❀ - [Aclaración ]
· · ⸙ · · · · · · · · · · ·
• Esta historia tendrá 70 Capitulos.
・ Caelum(Vasija Pura) tiene 27 años
・ Aunque Elyra parece una joven, su verdadero origen se pierde en el tiempo. Como la última de un linaje extinto, su existencia se remonta a siglos atrás, y es probable que haya pasado gran parte de ese tiempo en un sueño profundo.
・El Knight(caballerito) tiene 3 años.
・ No es el Hollow Knight que conoces: Esta historia no sigue el lore original del juego. Es una reinterpretación del mundo de Hallownest, con personajes, eventos y secretos propios.
• Un mundo oscuro y mágico: Hallownest es un lugar lleno de misterio, belleza y peligro. La magia se mezcla con la realidad, y la luz amenaza con consumirlo todo.
・ Romance Imposible: Prepárate para una intensa historia de amor entre dos personajes que representan fuerzas opuestas. Las emociones, el drama y la angustia son parte esencial de su viaje.
・ Un Amor que Desafía las Reglas: La conexión entre Elyra y Caelum se convierte en un faro de esperanza en medio de la oscuridad.
• Elyra, la Luminaria del Alba: Una guardiana que despierta con la misión de salvar a Hallownest, cargando con el peso de un pasado doloroso.
・ Hallownest en Ruinas: Un reino sumido en la tristeza y la desesperación, donde la esperanza se siente lejana.
・Próximamente Temporada 2
・ Fecha de creación: 7/09/2024
・Aquí, la Vasija Pura será llamada Caelum, y Elyra será el nombre de la protagonista. Los eventos y detalles de los personajes han sido reimaginados para contar una historia original, enfocada en una profunda relación entre la luz y la oscuridad, que se desarrollará entre Caelum y Elyra en un Hallownest diferente al que conocemos.
· · ⸙ · · · · · · · · · · ·
El Rey de Hallownest se encontraba solo en su trono, una sombra de lo que alguna vez fue. Las vastas salas del palacio, antaño llenas de vida, ahora estaban desprovistas de la luz y el calor que la Reina traía consigo. La Reina... su pérdida era un peso que aplastaba su alma, y ese mismo dolor se había extendido por todo el reino. Hallownest ya no era el imperio floreciente que una vez fue; ahora, todo lo que quedaba era un vacío insostenible, un eco constante de tristeza que resonaba en los corazones de todos sus súbditos. Ni siquiera él, con todo su poder, había podido detener el manto oscuro que había caído sobre su reino.
-Elyra... —murmuró para sí mismo, su voz rasgada por la melancolía.—
Elyra. La última descendiente de un linaje tan antiguo que hasta los anales del reino apenas hablaban de su existencia. Las historias que se contaban de ella eran como susurros, mitos casi olvidados. Las protectoras de la luz y la armonía, un grupo de seres tan puros que sus corazones podían sanar incluso las heridas más profundas. Pero habían desaparecido siglos atrás, desvanecidas en el tiempo como una hoja arrastrada por el viento. Hasta ahora.
El Rey se levantó lentamente de su trono, el eco de sus pasos resonando en las cámaras vacías. Su mente volvía una y otra vez a la misma pregunta: ¿y si la leyenda de Elyra era más que una simple historia? ¿Y si su poder realmente podía traer de vuelta la esperanza que Hallownest había perdido?
Los ojos del Rey se oscurecieron al recordar la profecía que lo había llevado a esta decisión desesperada. No había otra salida. Su pueblo necesitaba a Elyra, más que nunca. Él también la necesitaba. La tristeza que había compartido con su pueblo, el dolor por la pérdida de su Reina, lo había llevado a la misma desesperación. Y aunque era un rey fuerte, el vacío en su corazón lo estaba consumiendo lentamente.
Decidió dar el paso. Elyra debía ser despertada.
El Rey llegó a las profundidades del palacio, donde yacía el santuario ancestral. Un lugar olvidado por el tiempo, donde los susurros del viento parecían cargar con la historia de eras pasadas. Frente a él se alzaba una cámara de mármol antiguo, sus muros adornados con inscripciones que solo él podía leer. En el centro de la sala, descansaba Elyra, suspendida en un sueño profundo y tranquilo. Su rostro sereno irradiaba una paz que contrastaba con la oscuridad que la rodeaba. Parecía intocable, casi irreal.
Se acercó lentamente, con pasos llenos de reverencia. Mientras se inclinaba hacia su cuerpo inerte, su mano tembló al rozar el cristal que la protegía. Por un momento, el Rey dudó. ¿Era correcto despertarla? ¿Pedirle que cargara con el destino de un reino que ya había caído en la desesperación? Pero no tenía otra opción. Si había alguna esperanza para su gente, para su propio corazón, debía intentar salvar a Hallownest.
Recitó las antiguas palabras, un conjuro olvidado que solo su linaje conocía. El cristal que envolvía a Elyra comenzó a resquebrajarse, un leve brillo emanaba desde su interior, creciendo en intensidad con cada palabra que el Rey pronunciaba. La luz se hizo más fuerte, cegadora, hasta que finalmente, con un último susurro, el cristal se rompió en un millón de fragmentos luminosos, desvaneciéndose en el aire.
Elyra abrió los ojos.
El Rey contuvo el aliento mientras la joven se incorporaba lentamente, sus movimientos gráciles como si la eternidad no hubiera tocado su cuerpo. Sus ojos, de un azul cristalino, se encontraron con los de él, y por un momento, todo el peso de la tristeza que cargaba sobre sus hombros pareció aligerarse. Había algo en ella, algo que irradiaba calidez, una luz suave y reconfortante que penetraba la oscuridad que había llenado su alma.