ido estaban: los gemelitos de J.L. y Virgine, a las gemelas Stone, a Lyar, a Perseo y a Haziel. Esto último hizo que Jason prestara mayor atención al chico, porque no le parecía normal dos procesos casi idénticos en tan corto tiempo, lo que lo llevó a hacer más pruebas de las habituales, y esto a su vez lo hizo concluir que, al igual que Cassandrea y Altair, el aparato respiratorio del niño era la parte de su organismo más delicada.
Cassandrea por su parte, por primera vez estaba furiosa con su padre, pues tanto por lo anterior, como por el hecho de saber que su embarazo ya era en sí mismo riesgoso, le había prohibido terminantemente ir al hospital, y, por otra parte, como Louis era quien podía hacerlo, tampoco podía acercarse a ella por la misma razón, ya que, aunque él no estaba contagiado, en cualquier momento podía estarlo o ser portador.
Con las cosas así, Jason y Lyra pasaron casi dos semanas caóticas, el primero lidiando con la crisis, y Lyra con Cassandrea, aunque esto último también alcanzaba a Jason las veces que había ido a casa.
Finalmente, todos habían superado la problemática gripe, y quien más demoró en hacerlo fue Haziel por lo ya explicado, así que el niño estaba de un humor tan catastrófico como el de su madre cuando al fin pudo volver a casa.
Cuando ya el estado de emergencia decretado por la epidemia se había suspendido y habían vuelto a sus actividades normales, una tarde y cuando Altair estaba a punto de abandonar su consultorio, pues había terminado la jornada de ese día, recibió un urgente llamado de Akima que marcaría su vida.
Se presentó con rapidez en la emergencia junto con el sanador que había ido por él, y aunque Altair ya llevaba un tiempo atendiendo emergencias, había estado en más de una batalla, y había vivido en carne propia situaciones terribles, no pudo evitar impresionarse al entrar, pero de la impresión paso con rapidez a la ira cuando vio la razón por la que Akima lo había llamado, pues la chica se afanaba en forma inútil sobre el cuerpo evidentemente sin vida de un infante que no tendría más de cinco o seis años como mucho. Altair había determinado con rapidez lo primero, algo que al parecer no habían notado los demás, ya que estaban todos muy ocupados, así que no perdió el tiempo y apartando a Akima, le ordenó al sanador que había ido por él que la sacara de allí aprovechando como pretexto que la chica había perdido la calma. Aunque lo anterior era cierto pues Akima lloraba con desesperación, a él lo que le interesaba era que nadie lo viese hacer lo que iba a hacer.
Una vez que el sanador se llevó a Akima, él comenzó a trabajar sin perdida de tiempo mientras escuchaba a medias los retazos de historia repetidos entre los sanadores que entraban y salían de aquella sala. Aunque Altair habría preferido estar trabajando en una sala más pequeña y sin tanto tráfico, entendía, por lo que había visto al llegar, que posiblemente todos los cubículos más pequeños estaban ocupados, y lo afortunado era que nadie le prestaba atención a él, así que intentó ignorar el ruido, pero, además, en medio de las órdenes y el ir y venir de sanadores y enfermeras, se enteró que hacía unas horas, un pequeño poblado mágico situado en los Alpes Dináricos, había sufrido un inexplicable ataque y la mayor parte de la población había resultado muerta. El cómo habían llegado los que estaban allí, no lo supo en ese momento, aunque con posterioridad se enteraría que había sido producto de la casualidad, ya que Anthar y Stefano habían sido enviados a hablar con el ministro serbio debido a los muchos ataques que se estaban registrando en aquella localidad, y estando en su oficina se había recibido la alarma, sin embargo, cuando su tío y los que los acompañaban a él y a Stefano llegaron al lugar en compañía de los aurores de aquel país, se encontraron con el desolador cuadro y habían decidido trasladar a los sobrevivientes.
Una vez que Altair terminó con el niño, lo dejó en manos de una enfermera para que lo instalase en una habitación y se dedicó a ayudar a los demás, pero como ya Jason y Ben habían hecho acto de presencia, y Silver, Abigail y Armand habían adelantado mucho, finalizaron con rapidez, así que Altair preguntó a qué habitación habían llevado al chico que había atendido y se fue a verlo, pero lo encontró dormido aún. No obstante, no se movió de allí hasta que el niño despertó. Lo primero que el niño dijo Altair no lo entendió y recordó con algo de retraso el lugar de procedencia de los heridos, pero los Alpes Dináricos cruzaban varios países y él no estaba seguro en cuál estaría el poblado de donde procedía el chico. Sin embargo, hizo un registro mental intentando recordar un saludo apropiado y que el pequeño entendiese.
En ese momento venía entrando una de las enfermeras y Altair hizo una urgente petición.
Editado: 22.09.2025