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II

Solo me miraba desde allí. Quedé estática en mi lugar al ver cómo me observaba fijo y sin moverse. No sabía qué hacer, así que desvié la mirada unos segundos disimulando no haberlo visto, pero cuando volví a ver ya no se encontraba allí aunque su luz seguía encendida. Este chico es extraño. En realidad, la situación entera es extraña pero me interesa saber quién es.

Debo dejar de ser tan entrometida.

Necesito dormir, descansar y meditar en esto. ¿Por qué vive en ese edificio? ¿Estará solo? ¿Tendrá problemas? ¿Necesitaría ayuda?

No lo sé, pero me gustaría averiguar.

 

° ° °

 

—Venecia despierta, necesito que me ayudes a limpiar la casa y atender al abuelo —me acurruca Alec en sus brazos. Sabe que no me gusta despertar para hacer este tipo de cosas, pero si lo pide así, lo pensaría.

—¿Ahora mismo? —volteé a verlo medio despierta.

—Sí, así que despierta pequeño insecto.

—Cierra la boca insecto mayor —le arrojo una almohada en la cara.

—Y el más exótico que verás —gritó saliendo por el marco de la puerta.

Reí por su inmadurez. Salgo por completo de la cama y acomodo la habitación, además de ducharme y de lavarme los dientes. Fui abajo y comenzamos a limpiar y cumplir las órdenes del abuelo. Yo limpiaba la casa y Alec lo atendía. A veces en viceversa mientras mamá estaba en el trabajo. Organicé las últimas prendas de ropa seca cuando Alec me habló:

—Oye, te llevaré esta tarde a comer, tal vez te consigamos una amiga.

—No estaría mal, pero no es necesario, ya te tengo a ti.

—¿Estás insinuando que soy una chica? —responde con el ceño fruncido.

—Quizás ―bromeo. No pude evitar soltar una carcajada al ver su cara de asco.

—Necesitas una amiga y rápido. Prepárate, en unos minutos saldremos.

Estábamos culminando de limpiar y ordenar la casa, lo hicimos bastante rápido. Mamá nos educó de tal manera que ambos aprendiéramos a hacer las mismas cosas, así que limpiábamos y cocinábamos los dos a temprana edad, sin excepciones. Además, cuatro manos son mejores que solo dos.

Dejamos al abuelo en la sala muy entretenido por los documentales y mamá había llegado del trabajo, así que se quedó con él. Subí para ordenar todo para la escuela y lo que me pondré para salir con mi hermano. Tomé una ducha rápida y me vestí, agité un poco mi cabello y bajé.

—Ya iba a buscarte.

—No exageres, vamos.

Ambos nos despedimos antes de salir. Podríamos ir en el auto pero optamos por el lado productivo. Caminamos un buen recorrido para llegar al centro comercial. Entramos directamente a una pizzería y pedimos pizza con extra queso, nos sentamos en nuestra mesa y esperamos nuestra comida. Platicamos un rato y mientras llegaba nuestra esperada comida nos tomamos muchas fotos con diferentes muecas raras. Adoraba pasar tiempo con mi hermano. Es mi único amigo y siempre está para mí, aunque a veces sea muy estúpido.

Al terminar salimos de la pizzería y fuimos a explorar todo el centro comercial. A veces nos íbamos por direcciones diferentes y luego nos juntábamos otra vez.

—Venn, mira hacia allá —señala hacia una mesa cerca del cine. En ella se encontraba una chica cuyo cabello era pelirrojo, llevaba puestos unos anteojos circulares y estaba concentrada en su libreta, al parecer escribía.

Le doy una mirada sospechosa a mi hermano.

—¿La quieres para mí o para ti? —pregunté, pero no recibí respuesta de su parte, solo se quedó mirándola.

Bueno, pues para mí no era.

—Ve y acércate a ella —le dije.

—¿Crees que me hable?

—¿Y por qué no? No eres feo —acaricié su espalda alentándolo.

Y no lo es. A decir verdad, es alto, atlético y, por lo tanto, ejercitado. Su cabello negro ha crecido tanto que puede hacerse una pequeña coleta; tiene una sonrisa encantadora, una nariz envidiada por muchos y ojos color caramelo. Y vamos, es un buen chico con buenos valores, solo que es tímido a veces.

Me devuelve una mirada fulminante ante mi respuesta.

—Solo sé tú, le caerás bien. Además, es sólo una chica.

—Una chica muy linda.

—Sí, así es, ahora vete —lo empujé hacia ella.

Vi como se acercaba a ella con pasos cortos un tanto cohibido y la saluda, ella levanta la vista y le sonríe con la misma timidez que él, lo invita a sentarse con ella y minutos después surge la conversación mientras los miro satisfecha.

Me he quedado ahí viendo cómo hablaban. Desvíe la mirada al alrededor y definitivamente no hay nada interesante, así que fui a comprar más comida. Al caminar siento mi bolsillo vibrar y saco el móvil de él. Alec me envió un mensaje.

ALEC

"Aún estoy nervioso pero gracias por el empujón, tengo que decir que ella es realmente encantadora"

VENECIA

"Por fin atrapaste a una. No la pierdas"

ALEC

"Y no quiero hacerlo. Además, creo que ustedes pueden ser buenas amigas. De hecho, le gusta escribir"

VENECIA

"Me encantaría conocerla. Ahora préstale atención, es de mala educación enviar mensajes mientras tienes compañía. Yo iré a caminar"

ALEC

"Manténte cerca"

Guardé el celular y fui a explorar más a fondo el centro comercial; desde tiendas a locales de comida, juegos y joyerías. Estaba algo aburrida, así que salí del centro comercial a caminar. Tenía el estómago lleno y no quería volver a casa ahora.

Empecé a caminar de aquí para allá saludando una que otra persona que vieran mis ojos con una sonrisa amistosa. Caminé hasta llegar a un gran parque de área verde. Siempre me gustaron los ambientes naturales. Me senté en un banco para admirar todo a mi alrededor. Habían personas caminando, otras haciendo ejercicio y otros sentados conversando.

Perdí la noción del tiempo sentada en el banco mirando todo lo que había. Noté que el sol estaba casi dormido y debía de irme debido a que pronto iba a oscurecer. No quisiera molestar a mi hermano y no es la primera vez que ando por estas calles.



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En el texto hay: amor, timidez, conmovedor

Editado: 08.09.2023

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