Historias Inconclusas

Cap. 49 La última batalla de un corazón cautivo

Altair se había materializado casi encima de Tyler que, en ese momento terminaba de darles apresuradas indicaciones a Sue Ellen y a Akima, dándoles un gran susto.

  • ¿Papá qué le…?

Altair había llegado preguntando aquello que le interesaba, pero se detuvo al ver a la auror de pie al lado de una camilla.

  • No hay tiempo Altair, ven —dijo Tyler llevándolo con él

El que muchos años atrás fuese conocido como el grupo de cazadores de mortífagos comandado por Sirius, había pasado a ser simplemente el grupo de cazadores del departamento de aurores, y se dedicaban a perseguir criminales y prófugos de la justicia. El mencionado grupo seguía siendo comandado por Sirius y seguían siendo considerados los sujetos más peligrosos del departamento, fama que se había ido incrementando con los años y dada la incorporación al mismo de sujetos como Anthar, James, Lyra, Justin o Alex, y de la última generación, individuos como Aydan, Axel, J.B., los gemelos Black y el peligrosísimo Rigel. Era justamente a este grupo al que se había unido Annette de forma permanente y una vez finalizada la búsqueda de los chicos, porque aparte de que esta señorita calificaba en el renglón de peligrosa, era una manera inmejorable de pasar la mayor parte del tiempo fuera y no encontrarse con Altair.

No obstante, ese día habían estado persiguiendo a un par de sujetos con orden de captura por un delito menor, cuando repentinamente estos se toparon por casualidad con los individuos equivocados y, por ende, también los aurores. Annette dio rápido aviso al departamento que en seguida envió refuerzos, porque, aunque ella estaba ilesa, su compañero no, del mismo modo que los perseguidos originales habían resultado muertos en medio del enfrentamiento que se generó al igual que muchas de las personas habitantes de aquel pequeño poblado francés.

Louis que también formaba parte de aquel grupo y había sido uno de los que acudiese al llamado de Annette, ahora que todo había pasado intentaba tranquilizarla.

  • Tranquila Anni, no es tu culpa y John va a estar bien, Jason lo está atendiendo
  • Si no me hubiese empeñado en ir…
  • No digas tonterías, si no hubiesen ido, tal vez todas las personas de aquel lugar habrían muerto, porque sabes tan bien como yo que esos hijos de perra matan por diversión
  • También murieron los dos hombres a los que perseguíamos y eso no debió ocurrir
  • Bueno, concuerdo en eso porque no eran peligrosos, pero tampoco es tu culpa y solo estaban en el lugar y momento equivocado.

Louis se sentía terriblemente mal al verla tan apagada, porque estaba acostumbrado a escucharla reñirlo por las estupideces que él hacía con Cassandrea y por dejarse apalear por ella. Louis también sabía que Annette no solo estaba cansada físicamente, sino que sabía cuál era la pena que afligía su corazón, pero cuando se trataba de cosas como aquella por las que él mismo había sufrido tanto, era con lo único que Louis Weasley era discreto y jamás se lo había mencionado, de modo que se limitó a abrazarla.

  • Deberías ir a casa Anni, estás agotada y…

Louis hizo silencio cuando se sintió violentamente apartado de Annette, pero no tuvo oportunidad de nada, porque a continuación sintió un dolor espantoso en el pecho y su mundo se apagó. Annette había ahogado una exclamación al verlo caer, pero cuando entendió lo que había sucedido y al ver al agresor avanzando hacia ellos, montó en cólera y sacó su varita. No obstante, ese no parecía ser su día, porque no había terminado de empuñar su varita cuando esta había saltado de sus manos hecha añicos.

  • ¡Eres un…!
  • Aquí la única que no es lo que debería ser, es usted, mademoiselle

Aunque la efervescente sangre francesa de Annette clamaba por la cabeza de aquel cretino, decidió que se ocuparía de él después, porque Louis seguía tirado en el piso y ella tenía urgencia porque fuese atendido. Sin embargo, no llegaría muy lejos, porque en cuanto Altair vio que se giraba y asumiendo cuáles serían sus intenciones, se le adelantó bloqueándole el paso.

  • ¡Apártate, cretino infeliz! —le ordenó —¿Acaso no ves que ese hombre…?
  • Lo único que veo, es que pareces tener mucha necesidad de un hombre, mucha facilidad para procurártelo, y ningún reparo para llevártelos a la cama

La conmoción había atraído a varias personas, entre ellas a Tyler y a Abigail que habían concluido con la atención de sus pacientes; por otra parte, el pasillo estaba lleno de aurores que o bien habían acudido al llamado, o se habían enterado luego y habían ido al hospital a ver el estado de sus compañeros, pero ninguno de ellos habría pensado ni por un momento en intervenir, pues conocían sobradamente a los personajes, y solo les extrañaba que Altair hubiese atacado a su propio tío. Tyler no había visto el ataque, pero sí había escuchado lo último que había dicho su hijo y que era por demás insultante, sin embargo, Altair no pareció escuchar el enfurecido grito de su padre ni la expresión ahogada de Abigail, así como no fue consciente del silencio sepulcral que había seguido. Annette se había sentido golpeada casi físicamente con lo que él acababa de decir y se quedó momentáneamente en blanco, pero cuando intentó reaccionar, las cosas se pusieron difíciles.

  • ¡¿Cómo te atreves?! —gritó y elevó la mano con obvias intenciones, pero él se la sujetó
  • Si todos los demás tienen derecho, sin duda a mí me asiste el derecho de antigüedad




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