historias llenas de franqueza

Capitulo 11 ~they and me ~

-sin preguntar – y él simplemente afirma con la cabeza para perderse entre las calles de la zona roja. 

… 

Una exaltada Aida entra de golpe al cuarto especial que tienen para Adelaida para estas ocasiones, donde es atendida por el médico de cabecilla de la familia Martínez. 

-bueno y ¿cómo paso esto? - la mira detalladamente. 

-Aida, déjala... sabías que esto pasaría si él volvía – le replica su hermano mayor, Atlas- ella hizo lo correcto en mandarme la señal, justamente “él” estaba cerca. 

-espera, ¡¿TE DEJASTE VER?! 

-ni que fueras tú que sale cada que quieres a hacer quién sabe qué maldita zorra – re reclama un enfurecido Atlas saliendo del cuarto para invitados “especiales”. 

-cuida tu boca, pequeña cosa llena de miseria. - habla entre dientes para no hacer notoria su rabia  

-pequeña tus nalgas, estúpida respétame, soy el capo de la familia Martínez... - habla en un tono fuerte como si gritase. 

Aida lo interrumpe – deja de gritar que eso le da migraña a Adelaida. 

-shit, me voy a seguir con lo mío – finaliza poniéndose su casco negro para salir nuevamente. 

-solo tome el medicamento habitual y descanse, señorita Adelaida. 

-esta vez, ¿cuál fue su diagnóstico, doc.? 

-solo está fatigada y como estuvo tomando eso la llevo a estar más susceptible a una crisis ansiosa, se nota que estuvo manejándola por mucho tiempo, peor algo la despertó nuevamente, ya le di unos calmantes y asegúrese que duerma, su cuerpo muestra que lleva días sin conciliar el sueño como es debido. 

-gracias doc., nos veremos en la junta de mañana con los “associate” 

El doctor sale del cuarto cerrando la puerta detrás de él, en cambio, Aida toma lugar en la silla contigua que está a metros de la cama, donde yace una agotada Adelaida tapada de pies a cabeza con las gruesas frazadas de la cama. 

-no esperaba que lo asignaran a tu brigada... 

Musita Aida con la mirada fija en el gran ventanal donde se refleja una hermosa luna llena. 

-el reporte de su llegada había sido entregado hace dos semanas, pero decía que su estancia sería inconclusa, al igual su posible puesto en la agencia... 

-tenías razón... no debí engañarme con que él había muerto... murió el día que lo deje ir … No me explico por qué siento esto – responde en un hilo de voz cortada por los sollozos que se escapaban de Adelaida. 

-dime, ¿Qué sientes? 

-sabes... hoy hable de él con uno de los gemelos, no lo nombre tan directamente, pero, me di cuenta de que nunca lo he dejado de amar y menos en estos últimos 8 años, yo sigo buscando mi paz y no sé por qué me duele el siquiera pesar en él o el temor que se entere de “eso”. Se supone que esto nunca debió de ocurrir desde un inicio, donde los superiores se enteren... pueden darle fin a todo... y a todos. 

Aida se queda en silencio, se acerca al cuerpo cubierto por las frazadas que tiembla sin parar, la acaricia con dulzura hasta que esta logra conciliar el sueño. Tras unos minutos esta sale en silencio, ya por los pasillos de la casona y esta realiza una llamada a su proveedor principal. 

… 

Después de un largo y plácido descanso, Adelaida logra despertar un poco más relajada, se sentía liviana y despejada, intento pararse de la cama, pero es abrazada por el frío y duro piso de madera finamente realizada para la casona. Tras esto se oyen unos pasos afuera que entran de golpe al cuarto. 

-¿Qué fue ese ruido? - la sorprende un Atlas con su pijama todavía puesta y el pelo desorganizado que suelta una carcajada al ver a Adelaida en el suelo tratando de incorporarse. 

-deja de reírte maldita torre de Tokio – le reprocha tirándole una almohada encima que había caído consigo misma. 

-pobrecito bambi ya despertó después de su siesta eterna 

Detrás de él se asoma Aida, quien ya estaba organizada para seguir su día y labor como Don de la casona, pero que al ver lo mismo que su hermano está estalla en risa acompañando a su hermano. 

-lo que faltaba, a falta de uno tengo dos, ¡EN VEZ DE BURLASEN QUE TAL SI ME AYUDAN, MALDITOS EDIFICIOS!  

Ambos hermanos entran y la ayudan a posicionarse en la cama nuevamente, finalizando sus arranques de risa. 

-eso es lo que pasa cuando duermes por una semana y después de una borrachera como la que te metiste el día del ingreso de los nuevos a la agencia, pequeño hobbit. 

-por eso evito esa medicación que me da su doctor, me hace dormir lo que no he podido en mucho tiempo. Será hora que me vaya pronto, hay trabajo pendiente. 

-Adela, creo que ya es hora de ejecutar el plan, además un regalito te estará esperando ansiosamente en la agencia. 

-dime que no es un cariñoso como esa vez que llegue nueva al bar de Johny. 

-creo que te descubrieron hermanita, bueno fue un honor presenciar esto, pero hoy tengo que trabajar. 

-ay sí, ya era hora que te fueras, este cuarto apesta mucho a sudor de titán- se despide de forma burlona una Adelaida que logra recuperar de a poco su fuerza en las piernas. 

Adelaida como puede se prepara y toma un poco de la ropa vieja de Aida que suele dejar en ese cuarto de invitados y baja hasta la primera planta donde toma el desayuno sola mientras ve a todos correr de un lado a otro por la casona con la limpieza del lugar y la entrega de algunos papeleos que suele llegar de todas partes para los hermanos Martínez, los últimos herederos de Los Martínez, una familia de mafiosos que cumplía las tradiciones al pie de la letra hasta que llego a esta última generación que dio un giro inesperado hace unos 15 años. 

Adela sale en un auto que le estableció atlas con su respectivo conductor y esta se bajó en el estacionamiento donde dejo su moto hace un tiempo, reviso que todo estuviera en orden y volvió de prisa a casa, al llegar al estacionamiento observa un auto que no había visto antes, se preparó con su arma preferida que suele esconder en el garaje y se dirigió a los adentros de la casa, pero un par de gritos ensordecedores le helaron la sangre, se aproximó hasta el cuarto de juegos de los gemelos donde se emitió aquel grito dejando estupefacta la escena que evidencio al entrar de golpe al cuarto.  




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