Hollow Knight - La Última Guardiana

Capítulo 8: Bajo la Luz de la Luna

La luna colgaba alta en el cielo, iluminando los jardines de la Reina con un brillo suave y plateado. Elyra caminaba entre los arbustos y las flores que florecían bajo el manto de la noche, sintiendo una brisa fresca que acariciaba su piel. Las criaturas pequeñas de Hallownest se ocultaban entre las hojas, observándola con curiosidad mientras Caelum, siempre en silencio, la seguía a corta distancia.

—Es increíble cómo la ciudad parece más viva por la noche —comentó Elyra con una sonrisa tranquila, deteniéndose para observar las estrellas titilar en lo alto—. Incluso bajo esta tristeza, hay algo de belleza en la oscuridad.

Caelum permaneció inmóvil, observándola con su habitual reserva. No respondía a sus palabras, pero sus ojos estaban atentos a cada movimiento.

—Deberías descansar un poco —le sugirió Elyra suavemente, volviéndose hacia él—. Estamos en los jardines de la Reina, un lugar lleno de paz. No creo que haya nada aquí que necesite tu atención ahora.

—Mi deber es protegerte —replicó Caelum con frialdad—. No puedo distraerme.

Elyra suspiró con una leve sonrisa, acercándose un poco más a él, buscando entablar alguna conversación, aunque sabía que sería difícil.

—Lo sé, pero hasta los protectores necesitan un respiro, ¿no crees? —dijo, su tono ligero—. Mira las estrellas. La luna. Todo parece tan tranquilo aquí. ¿No te gustaría disfrutarlo, aunque sea por un momento?

Caelum la miró sin comprender del todo sus palabras. No conocía lo que significaba "disfrutar". Para él, la única preocupación era cumplir su misión de protegerla. Pero, por alguna razón, las palabras de Elyra resonaban en su mente.

—No es necesario que lo haga —dijo, su voz dura—. Mi única responsabilidad es tu seguridad.

—Eres tan serio siempre —respondió Elyra con una risa suave—. Aunque creo que eso es lo que te hace bueno en lo que haces.

Caelum no reaccionó, pero algo en la risa de Elyra le pareció... diferente. Un sonido que no escuchaba a menudo en Hallownest. El reino había estado tan envuelto en la tristeza que la risa se había vuelto un eco lejano.

Elyra miró hacia las estrellas, tomando una bocanada de aire fresco.

—A veces pienso en lo que debe haber sido Hallownest en sus días de esplendor —dijo en voz baja—. Antes de que la Reina... se fuera. Sé que su pérdida ha afectado a todos profundamente. Pero quiero creer que aún queda algo de luz, algo de esperanza. Tal vez... juntos podamos devolverle un poco de esa alegría al reino.

Caelum, como siempre, se mantuvo en silencio, aunque en el fondo sabía que Elyra tenía razón. La ausencia de la Reina era palpable en todo el reino, y él, aunque no lo mostrara, entendía el peso que eso traía consigo.

—Tal vez... —murmuró Elyra—, si pudieras permitírtelo, podrías mirar las estrellas conmigo esta noche. Solo por un rato. Nada malo ocurrirá aquí. Prometo que estaré bien.

—Eso no es algo que pueda garantizar —dijo Caelum, sin apartar su mirada vigilante del entorno—. El peligro siempre está cerca.

Elyra lo observó un momento, viendo la tensión en su postura. Era como si estuviera atrapado en un ciclo interminable de vigilancia, incapaz de relajarse o disfrutar de la tranquilidad a su alrededor.

—Te preocupas demasiado —dijo Elyra en tono gentil—. Estaré a salvo aquí contigo. Y... bueno, si algo llegara a pasar, confío en ti para protegerme, como siempre lo has hecho.

Caelum no respondió, pero la confianza que Elyra depositaba en él, sin dudar ni un segundo, lo afectaba de una manera que no entendía. Había protegido a muchos antes, pero con ella... era diferente. Ella no lo veía como los demás. Para Elyra, no era simplemente "la Vasija Pura", una figura temida y respetada por su poder. Para ella, él era un protector, alguien digno de su compañía y confianza.

—Mira cómo la ciudadela brilla esta noche —continuó Elyra, mirando hacia las luces que se veían a lo lejos—. A pesar de todo el dolor, parece que, poco a poco, Hallownest está recuperando algo de su vida. Y quiero pensar que hemos tenido algo que ver en eso.

Caelum no dijo nada, pero sabía que ella tenía razón. Desde que Elyra había llegado, las cosas habían comenzado a cambiar. Su mera presencia traía consuelo, una especie de paz que se extendía más allá de las palabras o las acciones. Aunque Elyra no era una guerrera, su misión de devolver la armonía y la esperanza era clara. Era diferente, especial.

—No entiendo cómo lo haces —dijo Caelum de repente, su voz más baja de lo habitual—. Cómo puedes... traer esa paz.

Elyra lo miró sorprendida por sus palabras, antes de sonreír con ternura.

—No lo sé con certeza —admitió—. Pero creo que solo soy un reflejo de la luz que ya existe en el corazón de todos. Incluso en ti, Caelum.

Él desvió la mirada, incómodo con la dirección de la conversación. No sabía cómo responder a algo así. Las emociones eran un territorio desconocido para él.

—No es necesario que te preocupes por eso —dijo finalmente, volviendo a su tono habitual—. Tu seguridad es lo único que importa.

Elyra soltó una pequeña risa, no burlona, sino cálida y comprensiva.

—Algún día, Caelum —dijo suavemente—. Algún día te mostraré que hay más en la vida que solo deberes y obligaciones. Quizás algún día entiendas.



#527 en Fanfic
#1455 en Fantasía

En el texto hay: fanfic, fanfic videojuegos, hollow kight

Editado: 13.02.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.