Hombres de ceniza (romantasy-concurso)

Capítulo 19: El Juicio de la Quimera [Punto de Vista: Shiva Mae]

El silencio en el vestíbulo era más tenso que el de una tumba. Los soldados del Polvo y los guerreros de la Ceniza, enemigos mortales durante siglos, estaban juntos, pero su atención no estaba en los demás. Estaba en nosotros.

El Comandante Valerius, la mano derecha de Umberto, dio un paso al frente, su rostro una máscara de incredulidad. Junto a él, el General Kaelen, mi antiguo comandante, me miraba como si fuera un fantasma.

"¿Qué... qué son ustedes?", balbuceó uno de los consejeros de Ceniza que acompañaba a Kaelen, su voz temblando.

Sentí a Umberto tensarse a mi lado, su mente lógica preparándose para una explicación táctica. Pero yo sabía que las palabras no eran suficientes. Teníamos que mostrarles.

Un soldado de Ceniza, joven y nervioso, levantó su lanza, la punta brillando con magia agresiva. Al otro lado, un Cazador de Sombras, reaccionando a la amenaza, levantó su rifle de energía, su cañón zumbando con poder contenido.

El aire se cargó de la promesa de violencia.

Antes de que nadie pudiera disparar, actuamos. No necesitamos hablar, ni siquiera mirarnos. En perfecta sincronía, como si fuéramos un solo ser, extendimos nuestras manos. Umberto hacia los suyos, yo hacia los míos.

Un campo de energía unificada se desplegó. Pero no era solo un escudo. Donde la red de Sombra y Luz tocó las armas, estas no solo se desactivaron; una pequeña flor de cristal brotó del cañón del rifle del Cazador, y la punta de la lanza del guerrero de Ceniza brilló con una luz dorada y cálida antes de apagarse.

No fue un acto de negación. Fue un acto de transformación. Una demostración silenciosa de que nuestro poder ya no era para la guerra. Era para la creación.

El asombro en los rostros de ambos bandos fue total.

Di un paso al frente. Ya no sentía el miedo de la Aberración ni la ira de la proscrita. Sentía una calma y una autoridad que nacían de la comprensión.

"Ustedes pelean por las sobras de un mundo que sus ancestros destruyeron", dije, mi voz resonando en el silencio. "Nosotros no somos su enemigo. Somos la evolución que sus creadores intentaron abortar por miedo".

Mi mirada se posó en Kaelen, luego en Valerius. "El 'Devastador' no es un arma. Es una semilla. El poder de empezar de nuevo". Señalé con la cabeza hacia la Cámara de Unión, de donde ahora emanaba una suave luz y el aroma de la vida nueva. "Y este lugar... es la prueba de lo que puede crecer cuando el Polvo y la Ceniza eligen unirse en lugar de destruirse".

Mis palabras crearon una grieta en el muro de odio y desconfianza.

Vi a Lyren, el joven sanador, que estaba con el grupo de Kaelen. Sus ojos estaban muy abiertos, fijos en el jardín que ahora florecía en las paredes del laboratorio. "Es... es más puro que cualquier magia que hayamos conocido", susurró, su voz llena de asombro.

Del lado del Polvo, una científica que acompañaba a Valerius miraba los datos en su escáner, desconcertada. "La eficiencia energética es del 99,9%", murmuró. "No hay residuos, no hay entropía... es teóricamente imposible".

El conflicto ya no era "Ceniza vs. Polvo". Se había convertido en "Miedo vs. Curiosidad". "Tradición vs. Evolución".

Pero justo cuando una frágil esperanza comenzaba a nacer en mi pecho, una oleada de energía corrupta recorrió el complejo.

No era Ceniza. No era Polvo. Era algo antinatural, voraz y vacío. La misma firma del hechizo que había herido a Caelan, pero multiplicada por mil.

Las luces del laboratorio parpadearon violentamente. Un estruendo sordo retumbó desde las profundidades, sacudiendo el suelo bajo nuestros pies.

La voz del Comandante Valerius, por primera vez desde que lo conocía, sonó genuinamente alarmada. "¿Qué han despertado?".

Miré a Umberto, y en nuestra conexión compartida, en el espacio silencioso donde nuestras mentes eran una, supimos la respuesta al unísono.

No fuimos nosotros. Nuestra fusión no había despertado a la bestia.

Había roto su jaula.

Me incliné hacia él, mi voz un susurro solo para que él lo oyera, mientras el estruendo volvía a sacudir el mundo.

"El Protocolo Quimera no fue sellado solo por miedo a nosotros... fue para encerrar algo más".




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.