Y yo, congelada en mi cornisa de piedra fría, con la sangre de mis palmas manchando la roca y el latido de mi corazón retumbando en mis oídos como tambores de guerra, supe con una certeza terrible: Esto no era el principio de nuestra historia. Era la inevitable conclusión de algo que había comenzado mucho antes de que cualquiera de nosotros naciera. Y cuando nuestros caminos finalmente se cruzaran —no si, sino cuando— uno de nosotros destruiría al otro. O, peor aún, nos destruiríamos juntos. Y el mundo, ese mundo de Ceniza y Polvo, de subsuelo y máquinas, de muertos susurrando y vivos gritando, no sobreviviría a nuestra colisión. Entonces que así sea, susurró esa voz antigua en mi interior. Que todo arda. Que todo termine. Que todo... comience. Y por primera vez en años, sonreí. No de alegría. De reconocimiento. El final había llegado. Y tenía cabello plateado y ojos que aún no había visto pero que ya conocía serían el color de la ausencia misma.
La biblioteca en Booknet es una lista útil de libros, donde puede:
guardar sus libros favoritos
ver fácilmente las actualizaciones de todos los libros de la biblioteca
estar al tanto de las nuevas reseñas en los libros
Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.