Historias no tan ciertas

Nº 1

Antes, mucho antes de ser lo que soy hoy, era una niña tímida, casi nunca hablaba, mi madre me enseño a agachar la cabeza y evitar los problemas, y así lo hice, siempre agachar la cabeza.

Luego del colegio conocí a alguien que cambio mi vida completamente era mucho mayor que yo, solíamos hablar mucho sobre todo, beber hasta ver el sol, y escuchar Coldplay, The Cranberries, Oasis, y mucha música Bosa nova.

Soliamos llorar juntos, el solía hacerlo por su madre, y yo por mi vida vacía.

Llorábamos demasiado.

Bebíamos demasiado.

Reíamos de todo.

Cierta vez me comento sobre un novio suyo, vivían juntos, me dijo que lo amaba, pero sabía que era algo pasajero, algo tan fugaz como el amanecer.

“recuerdo que estaba haciendo una maqueta importante, llevaba un mes haciéndola y él llegaba ebrio al departamento, se sentaba en la sala y ponía Dreams de The Cranberries, y lloraba por horas mientras repetía la canción una y otra vez, lo hacía día por medio, aunque quería preguntarle, no lo hacía, quería darle su espacio, un día simplemente me harto, me tenía con la mierda en la boca y le pregunte que putas le pasaba.

Me dijo: lloro porque te amo y no estaremos juntos para siempre, lo nuestro es algo pasajero y eso me está matando; lloro porque el día que nos separemos no nos volveremos a ver.

Nuestro destino era amarnos pero no estar juntos, me duele porque él tenía razón, jamás nos volvimos a ver.”

Su presencia en mi vida fue corta, fugaz como el amanecer al igual que su relación, pero me cambio completamente, no fui la misma después de ser su amiga, hubo una marca de antes y después en mi vida, no volví a agachar la cabeza, esa no era yo, no podía ser un cordero.

Han pasado años pero a veces, solo a veces, me siento junto a la ventana fumo, bebo y lloro escuchando las canciones que escuchábamos antes hasta perderme en alcohol.

Por qué hay demasiadas cosas porque llorar, para tener un momento de felicidad es necesario llorar y eliminar la tristeza del corazón para abrir paso a algo mejor.

La vida me está pasando por encima, es muy duro, por fuera soy una roca, y no titubeo jamás, por dentro es algo radicalmente diferente, mi alma se parte y mi única solución para lo que siento es sentarme junto a la ventana, fumar, beber y llorar escuchando canciones que llenan mi corazón de fe y esperanza de que mañana puede ser mejor, tal vez mañana fumare beberé y llorare menos,pero no he vuelto a agachar la cabeza, tal como el me lo dijo.

Recuerdo muchas de sus palabras de vida, son las que me obligan a continuar.

 




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