**Título: La Tentación de la Oscuridad**
**Capítulo 1: Un Encuentro Inesperado**
Era un día normal y gris en la ciudad de Buenos Aires, donde la rutina se sucedía como un reloj antiguo que nunca se detiene. La lluvia caía suavemente mientras terminaba una jornada en mi trabajo, y la apatía me invadía. Caminando por la calle, la brisa traía consigo una sensación de inquietud, pero no le presté atención.
Esa noche, mientras me preparaba para ir a la cama, una presencia extraña invadió mi habitación. La luz de la lámpara parpadeaba, y de repente, una figura oscura se materializó frente a mí, tomando forma poco a poco. Era el Diablo, luciendo un elegante traje negro, con una mirada que mezclaba arrogancia y tristeza.
—He venido a ofrecerte un trato —dijo, con una voz suave y seductora.
**Capítulo 2: La Oferta Irresistible**
Lo miré, atónito, sin poder encontrar palabras. La realidad parecía distorsionada, como si el tiempo se hubiera detenido.
—Tu vida es menos de lo que podría ser —continuó—. He observado tus anhelos, tus deseos ocultos. Te ofrezco la oportunidad de obtener todo lo que siempre has deseado.
Mientras hablaba, comenzó a mostrarme visiones: un trabajo exitoso, amor verdadero, fama y fortuna. Cada imagen brillaba intensamente en mi mente, despertando tentaciones que creía haber dejado atrás.
—No estás satisfecho con tu vida actual, lo sé —dijo, acercándose un poco más—. Permíteme entrar en tu corazón y hacerte feliz. ¿No lo deseas?
La idea de tener todo lo que siempre había querido era inmensamente tentadora. Sin embargo, una parte de mí se negaba a aceptar. La sombra de su presencia se sentía pesada, amenazante, como si su oferta viniera con un precio que estaba lejos de entender.
**Capítulo 3: La Primera Tentación**
Pasaron varios días, y por más que intentara ignorar el encuentro, el Diablo se hacía presente en mis sueños. Cada noche, regresaba para ofrecerme algo nuevo: un ascenso en el trabajo, la compañía de personas influyentes, un amor perfecto. Estas tentaciones parecían inocentes pero, al mismo tiempo, me dejaban un vacío.
La primera gran tentación llegó cuando me ofreció una oportunidad laboral que jamás hubiera imaginado. Una llamada me reveló que una gran empresa deseaba contratarme para un puesto de alto rango. La verdadera razón de esa oferta, no obstante, era un arduo trabajo que implicaría sacrificar aspectos de mi vida personal.
Cuando me encontré en la reunión para aceptar el puesto, vi reflejos de todo lo que había vivido anteriormente. Era como si cada decisión me acercara más a una carretera sin salida. Miré a mi alrededor y sentí que el ambiente quería consumirme, pero una voz interior me gritó que estaba a tiempo de retroceder.
**Capítulo 4: La Lucha Interna**
La siguiente semana, la presión era incesante. El Diablo no solo me ofrecía tentaciones, sino que contribuía a hundirme en la duda y la confusión. La vida que parecía perfecta se convirtió en una trampa, poblada de caras conocidas, pero con corazones vacíos.
Me quedé quieto un fin de semana, lejos de la tentación y la ambición, enfrentando mis pensamientos en soledad. Comencé a hablar con amigos cercanos, quienes me recordaban quién era realmente, las cosas que siempre había valorado. Su apoyo se volvió un antídoto contra el veneno de la tentación.
Con cada conversación, la imagen del Diablo en mi mente se desvanecía un poco más. Su voz se tornaba distante, mientras tomaba decisiones que priorizaban mis auténticos deseos. Me di cuenta de que cualquier oferta venía con un costo escondido que sacrificaría no solo mi alma, sino mi esencia.
**Capítulo 5: El Desafío Final**
Fue en aquel momento de claridad que el Diablo decidió intensificar sus esfuerzos. Se presentó ante mí de nuevo, esta vez con una propuesta más oscura: me ofreció una vida sin fin, un estado de euforia perpetua en el que nunca volvería a sentir dolor.
—Rechaza el sufrimiento —murmuró—. Te ofrezco vivir sin miedo, sin dolor, sin límites. Solo una condición: tu alma será mía.
Enfrentar esta amenaza me hizo sentir más fuerte. La oscuridad no podía definirme. Miré hacia el espejo y vi al hombre que era, con sueños y aspiraciones, y supe que no podía sacrificarlo.
Con voz firme, respondí: “Prefiero vivir plenamente, sintiendo cada emoción, incluso el dolor, que vender mi alma a cambio de una ilusión”.
**Capítulo 6: La Libertad del Alma**
El Diablo se quedó sorprendido, y en su rostro vi un destello de furia, seguido por una expresión de incredulidad. En ese momento, la habitación se llenó de luz, y la sombra comenzó a desvanecerse.
—No puedes dejarme… —dijo, pero su voz se tornó débil.
—Puedo —respondí, mientras el aire crujía y un susurro de libertad llenaba el espacio. La decisión ligera como pluma, liberaba mi alma de su trampa.
Con un último brillo de ira, la figura del Diablo se desvaneció, dejando atrás solo un eco, un murmullo de magia que se perdía en la bruma. Sentí la energía fluir por mi cuerpo, una mezcla de alivio y energía.
**Epílogo: Nuevos Horizontes**
Con el tiempo, la experiencia se convirtió en un recuerdo, una lección grabada en mi corazón. Aprendí que nuestras verdaderas luchas no son contra un enemigo externo, sino contra los demonios dentro de nosotros.
La vida continúa, y todo lo que deseo ahora es vivir plenamente, buscando el amor y la conexión en cada experiencia. Y, aunque las sombras puedan volver a atormentarme, sé que tengo la fuerza para vencer cualquier tentación que surja.
La luz siempre ganará en la lucha entre el bien y el mal, y una vida vivida en autenticidad siempre será más valiosa que cualquier recompensa obtenida a través de la oscuridad.
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Editado: 20.09.2024