Hombres de ceniza (romantasy-concurso)

7.2: El Juramento Roto [Punto de Vista: Caelan]

La herida en mi pecho, ahora vendada por un sanador, latía con un dolor que no era físico. Cada punzada era una palabra, un grito silencioso: Fallaste.

Fallaste como hermano. Fallaste como protector. La dejaste sola frente al Consejo, y ahora Shiva pagaba el precio de mi debilidad. La imagen de su rostro, resignado y traicionado cuando la declararon cebo, era una brasa ardiente en mi mente.

Impulsado por una furia que ahogaba el dolor, me enfrenté a Elara en su sanctasanctórum, una cámara tejida con raíces y cristales de sal.

"Usted la condenó", espeté, mi voz temblando. "Usted la empujó a esto".

Elara no lo negó. Me miró, y en sus ojos no vi triunfo, sino una pena genuina y terrible que me desarmó. "La amabas demasiado para verlo, muchacho", dijo, su voz suave como el musgo. "Ella nunca fue tu hermana. Era una semilla plantada por los dioses de la ruina. Yo no la empujé; solo regué la tierra para que floreciera lo que siempre fue".

Se acercó, su presencia opresiva. "Los Ancianos la encontraron en un túnel sellado, uno que llevaba a las profundidades prohibidas. Donde ningún niño debería estar. Cerca de símbolos que quemaban los ojos al mirarlos. Ella no lloraba. No tenía hambre. Solo miraba. Como si esperara a alguien".

El recuerdo me golpeó como un puño. La Shiva niña. Su mirada demasiado antigua para su pequeño rostro. La forma en que las sombras de las cavernas parecían acariciarla en lugar de asustarla. La primera vez que absorbió el dolor de un pájaro herido, y su sonrisa, una mezcla de alivio y una extraña familiaridad.

"¿Qué era?", pregunté, mi voz quebrada, la pregunta que había reprimido durante años.

Elara se inclinó, su aliento frío en mi oído, su susurro a la vez triunfante y aterrado. "La pregunta no es 'qué', Caelan. Es 'quién la hizo'. Y por qué".

Salí de la cámara, envenenado por una nueva y terrible certeza. Había jurado proteger a mi hermana del mundo. Pero me di cuenta de que nunca había entendido la verdadera naturaleza de mi juramento.

¿Cómo proteges a alguien de lo que lleva dentro?

¿Y a quién se suponía que debía proteger realmente? ¿A ella del mundo, o al mundo... de ella?




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