Marcus Miller.
Después de haberle avisado a Sophie, baje las escaleras pero me devolví en la mitad, decidí que era mejor tomar una siesta antes, pero cuando me gire, vi a Martin que bajaba, con sus dos manos en los bolsillos y apenas me vio sonrió ampliamente y recordé esa vez en que todo paso y yo me aleje, aun cuando lo veo quiero darle esa golpiza que tanto reprimí, aquella que se merecía.
—Hola, hermano. — dijo pronunciando la última palabra lentamente, acompañándolo con una palmada en el hombro.
Apreté mi mandíbula y lo deje pasar por mi lado. Subí las escaleras y me adentre al cuarto, me lance a la cama y me dormí.
Cuando desperté, lo hice con un dolor en el pecho y los ojos hinchados. No habia tenido ese sueño desde que me aleje y sabía que volver, habia hecho que reviviera el sueño y los sentimientos de por medio. Tome mi celular y vi la hora, iba siendo hora del almuerzo. Vi una pequeña nota y la tome, la letra de Sophie en ella.
“Marcus, he ido a visitar a mi amiga, te vi tan cansado que decidí no despertarte para que me acompañaras. Volveré pronto.”
Me levante y me enjuague la cara, escuche risas en la planta baja y baje. En la sala estaban dos niños castaños riendo por las cosquillas que le hacia su madre. Quien hacia ruidos extraños y que a la vez besaba la mejilla de cada uno.
Ese momento me hizo sonreír, eso es lo que yo siempre habia querido con Sophie, pero ella tenía una enfermedad y solo bajo tratamiento podía hacerse realidad.
—Marcus— dijo Claire dejando a los niños—. Niños, saluden a su tío.
Los dos pequeños hijos de mi mejor amiga corrieron a mí y me abrazaron por las piernas. Una vez me soltaron, salieron corriendo con rumbo al patio.
—Yo si pensé que un día tus hijos me llamarían tío pero no porque fueran hijos de Martin. — dije.
Habia tratado de sonar divertido pero falle. Claire sonrió y asintió.
—Nunca vas a perdonar a Martin, ¿Verdad?
Negué y ella camino con rumbo a la cocina. Le seguí y vi como comenzaba a sacar verduras de la nevera.
— ¿Cómo lo voy a perdonar si por culpa de él no tengo familia?
—No digas eso, Marcus— me reprendió—. Él es tu familia, perdonarlo sería una buena decisión. No me gusta que sientas rencor.
—No tengo tu corazón, Clair…
—No lo tienes— me interrumpió y me dio una cálida sonrisa—. Tu corazón es más grande que el mío. ¿Desde cuándo Marcus Miller se volvió tan frio?
—Desde que por Martin, mis padres y mi pequeña hermana murieron en aquel accidente.
—Creo que no puede haber algo más que te haga odiarlo aparte de eso. — dijo cansinamente.
—De hecho si lo hay, tú— me miro confundida—. Sí, Clair, mi rencor hacia él ha aumentado por ti. Mira como estas, pasas encerradas y atendiendo a tus hijos y a él, pero no te da tiempo.
—No siempre es así…
— ¿No? ¿Y dónde está ahora?— pregunte y ella bajo la cabeza—. Se supone que esta casa es para pasar un rato en familia, pero estas aquí con tus hijos, sin un esposo, ¿Qué esposo? Si ni siquiera se ha querido casar contigo pero es obvio que quiere que uses su apellido.
—No sigas, Marcus— dijo—. Entendí lo que quieres decir, pero por más que quiero alejarme de él no puedo, tenemos dos hijos, eso me detiene a dejarlo.
—Tienes miedo a que te quite a los niños— dije y ella me miro con sus ojos cristalizados, habia entendido su temor—. Si quieres dejarlo puedo ayudarte.
— ¿Y a donde voy a ir?— abrió sus brazos—. ¿Contigo?— dio una leve carcajada de desaprobación, las lágrimas a punto de caer por sus mejillas—. Tienes una esposa y próximamente hijos, me diste la oportunidad de irme contigo y el rechace, no creo que la oferta sigua en pie.
—De hecho lo está— dije y era serio—. No quiero que sigas pasándola así de mal.
—Marcus, no puedo vivir bajo tu caridad, sabes que no soy así.
—Pero si puedes vivir con alguien que no te valora y que si no me equivoco dice el nombre de otras.
Eso habia sonado muy duro pero era cierto. Si él no estaba con su familia en su tiempo libre era porque estaba con sus amigos o alguna mujer.
—De hecho solo hay un nombre que dice mientras duerme y que se le escapa cuando está conmigo— rio con desprecio—. Sonnja— apretó sus labios—. Es difícil vivir con alguien que solo puede decir ese nombre.
—Entonces déjalo y ven conmigo.
—No me iré sin mis hijos.
— ¿Cuándo dije que no te aceptaría con ellos? haría lo posible para que él no te los quite y lo sabes.
— ¿Lo hablaste con tu esposa?— negué—. No puedes tomar una decisión sin consultarla con la persona que amas.
—Sophie estaría contenta— dije—. Ella sería feliz de tener a los niños en la casa. Es lo más cercano que podría experimentar a tener hijos.
Claire me miro confundida.
— ¿Hace cuánto están casados?
—Dieciséis años, Clair— dije acompañado de un suspiro—. Sophie tiene problemas para tener hijos, estamos bajo tratamiento pero aún no hemos podido tener ese privilegio del que goza alguien y que no valora.
Claire sonrió y me hizo una seña para que me levantara y me acercara a ella. Me entrego un cuchillo y puso los vegetales frente a mí.
— ¿Qué tal si cocinamos como cuando éramos jóvenes?
— ¿Lasaña?
—Lasaña.
Sonreí y ambos comenzamos a preparar aquella lasaña que tanto sabíamos hacer. Aquella que usábamos para contentar al otro cuando algo le pasaba.
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N/A: Hola... ¿Cómo va esa cuarentena? La mía no es tan diferente a como vivo pero bueno...
Vayan a leer el siguiente y ultimo capítulo. ;)
Tengo pensado hacer tres casos más, dos sobres mis dos historias "30 DÍAS A SU LADO" y una que retire llamada "EL SHOW DE LOS PETERSON"...
Y...
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Editado: 27.03.2020